21/11/2024 11:55

En su primer discurso por televisión en 1976, Adolfo Suárez, aquel gran traidor, uno de los individuos más nocivos de nuestra historia, y mira que los ha habido, soltó la siguiente perla: «Elevar a la categoría política de normal, lo que a nivel de calle es plenamente normal”.

Hace unos días, la comunista Yolanda Díaz, al votar en contra de la ley sobre la prostitución, soltó, por su parte, esta otra: “No se puede prohibir la prostitución, porque es un hecho que existe”.

Ambas frases están separadas por algo más de cuatro décadas. La primera fue pronunciada por alguien que se decía de “centro”, pero como ya sabemos que el “centro” no existe, muy a su pesar era de “derechas”. La segunda frase la ha dicho una comunista, sí, todavía hay comunistas en pleno siglo XXI, claro que en realidad sólo en España y en algún que otro alucinado país del otro lado del charco atlántico.

Pues bien, como vemos, ambas frases son lo mismo, porque ambas abogan porque se asuma como normal lo que exista per sé, lo que se haga, lo que la calle dicte, lo que la masa, la plebe, el populacho, que no el pueblo, considere, dando igual lo que sea, sin pasarlo por el tamiz de la verdad –que sólo hay y puede ser una–, la moralidad, honradez y decencia, así como sin tener en cuenta si beneficia o perjudica. Todo eso no importa. Para Suárez en 1976, como para Yolanda Díaz en 2024, lo único que tiene que hacer un político, un mandatario, un gobernante, es mirar a ver qué existe en la calle y legalizarlo, elevarlo a rango de ley y convertirlo en lo normal.

Ahora, y una vez más, vemos con claridad cuál ha sido el leitmotiv, la hoja de ruta, la línea de actuación de nuestros dirigentes durante este ya casi medio siglo; fueran de “derechas” o de “izquierdas”. Ahora vemos, una vez más, que ambos son la misma cosa, les mueve el mismo impulso y tienen el mismo fin que no es otro que… perpetuarse en el chupe y la magancia para lo cual nada mejor que promulgar leyes que legalicen y conviertan en normal lo que exista en la calle; y eso por muy anormal que sea.

Por semejante ecuación mental, por tan evidente corrupción moral tanto de Suárez como de Yolanda Díaz y todos, todos los demás, sí, desde los dos últimos reyes, incluidos, abajo, todos, el devenir de España ha sido el que es; y de su actual situación para qué decir.

Por eso se han legalizado los separatismos desde Suárez hasta hoy en día, el divorcio, el aborto, la sodomía, la eutanasia, la okupación, la impunidad, la corrupción, la…, porque todo eso, todo, existía y existe en la calle, y aunque son anormalidades y además manifiestamente destructivas de nuestra sociedad, por tan espurio motivo, ese de existir y en la calle, ha bastado para que se hayan legalizado hasta incluso el punto de, yendo más allá, imponerse a quienes no comulguen con ello, o sea, con el axioma de Suárez y de Díaz, los extremos se tocan, de que lo normal, lo lógico, lo que debe ser, por muy anormal que sea, es lo que existe en la calle.

Autor

Francisco Bendala Ayuso
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