Análisis a vuelapluma: La semana laboral reducida, un gol por toda la escuadra. Por Hernán Pérez Ramos

1- Al parecer, «que temíamos que no ocurriría nunca» por fin se ha cerrado el pacto entre el PSOE y Sumar para la próxima legislatura, acuerdo en el que la izquierda dice que ha conseguido la jornada laboral de 4 días. ¿Es posible implantar esta jornada laboral reducida en España?

2- Vivimos básicamente del turismo, por lo que cerrar bares, hoteles, monumentos, discotecas, restaurantes, pub, museos y cafeterías tres días cada semana no parece viable en ningún sentido. Además, la hostelería y la gastronomía necesitan de un suministro constante de insumos, lo que provocaría que las industrias que los producen y las miles y miles de empresas que los distribuyen tampoco puedan cerrar. «Solución», contratar más personal para distribuir la jornada laboral. El problema es que una gran parte de la restauración, del alojamiento y de la distribución apenas sobreviven con la plantilla actual, si tienen que casi duplicarla, nos cargamos la gallina de los huevos de oro. Así de claro.

3- Cuando, como es el caso de los alemanes, produces cosas que no fabrica nadie más (industrias), no tienes que competir con otros y en consecuencia puedes poner la jornada laboral que quieras. Pero cuando produces lo mismo que todo el mundo (ropa, turismo, calzado, coches, alimentos, herramientas, etc.) tienes que competir. La jornada laboral de 4 días que pretende imponernos Sumar incluye aumento de salario, lo que quiere decir que al aumentar el costo de producción (en menos tiempo de trabajo se generarán menos productos que a su vez costarán mas debido al incremento de salarios y de mano de obra) las empresas españolas no podrán competir con las Indias, chinas, indonesias, brasileñas, paquistaníes, etc., por lo que terminarán cerrando.

Conclusión: amigos, es innegable que a lo largo de la historia la jornada laboral se ha ido reduciendo, pero esto ha ocurrido solo cuando la productividad del trabajo lo ha permitido.  La productividad del trabajo se consigue sustituyendo al ser humano por máquinas y esto, por ahora, es imposible de implementar en el sector turismo, nuestro principal recurso, por lo que la implantación por la fuerza de la jornada laboral de 4 horas, sin que nos quepa la menor duda, arrasará con lo que nos queda de tejido industrial para convertirnos definitivamente en un país de kelis y camareros, si es que no se cargan también el sector turismo. En este caso seremos un país de desempleados subsidiados por el gobierno social-comunista, el mundo perfecto para Pedro Sánchez y Yolanda Díaz.

En otras palabras, el social-comunismo, con esto de la semana laboral de 4 días, nos va a meter un GOL por toda la escuadra a los españoles.