20/09/2024 09:54
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Señores, confieso que esto de tener amigos  hasta en el Infierno, a veces, da buenos resultados… como ha sido  el caso de esta madrugada pasada. Sin yo esperarlo se presentó en mi casa «El Diablo Cojuelo», mi viejo amigo de mis años de Cronista de Madrid, y sin hablar me subió a su mundo, el mundo de los tejados de cristal, por los que se puede ver todo lo que pasa de tejas para abajo, y casi volando me llevó a ver la extraña reunión que en esos momentos se estaba celebrando en la Quinta del Sordo (la del Goya) y casi a escondidas. ¿Extraña?  No, extraña no, al menos para mi. Pues allí estaban ¡Dios me libre!, presidiendo, Don Pedro Sánchez (el Rey Eteocles), a su izquierda, Don Pablo Iglesias (el señor Marqués de Galapagar), a su derecha, el señor Otegui (el hombre de paz vasco), y  sentados alrededor, en la mesa redonda, el  republicano Rufián, el fuché Aitor Esteban, el  comunista Garzón y la señora Borrás  (¡virgensita,Virgencita1)
                    — Bien, señores y señoras («Sólo estoy yo, como mujer, interrumpe la señora Borrás), bueno, bueno, querida Laura, sólo estás tú como mujer    — comienza hablando Don Pedro, el Presidente—,  pues, ya habéis oído todos al Rey…¿ Y ahora qué? ¿qué os ha parecido?.
                      —  Mira, Pedro  -tomó la palabra el marqués Iglesias, como muy airado— ¿sabes lo que te digo? que ya no voy a aguantar más a ese niñato, pero tampoco a ti… Estoy ya hasta los cojones de tus cobardías… O estás con nosotros o estás con esos corruptos.
                     —  Vale, vale, Pablo, soy un cobarde, soy lo que tú quieras, pero ten cuidado, que cojones tenemos todos, pero yo no quiero que resucite el Viejo y me los corte… ¿Y vosotros, qué opináis? ¿Qué hacemos con la Monarquía?
                      —-   A mi no me ha sorprendido, está claro que es un Borbón  -intervino la independentista Borrás— Os aseguro que mientras hablaba me acordaba de aquel Borbón que mientras juraba la Constitución ahorcaba a todo liberal que apareciera… ¡Hay que echarlos!… Nosotros vamos a implantar ya nuestra República.
                        —   Un momento, CABALLEROS  — habló con gran Ironía el Nuevo Rufián–  yo voy a decir, muy claro y muy alto, lo que he hablado hace unos momentos con Oriol, que ya no aguantamos más esta farsa, que hay que  aprobar ya el Referéndun, sí, ya, para el 14 de abril.
                           — ¡¡Nada de Referendum!! …En las Cortes… ¿No tenemos la mayoría asegurada?…pues a votar.  República o Monarquía… y el Rey, y su padre, y los niños, y los nietos, y los primos, y los tios y todo el que lleve ese apellido ¡que no quiero ni citar! a la puta calle   —-y el señor Iglesias, sin poderse contener se puso de pie gritando ¡¡a la calle, a la puta calle…si quieren robar, que roben en Estoril!!!.
                           — Por favor, Pablo, no pierdas los nervios, que eso te pierde siempre…¿no dices tú que hay que leer a Maquiavelo?…pues, empieza tu y actúa como un maquiavelo de hoy… A ver, y tú, querido Aitor, tú que  eres un hombre frío y sensato…¿qué opinas tú?   —dijo Don Pedro, con suavidad, tratando de apaciguar al exaltado marqués de Galapagar.
                             — Pues, querido Presidente, amigos todos, y amiga Laura..– contesto muy tranquilo y con voz pausada Don Aitor Esteban, el veterano portavoz del PNV— yo… a mí, particularmente, no me hs gustado, este hombre, por lo que hemos visto y oído, no sabe dónde está ni en que país vive… si esta noche parecía la princesa Sherezade contándole un cuento a su Rey, sí, un cuento de los de «Las mil y una noches»…
                           — ¿Y qué debemos hacer nosotros? –le preguntó Don Pedro interrumpiéndole.
                          —  Mira, Presidente, voy a serte sincero… Yo, en el fondo, estoy de acuerdo con Iglesias, esta Monarquía no puede seguir, porque está claro que mientras siga no podremos traer Nuestras Repúblicas, eso está claro, clarísimo, ya que según dicen ellos la Monarquía es la piedra que sostiene la bóveda… Pero, no estoy de acuerdo en hacerlo a las bravas ni mucho menos para el 14 de abril… sí, sí, sí, ya sé que seria el colmo  de la felicidad y volverla a traer un 14 de abril la repera, pero puede ser el del año 22…
                               — De acuerdo, de acuerdo    —intervino de nuevo el exaltado Iglesias, aunque algo más tranquilo y sentado—  pero, sí podíamos hacer para este 14 de abril, porque algo tenemos que hacer para recordar aquel glorioso 14 de abril del 31… Yo, propongo, se me acaba de ocurrir… yo propongo, digo, algo así como una Cuestión de Confianza al Rey, aunque no sea vinculante, como una simple Reprobacion del Parlamento.
                         — Yo me apunto  –dijo antes de que terminara el etarra y subido Don Arnaldo Otegui— y si me apuráis con guillotina.

                        —  Y  yo.   –contestó la catalana Borrás., y

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                        —   Y yo y yo    — intervino el comunista Garzón, que no había dicho ni pio todavía
                        —   Pues,  sí… yo creo que podía ser un buen «jaque al Rey»… sí, yo me apunto.. Moción de confianza y a votar…¿Y tú, qué opinas, Presidente?

                        —  Bueno, pues yo creo que en medio de lo que estamos viviendo con la pandemia eso sería fatal para la economía…
                            —  Ya estamos!!… —casi gritó, Don Pablo–  ¡y a mí qué coño me importa la pandemia¡…la Monarquía es peor que la pandemia… del virus de los cojones nos podremos librar algún  día, pero a la Monarquía hay que cargársela  ¡¡¡YA!!!… y   ¡ojo, contígo, Pedro, y te lo digo en serio!… te ha llegado la hora de la verdad, así que si quieres seguir en la Moncloa…ya sabes lo que…

                              — ¡¡NO, PABLO, CHANTAJES NO!!!
                             —  No son chantajes, es la realidad… Los que estamos aquÍ,  y algunos más que ya sabes que están con nosotros, TE HICIMOS PRESIDENTE  y los mismos te podemos mandar a tu casa.
                       —-   Bien, vale, de acuerdo   -respondio el Señor Presidente, apaciguador, y con cara de vencido– pero, estaréis de acuerdo que habrá que buscar una fórmula legal…
                    — SÍ, SÍ, tú busca la fórmula que quieras, para eso tienes a tu Mariché, a tu Dolores y a tu Rosa, pero el 14 de abril… REPROBACIÓN, SÍ… REPROBACIÓN, NO…Yo te aseguro 176 a favor.
                      Y mi amigo, El Diablo Cojuelo, me arrancó del tejado y me devolvió a casa
             —  ¿Y qué, tú qué dices?  –me preguntó el muy pícaro, con una sonrisa abierta de par en par.

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             —   Pues, yo…lo de aquel noble inglés que se iba de fin de semana a cazar el  zorro y vio en su correo el documento judicial que le anunciaba el embargo de todos sus bienes y se limitó a dejar los papeles en el buzón y decir: ¡¡¡ Joder, la que me espera el lúnes!!!… Pues eso digo yo: ¡Joder, la que nos espera el 14 de Abril! del 2021.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.