Hay quienes, obsesionados con “PedroSánchez”, se centran en la corrupción de esta última etapa socialista. No consideran que todo esto no es más que una fase dentro del sistema liberal, pergeñado entre bambalinas en la última década (por lo menos) debilitado el franquismo. Es decir, el cambio y transformación de España para insertarlo en el sistema liberal occidental (masónico y satánico) hoy prácticamente mundial, con sólo Rusia oponiéndose a él. De tal sistema es propio la corrupción. Por lo tanto no se trata de fases de desguace. Tampoco se trata de un proceso histórico de descomposición como le ocurrió al imperio romano (que no fue ninguna caída, el Imperio Romano no cayó, se descompuso tomando otra forma política).
De lo que estoy hablando es de algo que está en la raíz y, por lo tanto, inherente al propio sistema liberal, repito: la corrupción. Cierto es que en sistemas no liberales también hay corrupción porque es algo propio de la naturaleza humana desde su caída en el pecado original. Pero también es cierto que en sistemas políticos cristianos todo esto se ve limitado. Además, hay que tener en cuenta que un sistema que no sea cristiano (católico) es obra del Príncipe de este mundo mediante sus braceros.
Tal se expresa en Idea de un príncipe político-cristiano de Saavedra Fajaardo, según el cual el príncipe debe poner especial atención a la educación de la juventud y al hacer virtuoso y competente de los que forman el cuerpo político de Estado. Y el objetivo es la virtuosa vida colectiva. Esta fue la esencia de la Católica Monarquía Universal. Y fue recordado a Felipe V -nada más ser designado sucesor de Carlos II- en el Teatro Monárquico de Pedro Portocarrero y Guzmán (Patriarca de las Indias). Esta fue la idea-fundamento del ser de la Católica Monarquía y por la cual se desangró durante 300 años contra herejes protestantes e ismaelitas.
Fue la masonería, su hijo el liberalismo (y la hijastra socialista) los que destruyeron todo esto y levantaron un sistema (con diversidad de regímenes políticos) basados en la corrupción. Tal como dice el Tesoro de la lengua de Covarrubias (1611) “Corromper” es contaminar y destruir. ¿El qué? Las buenas costumbres y, éstas, se sustentan en la fe católica. Y lo primero que se corrompe son las palabras, como bien desarrollaría Tucídides. Las medias verdades-medias mentiras son la base del sistema asambleario y éste es el foco desde donde se extiende la podredumbre, que acaba corroyendo toda actividad humana.
Como ya he dicho muchas veces, no es Pedro-Sánchez, ni Aznar, ni ZP, ni Rajoy, ni Suárez, ni Felipe González. Todos se movieron bajo los mismos parámetros. Parafraseando a Carville con su «es la economía, estúpido»: es el Sistema “estúpido”.
Autor
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Antonio Ramón Peña es católico y español. Además es doctor en Historia Moderna y Contemporánea y archivero. Colaborador en diversos medios de comunicación como Infocatolica, Infovaticana, Somatemps. Ha colaborado con la Real Academia de la Historia en el Diccionario Biográfico Español. A parte de sus artículos científicos y de opinión, algunos de sus libros publicados son De Roma a Gotia: los orígenes de España, De Austrias a Borbones, Japón a la luz de la evangelización. Actualmente trabaja como profesor de instituto.
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Así es.
¿Nos habrán manipulado para que si alguien nos habla de conspiración pensemos en que es un conspiranoico, un negacionista o un odiador? ¿En ese caso quiénes son y por qué lo hacen? Si estamos en democracia ¿Por qué aceptamos que nuestros políticos se salten mil veces nuestros derechos constitucionales y nos jodan la vida? ¿Por qué estamos aceptando la aberración globalista? ¿Por qué prácticamente toda la oposición crítica a la hora de la verdad no propone acciones adecuadas para que recuperemos lo que nos están quitando?
La sorprendente y extraña distopía que vivimos solo puede explicarse bajo la conclusión de este artículo. Todos los líderes jerárquicos de los partidos parlamentarios han sido elegidos e impuestos en las Cortes (mediante infiltraciónmasónica, telemanipulación y Pucherazos Soros-Indra-Tezanos) por los ocultos mandamases del sionismo masónico para que nos dejemos seducir y atrapar y nos representen este teatro de seducción, engaño y despiste para que las víctimas no tengamos posibilidad de autodefendernos.
El Parlamento es así el gran centro de traición y gran casa de putas de España, rodeado de hoteles de 5 estrellas