Demoliciones Sánchez. Por Antonio Cebollero del Mazo

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Especialistas en el derribo y aniquilamiento del Estado de Derecho, de la Constitución, de la Independencia Judicial y separación de Poderes, de la Democracia Liberal, de la Convivencia ciudadana, y si las circunstancias lo exigen de la Monarquía Parlamentaria; este último trabajo incluirá el Palacio Real, incluso, el Monasterio del Escorial, haciendo constar mediante cláusula contractual que el pago se efectuará en efectivo y por adelantado.

España está de enhorabuena, al fin, vamos a disfrutar de un nuevo gobierno que nos colmará de orgullo a todos los españoles, que para eso nos hemos movilizado en aluvión democrático frente a las urnas en sinérgica y patriótica comunión con las propuestas electorales del líder indiscutible, caudillo, que sin lugar a dudas, ha de conducirnos a la victoria, al disfrute gozoso, al placentero sentimiento de poder alcanzar, después de tantos siglos de espera, el éxtasis por haber llegado al destino, al deseado paraíso que la sociedad socialista se merece.

Este panegírico, en esencia, es el argumento socio-comunista, disgregador y guerracivilista esgrimido por el titular de la empresa “demoliciones”, razonamiento que nos retrotrae al trágico enfrentamiento entre españoles del año 36, postulado desafiante y frentepopulista del que infamemente se ha servido Sánchez en el Congreso al manifestar su intención de levantar un muro contra la opción democrática de un futuro gobierno alternativo.

El ilegítimo presidente ha confeccionado un gobierno que en nada desmerece al anterior, ¿de dónde extrae este sujeto a sus ministros?

Estimo que personajes de tal dimensión cultural, profesional y moral no se encuentran fácilmente. Creo que la única posibilidad de localizarlos es rebuscando concienzudamente en el mercado negro, o en su defecto desenterrarlos del estercolero socio-comunista.

Detengámonos en uno de ellos, en este caso, una “hembrita”, Sira Rego, una recién parida con destino a los más altos coturnos de la política Nacional.

Nutricionista a la que, al parecer, no le gusta la fruta.

Entre sus mayores logros de servicio público destacan: justificar la masacre terrorista de Hamás en territorio israelí; afirmarse en su furibundo antisemitismo, al punto de mostrar verdadera fascinación por la extrema violencia contra Israel; negarse a condenar el atentado terrorista de Hamás en el parlamento europeo ( de 705 diputados, votaron en contra 21, de estos, el suyo y 5 más fueron españoles, entre los que se contaba el también ministro Ernest Urtasun ); vandalizar los aseos de la Eurocámara; proponer la suspensión de relaciones diplomáticas con Israel y la expulsión de su embajadora; negar públicamente que Lenin fue un genocida y aclamarlo con reiterados Vivas a Lenin siempre que tiene ocasión; querer alterar el movimiento de rotación de la Tierra a semejanza del conseguido cambio de circulación en 15 rotondas “rotondas por la izquierda” mientras era concejal de IU en Rivas-Vaciamadrid; llegar a rebuznar este silogismo: “el paro lo crean los que despiden. Los que despiden son los empresarios. Acabando con ellos, acabaremos con el desempleo”.

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Redomada farsante, comunista de la siniestra órbita degenerada del partido político, SUMAR, que haciendo honor al dedo que la nombró como ministra de Juventud e Infancia, secunda ciegamente las aspiraciones “mejorar la vida de la gente” de la ignara y cursi lideresa del partido coaligado con el sanchismo demoledor.

La que fue ministra de educación, Isabel Celaá, la que propició en su momento una colosal coz a las familias españolas, diciendo: “los hijos no pertenecen a los padres, sino al Estado”, continuó en su quehacer diario, indemne a las iras de los padres afrentados, todos, sin excepción, tan amantes y protectores de sus hijos como medrosos y acobardados ante tal órdago ideológico promovido por las doctrinas totalitarias del socio- comunismo español; pues bien, a modo de sugerencia, de advertencia, y si lo prefieren de alerta máxima contra lo que ha de venir, si quieren cumplir con su natural deber de proteger a sus hijos, no duden y diríjanse al juzgado de guardia más cercano, para solicitar una “Orden de Alejamiento” a favor de sus hijos y en contra de la ministra de Juventud e Infancia.

La empresa de “demoliciones”, además de aplicar la táctica de tierra quemada en el solar patrio, se permite el lujo de mofarse y regocijarse en la permanente mortificación de los españoles que están al otro lado del muro.

Hasta que la sociedad no interiorice, no descubra los verdaderos y terribles efectos de las políticas de Sánchez y sus aliados,— hasta que no seamos conscientes de que las heridas producidas arbitrariamente en las candorosas y tiernas carnes de los españoles de bien, seguirán sangrando y de no detener la hemorragia, cuando queramos darnos cuenta seremos ciudadanos exangües, sin energía, sin vida, sin libertad y comiéndonos los mocos,—todo lo que suponga una limitada reacción, que no termine de favorecer y consolidar un poderoso bastión de rechazo y defensa de las libertades y de la Nación, se convertirá en un esfuerzo baldío e inútil.

A la vista de las mediocres calidades democráticas, de las groseras, burdas y tramposas conductas políticas y personales, de las manifiestas incapacidades de gestión, del olvido permanente del interés general en beneficio de lo particular y del desenfrenado y progresivo sectarismo que les guía, no es baladí recordar el concepto de “Anaciclosis” que el historiador griego Polibio definió como una rueda en constante movimiento que trasforma alternativamente un gobierno deseable en otro degenerado, y el nuevo gobierno degenerado en otro deseable, y así sucesivamente.

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Ni más ni menos, que la alternancia democrática de los partidos en el poder.

El muro que Sánchez ha levantado entre españoles ha roto el normal funcionamiento de la rueda de Polibio; es por esto, que en la inteligencia de que el socialismo una vez que sus raíces han prendido con fuerza, su desraizamiento es complicado y puede llevar décadas; por tanto, es estúpido y masoquista desechar de antemano la posibilidad de tender a un gobierno deseable, aristocrático y sin fecha de caducidad, formado por personas preparadas (gobierno de los mejores) que tomen las decisiones cabal y honradamente en beneficio de la comunidad y del interés general de la Nación.

El conjunto de los ciudadanos de un país, los vivos y los que han de nacer tienen el mismo y teórico derecho a disfrutar de un gobierno deseable; los que en la actualidad hemos sufrido los envites totalitarios del socialismo de 140 de edad, estamos curados de espanto, y nuestra inteligencia empírica nos aconseja denostar a este socio-comunismo que no termina de aterrizar en el exilio, pero no debido a sus errores, sino porque son irrecuperables para una convivencia pacífica y en orden.

¡Basta ya! Estamos hartos de la clientela socio-comunista, feligresía exhortada a hacer el mal por el discurso de Satanás bajo promesa del paraíso, no tendrá reparo alguno en arrodillarse ante el demonio para besarle las manos, los pies, el pecho, incluso, en señal de agradecimiento eterno por tener siempre bien provisto su pesebre, depositar suavemente el “ósculo infame” en la otra boca del demonio.

Un amigo para zanjar una conversación sobre la grave situación en que España se encuentra, me dijo: “yo me voy a subir a una patera”, frase henchida de sarcasmo y finísima ironía que resume a la perfección el triste y tenebroso paisaje que nos envuelve, así como, pone de manifiesto esa sensación de perplejidad e impotencia que atenaza a gran parte de los españoles.