22/11/2024 06:30
Getting your Trinity Audio player ready...

Tenemos los 17 ODS de la Agenda 2030. Objetivos de Demolición Social, magníficamente rebautizados por el voxero Buxadé. Una suerte de crisol y ampliación, digamos, de los objetivos de los que nos hablaba Coleman (antiguo miembro de los servicios de inteligencia británicos en el exterior, MI6, forma parte de las escasas personas que nos alertaron desde hace decenios de lo que se estaba tramando). Se los resumo. Los «Elegidos» 300. Los 33. El Consejo Druida de los 13. Manejando aciagamente los destinos del mundo desde hace mucho – muchísimo –  tiempo. Coleman se ciñe a los 300, trepando la Pirámide. Chitauri, o lo que les salga del pitín.

Van a matarte y más cosas

Provocar la muerte (mediantes guerras limitadas en los países desarrollados; por medio del hambre y las enfermedades en los países del Tercer Mundod) de tres mil millones de personas para el año 2050. Y fomentar durante décadas todo tipo de “suicidio” demográfico: aborto, elegetebeí, eutanasia…
Establecer un Gobierno Mundial Único/Nuevo Orden Mundial. Una religión única con iglesia unificada y un sistema único monetario bajo su dirección. Dar todo tipo de apoyo a las instituciones supranacionales de todo tipo.
Para implantar el primer gran objetivo, previo: demoler por completo la identidad y el orgullo nacional, penetrando y subvirtiendo y manejando todos los gobiernos nacionales. Ya desde dentro de ellos, triturar la integridad soberana de cada una de las naciones.
Destrucción de la religión, y más especialmente, la religión cristiana, y apurando: la católica. O infiltrarla hasta hacerla irreconocible, como hoy. Mientras, se introducen nuevos cultos sectarios y se continúan potenciando los que ya «funcionan» exportando una suerte de «liberación religiosa». Y se fomenta el islam y las iglesias evangélicas, preferentemente las «carismáticas»: todo, sobre todo, para reventar del todo a la iglesia que hoy comanda Cuatro Pes (Pancho Primero de la Pampa y de la Pachamama)
Acabar con toda la industrialización y con la producción de energía eléctrica de – origen nuclear, preferentemente – en lo que llaman «la sociedad postindustrial de crecimiento cero», huellas de carbono y timopolladas varias. Excepción a la regla: FARMAFIA, industrias informáticas y de servicios. Desempleo masivo: con o sin la excusa de la Inteligencia Artificial.  Provocar un colapso total de las economías del mundo, en definitiva: ergo caos total (Ordo ab Chao es la principal divisa del grado 33º del Rito Escocés Antiguo y Aceptado. Para algunos masones también es el lema del rito).
Individuos completamente atomizados en un mundo semejando a Mad Max (despoblando las grandes ciudades al estilo de su admirado Pol Pot), o a Matrix, de completo control, incluido el mental a través de nanochips (incluidos, por ejemplo, en plurales fármacos: kakunas, por ejemplo). El Metaverso, top. Y la familia difuminada, tan solo seres solitarios: cuando todo es familia, nada es familia (comenzando con la despenalización del adulterio y prosiguiendo con la legalización del divorcio…hasta hoy).
Fomentar masivamente y, eventualmente, legalizar, el consumo de drogas y hacer de la pornografía una «forma de arte».
Organizar un aparato terrorista mundial (Al-queda, ISIS, ISIL,…) y negociar con los terroristas creados por ellos siempre que se produzcan “actividades terroristas”. Memento El Divo Andreotti/GLADIO y su «oponente» Craxi, quien persuadió a los gobiernos italiano y estadounidense para que “negociaran” con las Brigadas Rojas tutelados por ellos.

LEER MÁS:  Los kurdos, vendidos por Suecia y Finlandia al tirano Erdogan. Por Luys Coleto

Casi en todo, Coleman, lo clavó. En fin.

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.