
Getting your Trinity Audio player ready...
|
«No grite usted tan alto, señor ultraderechista, ¡más bajo!» -dirán estos zánganos entronizados. Pero se les tendrá que replicar: «Bajo estoy hablando, señores rojos, y mucho más he de alzar la voz, aunque sea en sus lóbis y covachas institucionales, que no está bien que los salteadores de vidas y haciendas se salgan con cuanto quieren y se burlen de todo el mundo con absoluta impunidad. Que hay una diferencia esencial entre gobernar con autoridad y utilidad, y gobernar con insolvencia y tiranía; entre rebelarse por dignidad y rebelarse para usurpar el cargo de supuestos opresores, que así es como entienden ustedes la rebeldía con sus hordas socialcomunistas y sus cómplices». Porque, en definitiva, todas las promesas rojas son viento, aire viciado, y lo que dicen que plantan es más ficticio que fructífero: todo es arena y nada es fruto. Y por eso mismo, con ellos al mando, la patria se esteriliza y empobrece, transformándose en campo de confrontación y en lamentable yermo.
A los rojos no les importa la economía, sino el saqueo; ni el progreso y bienestar de los ciudadanos, sino eternizarse en el poder para seguir depredando al país y al pueblo. Y así, con el fin de cubrir todos los agujeros de su nefasta gestión, ahogan más aún a las familias españolas con subidas de impuestos que suponen un esfuerzo fiscal añadido. Frente a esta gestión hay otra más eficaz que es la de reducir la carga impositiva y no dilapidar el dinero público en lóbis (interiores y exteriores) ideológicamente afines o en no financiar a sus colaboradores políticos, o en no robar las arcas del Estado, o en generar confianza con una política económica idónea que redunde en prosperidad verdadera y en empleo. Pero esto es imposible, porque el socialcomunismo siempre ha llevado consigo el paro masivo, la ruina y el enfrentamiento civil.
La Iglesia Roja y sus cohortes siniestras representan a ese príncipe universal, tan famoso y tan común, que conocemos como Engaño. Y junto a tan sonado príncipe caminan sus familiares: la Mentira, la Ignorancia, la Malicia, la Insidia, la Necedad, la Conflagración, el Caos, el Rencor, la Ruina… Todos los que se suman a las agitaciones callejeras que organizan los frentepopulistas tras cualquiera de sus trampas, derrotas o adversidades, son masa clientelar, vaga y delictiva. A los socialcomunistas y a sus tiorras y berceras, también conocidos en conjunto como chekistas, que presumen de ser servidores y servidoras del pueblo y luminarias del materialismo dialéctico, sus naturalezas les empujan una y otra vez a ejercicios de sectarismo sádico y analfabeto.
Tanto individualmente, como en colectividad o en camarilla, son como tigres enloquecidos en un corral de cabras. Ellos, y sus líderes y copartícipes, consideran imbéciles a los españoles, que es la premisa científica de todas sus actividades sociopolíticas y de todas sus campañas electorales. No debiera ser normal que los berzas dirigieran academias y adoctrinaran, pero con los socialcomunistas no sólo se consigue, sino que, más allá, sucesiones de iletrados con ínfulas dirigen las instituciones y siempre un zote insigne o un astuto versado gobierna la nación. El misterio consiste en que los legos y sus zorros y perros de presa ponen en marcha el ventilador de las subvenciones y todos los vagos y maleantes se sitúan en la fila dispuestos a depredar al esforzado contribuyente, con los medios desinformadores a la cabeza. Y así, sustentados por la ignorancia y por el fanatismo, van engordando sus patrimonios a la par que enflaquece la caja común.
Porque, personas dudosamente inteligentes en su mayoría, pero listas y maliciosas, se dan buena maña en colocarse en las instituciones y parasitar presupuestos. Pues no debemos engañarnos, el que sean malos no quiere decir que sean ineficaces. Al contrario, son eficaces, y mucho. La cuestión es preguntarse para qué y en beneficio de quién es su eficacia. Y la respuesta es clara: son ineptos para el bien y para la comunidad, pero muy eficientes para el mal y para sus patrimonios particulares. De manera que sus sucesivos Gobiernos cuentan a su favor con una ciudadanía sectaria y rencorosa que satisface sus bajos instintos con el sufrimiento y la sangre de las gentes de bien, y, además, con una ciudadanía agonizante que prefiere ignorar el despropósito en el que se asfixia la patria a enfrentarse a él.
Con los socialcomunistas, los que gradúan de valientes y de sabios son zánganos del mundo. Estos vagos que han vivido sin dar un palo al agua y estos ignorantes que no han abierto un libro en la vida, son los jueces de la sociedad y sus administradores. En viendo a un sandio exaltado, lo llaman y se olvidan de cien sabios. Y aunque el mundo se lo reproche, les importa un bledo, pues de sus abusos y temeridades tienen hechos callos en la opinión pública. De modo que, sin oposición, gobiernan sus lóbis, tenderetes y sombrajos una caterva de mendaces, aduladores y embusteros, que son sus iguales, y a las personas de sustancia y rectitud no las pueden ver, porque éstas conocen sus locuras y abominan de sus delitos.
Mientras tanto, la España ovina languidece, entregada a los malhechores; rendida ante la ruin canalla, la gente baja y soez que la deshonra y la vende al mejor postor. Una España, además, educada por pervertidos y rufianes, por farsantes y rameras, y aplastada por una canalla dogmática que no deja de dar lecciones a los prudentes, en vez de dedicarse a examinar su conciencia. Pero detrás de sus instituciones prostituidas, chantajeadas o venalizadas, de sus reductos podridos, de sus mafias o de sus lóbis y demás chiringuitos clientelares, las izquierdas rojas no saben qué hacer con la nación aparte de depredarla y arruinarla. Como el gato ya aburrido de abusar del inerme pájaro, al que aparta a un lado dejándolo agonizante. ¿Quién asumirá, del Rey abajo, la lamentable herencia dejada por los ventajeros y criminales, y por sus aliados y compinches, durante esta desleal y nefasta Transición?
Autor

- Madrid (1945) Poeta, crítico, articulista y narrador, ha obtenido con sus libros numerosos premios de poesía de alcance internacional y ha sido incluido en varias antologías. Sus colaboraciones periodísticas, poéticas y críticas se han dispersado por diversas publicaciones de España y América.
Últimas entradas
Actualidad28/02/2025Esperando al caballero Trump y a su escudero Vance. Por Jesús Aguilar Marina
Actualidad26/02/2025Los autodenominados «rojos» y sus máscaras (4). Por Jesús Aguilar Marina
Actualidad23/02/2025Los autodenominados rojos y sus máscaras (3). Por Jesús Aguilar Marina
Actualidad20/02/2025¿Trump/Vance frente a Europa?: expectativas en España, el Reino del Engaño. Por Jesús Aguilar Marina