Cinco clubes que no aceptan jugadores foráneos

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Desde siempre, pero exacerbado por la falta de restricciones aparejadas por la Ley Bosman de 1995, el fútbol ha supuesto la migración de jugadores que, en ocasiones, han agregado una mixtura interesante a los clubes que los acogen. En oposición a esta tendencia contemporánea cada vez más recurrente, existen equipos que abrazan la tradición patriótica de ser representados por jugadores exclusivamente elegidos de la misma comunidad en la que están insertos. ¿Cuánto espacio es lícito que la identidad cese en pro de los dictámenes bombásticos del mercado? ¿Cuántos de los jugadores extranjeros terminan adecuándose a la filosofía particular de los colores que defienden, muchas veces en las antípodas de su propia patria?

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Club Deportivo El Nacional, de Ecuador

Alguien que observe a la fecha de hoy la tabla de la Primera División del fútbol ecuatoriano no encontrará a esta institución egregia de la historia del país, pues desde una pésima campaña en 2008 el club descendió a la Segunda Categoría de Ecuador. “Los puros criollos”, fundados en 1960, granjearon éxitos desde los anales de la liga, más reciente que las del cono sur, a la par que eran financiados por las Fuerzas Armadas nacionales. La apertura del fútbol local a las vías de mayor profesionalización y el paulatino desplazamiento del Club Sport Emelec, Barcelona Sporting Club, Liga Deportivo Universitaria de Quito –y, en los últimos años, incluso Independiente del Valle por sus éxitos internacionales –ocasionaron que El Nacional haya perdido relevancia y su otrora inédito palmarés de trece ligas nacionales obtenidas fuese rebasado. Sin embargo, el ascenso y regreso al sitio de privilegio al que pertenece El Nacional es inminente en el corto plazo.

Malavan FC, de Irán

“Los marineros” –llamados así por sus orígenes portuarios –, si bien no son un club grande desde la perspectiva sesgada de los resultados deportivos y las ligas en específico les han sido esquivas, es, inobjetablemente, una de las instituciones más prestigiosas e históricas del golfo pérsico, un lugar en el que el fútbol hierve en cada estadio con el calor llameante de las aficiones. Lo que sí ha ganado, por otra parte, fue en tres ocasiones la disputada Copa Hazfi, en las últimas tres décadas del s. XX. Su rival de todas las horas, con el que comparte el clásico llamado El Gilano, es el Sepidrood, Al igual que El Nacional, supo estar en el suplicio de la Segunda División, de la que regresó sin, por desgracia, terminar de afianzarse.

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Club Deportivo Real Sociedad, de Honduras

Si hay algo que comparten el resto de los equipos de la lista es que la tradición de no contratar jugadores procedentes de países extranjeros o idiosincrasias ajenas es una herencia atávica, una tradición que supo ser próspera en la consecución de gestas deportivas, o, al menos, en la transmisión de los valores específicos del club. Real Sociedad, club oriundo de la ciudad norteña de Tocoa, adoptó esta política desde su incorporación a la Liga Nacional de Honduras en 2012, y su aplicación fue efímera. Pareció, entonces, más un paréntesis, un experimento dirigencial que una convicción como tal. Hoy no es difícil encontrar, pues, a otros jugadores de la CONCACAF como Jamal Charles de Granada, e incluso a sudamericanos como el uruguayo Christian Paiva y el colombiano César Mena.

Club Deportivo Guadalajara (“Chivas”), de México

Frente a la cantidad variopinta de extranjeros que hoy pueblan la liga mexicana, Chivas mantiene la fidelidad a su identidad vertebradora y patriótica estipulada desde 1906, no obstante, hubo escuetas excepciones como la de Enrique Pellat, procedente de Francia, que fue el último extranjero –exceptuando, por supuesto, a los que se han naturalizado mexicanos –. Es válido dar el puntapié para debatir si es una medida negativa, o si, por el contrario, beneficia a la institución en un sentido estrictamente circunscrito al apartado deportivo. Que la frecuencia con la que Chivas en las últimas décadas campeona ha decrecido es un hecho, ¿puede ser esta política algo que se transforme en un perjurio o, por el contrario, es un factor que enfatiza la necesidad de trabajar en las divisiones formativas.

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Athletic Club, de España

Es, sin ninguna duda, el ejemplo más célebre de Europa. Cabe precisar, no obstante, que no cumple de forma estricta con la consigna del artículo: no son solo el ius soli o ius sanguinis, el haber nacido en el País Vasco o ser descendiente de vascos, lo que determina la posibilidad de ser elegido como representante, y sí haber integrado las filas canteranas del club. Pocas personas deben saber que “los leones” son, además, los primeros escollos colosales del Real Madrid. Sus glorias sembradas son inobjetables: ocho veces campeón de España, tres supercopas de España y, lo más peculiar y rebosante de una simbología particular, veinticuatro veces ganador de la Copa del Rey, siendo la segunda máxima institución laureada, tras el Barcelona. No es en absoluto casual que sea a la competición a la que le dedica mayores bríos, pues es la concreción de un modelo ante el que la sensibilidad del País Vasco es esquiva.