14/05/2024 23:03
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Sí, hartazgo es el que siente una gran mayoría de españoles ante la situación política que vivimos en estos momentos. Y de todo el espectro político. No sólo los de una parte, sino todos. No tengo duda. Por supuesto que la persistencia de la pandemia producida por el Covid19 tiene que ver mucho en esto y aún más la incompetencia manifiesta de quienes tienen la responsabilidad de combatirla. Sí, tiene que ser incompetencia si vemos lo que sucede allende nuestras fronteras donde los datos estadísticos nos demuestran  que ante el mismo enemigo los resultados no son tan graves como en España.

Hartazgo es lo que sentimos cuando la estrategia que, a largo plazo el contubernio socialcomunista ha trazado para derribar el actual sistema constitucional, nos sitúa en un ambiente guerracivilista que nos resulta ya insoportable. Hay momentos en los que parece uno encontrarse en los albores de los años 30 y 40 del siglo pasado. Los personajes que entonces fueron populares vuelven a la palestra un día sí y otro también. En realidad es lo que ha pretendido, y en gran parte conseguido, este Gobierno que pasará a la historia como uno de los que más daño ha hecho a esta nación en 80 años. Por supuesto que las diferencias y tensiones políticas entre los grupos políticos siempre han existido pero nunca en estos últimos 40 años con la fuerza destructora que vivimos ahora. Políticos profesionales y mediocres nos están haciendo la vida imposible a los españoles. Son personajes sin más mérito que la de medrar a costa del pueblo. Un pueblo que asiste impertérrito a todos los desmanes que aquellos cometen con absoluta impunidad y cada vez con más temeridad. Sin duda es un fenómeno sociológico que tiene su pecado original en el sistema partitocrático  vigente y en todos los vicios que este acarrea. Es todo un “deja vu”. Si uno lee y observa los errores que nos llevaron a la guerra hace casi un siglo puede contemplar como hemos caído en la misma situación. Son los políticos, y no el pueblo español, cualquiera que sea su ideología, los que nos arrastran a este sinsentido de nuestra vida cotidiana. Hasta no hace mucho los españoles, pese a los diferentes puntos de vista que sobre las opciones políticas teníamos, no nos enzarzábamos en echarnos a la cabeza las barbaridades de la guerra y de los años previos a esta. Hoy ya se ha hecho habitual y es insoportable. Me niego a tener que enfrentarme con mis compatriotas porque así lo hayan querido unos señores que sólo viven al “dolce farniente” a costa nuestra. Y lo peor es que lo están consiguiendo. Yo no tengo nada contra aquellos con los que me encuentro en todas las actividades de nuestro devenir. La inmensa mayoría es gente que sólo busca vivir en paz y sacar adelante a sus familias. Yo no tengo nada contra ese trabajador que me encuentro en el metro y con el que seguramente comparto muchas cosas. Incluso el desprecio por esos políticos como el que a lo mejor es su líder por la razón de su voto y que lo primero que ha hecho es comprarse un buen casoplón en Galapagar a la par que su pareja, o lo que sea, posa en revistas del corazón como si fuera la “Preysler” del momento. La situación si no fuera por la gravedad de lo que sucede no pasaría de ser surrealista. Pero la triste y lamentable realidad es que estos estúpidos o cretinos que nos gobiernan y que encontramos en el Congreso y en toda clase de poltronas están logrando que los españoles empecemos a identificarnos en bandos ajenos sin que en el fondo lo estemos.

Yo no quiero estar en un bando contra una parte de mis compatriotas. No, no lo quiero, pero es que están empezando a no darnos opción y lamentablemente a eso nos están llevando.

¿Hasta cuando vamos a aguantar que la megalomanía del Sr. Sánchez y su ambición exclusiva de permanecer en la Moncloa y pasearse en Falcon – carece de cualquier otro principio –  nos lleve al desastre?

¿Hasta cuando vamos a aguantar que sectarios y frustrados como el Sr. Torra o reyes de la ignorancia como el Sr. Rufián condicionen la unidad de nuestra milenaria nación?

¿Hasta cuando vamos a aguantar que representantes del asesinato como el Sr. Otegui nos prive de la lealtad centenaria – ya perdida – de las provincias vascongadas ?

¿Hasta cuando vamos a aguantar que iletradas como la Sra. Lastra nos de lecciones de convivencia?

¿ Hasta cuando vamos a aguantar que la Sra. Calvo, la egabrense, nos de lecciones de historia cuando ni siquiera sabe quienes destrozaron su pueblo a base de bombas en 1938?

¿Hasta cuando vamos a aguantar que el Sr. Casado y su partido popular se pongan de perfil con cobardía ante la batalla ideológica que estamos perdiendo?

Hasta hace nada los españoles pese a nuestras diferencias sobre nuestro pasado vivíamos mirando al futuro. Llegaron unos políticos mediocres e incompetentes para todo y están destrozando nuestra vieja nación. Y lo que es peor, en lugar de aprender de la historia nos llevan a repetir los mismos errores.

No sé qué pensarán Vds. pero yo desde luego estoy soberanamente harto de toda esta estulticia que reina entre la clase política presente.

Y lo que más me duele es que me obligan, en la defensa de mis ideales, a posicionarme contra este vecino o aquel otro. Es triste. Seguro que es lo que pretenden pero es que no nos va quedando otra.

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Señores líderes socialistas, comunistas y secesionistas – y digo líderes porque estoy seguro que en sus propias bases muchos no comparten su actitud (sucede que les están haciendo posicionarse también vía adoctrinamiento) – aquí estamos. No nos dan miedo. Sí, reconozco que caemos en los objetivos de su estrategia pero nos tienen y nos van a tener enfrente. Vd,s lo han querido así. Pues venga.

 

HARTAZGO DE TANTO PANIAGUADO ES LO QUE SIENTO.