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¿Qué hace falta que pase para que termine esta locura? Cada día esta banda de delincuentes que nos desgobiernan, suben más alto el listón del disparate y lo hacen porque saben que aquí nunca pasa nada. Si la cajera de un supermercado cutre, que no sabe hacer la o con un canuto, diseña leyes que repercuten con su puesta en marcha en el vivir cotidiano de las gentes y son aprobadas por un ejecutivo criminal que sin leerse ni un solo informe judicial que advertía que la famosa ley del» sí es sí» era un puro disparate, ni se inmutan y además les importa un carajo que su aplicación sea el detonante para que se reduzcan las penas y salgan a la calle violadores en masa. La aprueban y encima llaman a los jueces machistas, fascistas y tienen la poca vergüenza de indicarles que tienen que aprender feminismo. Estos analfabetos dicen a los jueces que tienen que aprender ideología de género. El mundo al revés. ¿De verdad está la sociedad tan narcotizada que ni esta barbaridad les mueve a reaccionar de una vez por todas? No estoy hablando de manifestaciones de fin de semana para alimentar egos de partidos. Me estoy refiriendo a salir a las calles y echar violentamente a esta gentuza que está acabando con España.
Solo un ejemplo del panorama. El día 24 el centro de Madrid se bloqueó de un gentío venido de todas partes, importamos gilipollas, no para tomar la calle y meter a todos estos en la cárcel, sino para móvil en mano, disfrutar del encendido navideño de la ciudad.
¿Hasta cuándo vamos a seguir consintiendo que nuestra patria sea vendida a partidos golpistas y terroristas, para que un psicópata siga ocupando la Moncloa? Dan una patada en el culo a la Guardia Civil en Navarra y nadie mueve un dedo y como siempre, no pasa nada. Los casi 200 guardias cogerán sus bártulos y a sus familias y se irán por la puerta de atrás como ya les obligaron a hacer en Cataluña. Ojo, AL BENEMÉRITO CUERPO DE LA GUARDIA CIVIL… ¿Estamos locos?
El 18 de julio tuvo su razón de ser por situaciones muy parecidas a estas que estamos soportando. Estos traidores acaban de poner a trámite, con nocturnidad, que es cuando mejor actúan los delincuentes, la ley para suprimir el delito de sedición y convertirlo en una nueva e infame fechoría que garantiza el apoyo de los golpistas catalanes y les abre la puerta para el retorno de los «valientes» fugados y para que, como ya anunciaron, volver a repetir nuevamente otro intento de violentar la unidad de la nación.
La constitución, en su artículo 8, habla del ejército y su labor en la sociedad y dice que esta labor está enmarcada en la defensa de la «UNIDAD DE ESPAÑA» y «EN LA DEFENSA DE LA INTEGRIDAD NACIONAL EN UNA DOBLE VERTIENTE, INTERNA Y EXTERNA» Llámenme lo que quieran. Esto es lo que claramente indica este artículo de la constitución.
Ante esta situación de extrema gravedad, ¿Dónde está el ejército? ¿Ya han perdido todo el honor que antaño tenían? ¿Solo sirven para desfilar como una ONG que mueve al llanto y a la risa en una mueca amarga de impotencia?
¿Y el jefe de las fuerzas armadas? Pues es una buena pregunta. El rey, «Felpudo VI», la última vez que le vi ante la opinión pública estaba en Catar viendo y posteriormente felicitando a una pandilla de millonarios que en su primer partido del mundial arroyó a un equipo de mierda. Así están las cosas en este país surrealista en el que vale hacer cualquier disparate y la respuesta a todo atropello es mirar al cielo y contar nubes. O lo que es peor, es quemarse los ojos mirando idiotizados la pantalla del móvil. No hay remedio. A esta altura de la película ya no hay remedio. Muy triste todo. Muy triste.
Autor
- Nace en Madrid en 1958. Estudia en Los Escolapios de San Antón. Falangista. Ha publicado 4 libros de relatos. Apasionado del cine y la lectura. Colaborar en este medio lo considera un honor.