22/11/2024 01:36
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Todos sabemos, o intuimos saber, que son las puertas giratorias, esos chollos que les caen a algunos después de haber ocupado altos cargos, y que no dejan de ser “pagos en diferido”, siguiendo la novedosa doctrina de María Dolores de Cospedal, en el caso Bárcenas, o agradecimiento por los servicios prestados, o la utilización de esa persona como traficante de influencias, al servicio de un nuevo amo…

La práctica totalidad se prestan gustosos a trabajar de alcahuetes del poder económico que en realidad es el único poder, en esta sociedad que ha sustituido a Dios por el becerro de oro del euro, preferible bien aparcado en algún paraíso fiscal, lejos de la voracidad del fisco español.

Es el caso del ex presidente del gobierno, Felipe González, al servicio del Carlos Slim, que dicen es el segundo hombre más rico del mundo.

Y claro, ¿quién no se pone al teléfono si le llama el ex presidente del gobierno…?

O un ex fiscal general del gobierno (aquí, todos los fiscales generales lo son del gobierno, no del Estado), trabajando en un gran despacho de abogados, de los que cobran minutas millonarias.

¿Ustedes creen que esta allí por su gran sapiencia jurídica, cinéfila, o más bien por sus contactos, relaciones…, y no me atrevo a decir por todos los secretos que conoce, pues eso podría ser delictivo, y hay un deber de secreto profesional, que estoy seguro cumplirá…?

O todos los ex ministros de industria, y creo que no se salva ni uno, sentados como consejeros de las grandes eléctricas, ladrones al por menor, a todos y cada uno de los millones de clientes.

El informe del GRECO,  aprobada en Estrasburgo el 20-22 septiembre 2021, dedica bastante atención a estas puertas giratorias, tráfico de influencias, o llámese cómo se quiera, en la guardia civil y la policía nacional, pero, en cambio, no dice ni medio palabra de esa ONG llamada ejército español, o lo que queda de él.

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Es francamente sorprendente, pues dónde más millones se gastan es en la adquisición de material militar, que luego generoso Sánchez regala a nuestro enemigo Marruecos, a Ucrania, enemistándonos así con Rusia, y a cualquiera que se lo pida.

¡Menos al Ejército del Sáhara Occidental, faltaría más; esos, que se jodan, y que los jodan! (“Doctrina” de Pedro Sánchez para los saharauis, a los que antes quería como hermanos… O, al menos, eso decía).

Pero a nadie se le escapa que la compra de aviones, helicópteros, armamento pesado, etc., mueve cientos, e incluso miles de millones de euros, y sino que le pregunten a Bono… (Y no hablo de la Chacón, pues ya está muerta, y hay que dejar a los muertos que descansen en paz, si pueden).

Sólo los miserables desentierran a los muertos, profanan sus cadáveres, hacen ritos masónicos ante ellos, etc.

Pues bien, un diario muy serio y solvente, El Español Digital, ha publicado recientemente dos artículos reveladores sobre el tema:

Las infames puertas giratorias de nuestros “patriotas” mandos superiores militares, y
Fdo. Alejandre (exJEMAD): mal ejemplo y peor ejemplar.

Les recomiendo su atenta lectura y meditación, pues les ayudará a entender muchas cosas, como a mí me han ayudado.

Y termino con un ejemplo, que resume lo que quiero decir, extraído de la parte final del artículo sobre el general Alejandre:

“Alejandre,  como trabajador autónomo, presta desde hace unos meses “asesoramiento externo” como consultor a la empresa Sener Aeroespacial –compatibilizando su salario como General con el privado, claro-, empresa dedicada a la ingeniería y tecnología aeroespacial (ámbito del que Alejandre no sabe nada), muy relacionada con Defensa; toda una “puerta giratoria” de libro.

¿Le hubiera contratado dicha empresa si llevara cinco años fuera?
¿O lo hace ahora porque sabe que tiene “contactos”?
¿Tráfico de influencias?
¿Dónde está la ética y la moralidad de Alejandre?

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No es por señalar, pero este es un caso más. En el artículo citado en primer lugar, Las infames puertas giratorias de nuestros “patriotas” mandos superiores militares, se cita a un nutrido grupo de tenientes generales, almirantes, generales, etc., que hacen lo mismo.

No están todos los que son, pero sí son todos los que están…

Todo por la Patria, digo por la Pasta.

No se puede dejar en manos de cada uno el saber que puede hacer, y que no puede hacer.

En un Estado de Derecho como Dios manda, debe haber una regulación clara y específica de estos temas, pues no olvidemos que por las manos de estos señores, y las decisiones “técnicas” que adopten, pasan muchos millones de euros al año.

Y claro, si los técnicos están corrompidos, o es fácil corromperles, los políticos pueden hacer los “negocios” que les apetezcan, al  tiempo que los altos mandos militares obligan los deberes que les impone el artículo 8 de la Constitución, y que voy a recordar:

“1. Las Fuerzas Armadas…tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento jurídico”.

He dicho.

Autor

Ramiro Grau Morancho