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“Ya hay un humano que quiere
vivir y a vivir empieza
entre un Planeta que muere
y otro Planeta que bosteza.
Humanito que vienes
al mundo te guarde Dios.
Uno de los 2 Planetas
ha de helarte el corazón”.
Quién pudiera volver atrás y disfrutar de las inveteradas “2 Españas”, presentes mucho antes del poema de Machado y, por supuestísimo, de nuestra última guerra civil que noqueó al comunismo y lo dejó en “stand by” hasta 1975. Pese a que muchos parásitos y/o oligofrénicos severos se empeñan en continuar con la dicotomía, aceptada ahora como división entre fachas y rojos, la realidad dista tanto de este maniqueísmo absurdo como la distancia que hay entre 2 pelotas negras y 2 negras en pelotas. Sólo hay que ver las alianzas sociopolíticas que tienen tanto los llamados rojos como los fachas, para descojonarse a piernas abiertas batientes
La división vital actual y futura es entre covidiotas y seres humanos. De la Patagonia a los fiordos noruegos, de la Antártida a Groenlandia… Creo, y hablo por lógica no por la información que tenemos –pues nadie habla de eso – que África, Oceanía y casi toda Asia son los único lugares del mundo (casi) libres de congojavirus. Pero al igual que a mí me afecta mucho más lo que pase dentro de la casa de mis caseros, que lo que acontezca en la calle donde alquilo ese cuchitril; me afecta mucho más lo que ocurre en “Occidente” a lo que acontece en “Oriente”, atendiendo a la clasificación falsa que divide en 2 el Planeta. Por desgracia no se divide, estrictamente, geográficamente en 2, sino que hay subdivisiones por doquier, estamos atomizados a tope. Ese es el problema. Si la división fuera polar, todos felices y cada mochuelo a su olivo, que cada palo aguante su vela y todos moros o todos cristianos; pero bien separaditos. Pero no, los covidiotas han hecho que el mundo sea un a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga. Toca resignación. ¿Toca resignación? Cuidado con la importancia de los interrogantes.
Si los covidiotas (y sus colaboradores, que son el mismo perro con distinto collar pero con el mismo bozal) estuvieran en un sitio, y las personas en otro, la vida seguiría siendo maravillosa. Es decir: vive y deja vivir. Una zona geográfica para unos y otra, para otros. Como las personas somos inmensa minoría, con poquito nos apañamos, de verdad que sí. Dejadnos un mínimo espacio vital de libertad. Una tierra, por ejemplo, como la España de las primeras décadas del franquismo. Un lugar ácrata en el mundo, totalmente autosuficiente como para no necesitar nada allende sus pequeñas fronteras. Autarquía lo llamaron, y con razón, pues la acracia es un estado tan alto de humanidad, cordura, sensibilidad e intelecto; que pocos la alcanzan y por eso tuvieron que establecer la autarquía, la prima hermana de la acracia, que es algo obligado y no voluntario, pese a ser lo mismo sensu stricto.
Pero la mayor satrapía de la historia, el congojavirus, está muy bien elegido, ya que no deja espacio libre, pese a no existir. Es colosal. Está por todas partes, en cada molécula de la Tierra. Tanto covidiotas como humanos somos apestados que no podemos ser aislados en zonas concretas, porque “tenemos cura”. Jamás la muerte fue tan cachonda como para señalarte, estigmatizarte, y luego dejarte libre por los mismos motivos falaces por los que te atrapó. Hoy estás infectado y tu vida pende de un hilo… dentro de 4 días estás sano y haces que la vida de otros penda de ese mismo hilo que sostuvo la tuya.
¡Mentecatos! ¡panda de extraviados severos! ¡timoratos sempiternos! ¡totalitaristas de andar por casa! ¡sátrapas de monopoly! ¡inquisidores de limón y menta! ¡borregos sin vellón ni belleza! sois tan covidiotas que ni os dais cuenta de que ya no sois seres humanos. O tal vez esto sea ser humano. Pero sea lo que sea… tú a Londres y yo a Nueva York. Y punto. Que seáis felices en vuestra Arcadia infeliz, en vuestro infierno soleado. Dejadnos a los 4 humanos malvados, suicidas y descerebrados que no somos covidiotas, vivir en paz. Que no, que no os vamos a contagiar nada, que vosotros vais con el bozal protector y os metéis al cuerpo las panaceas de farmafia. ¡Qué estáis blindados ante nosotros! ¡no os preocupéis y dejadnos vivir en nuestro reducido espacio sobre la Tierra!
¿No os dais cuenta, jodidos retrasados mentales severos, de que sois vosotros los enfermos? Nosotros, sanos cual manzana por negarnos a llevar bozal, a enterrarnos vivos y a medicarnos… somos los sanos. Por eso NOS ODIAIS. Y, por eso mismo, nos queréis matar. Envidia de salud es lo vuestro. Complejo de inferioridad que tenéis de sufrir tanto síndrome de Munchausen y de Estocolmo como sufrís, malditos hijos de puta.
Sois como el perro del hortelano, pero con el agravante de estar rabioso perdido.
A otro perro con ese hueso del congojavirus, jodidos perros del hortelano. Jamás un suicidio colectivo fue menos mortal, ni una asepsia más mortífera.
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