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No importa el día, no importa la hora, no importa el medio. La farsa continúa, alimentada por la prensa, la televisión y la radio, uniformadas en su empeño por imponer a la ciudadanía un marco mental políticamente “correcto”.
Accidentalmente, en la mañana del pasado miércoles 6 de septiembre tuve la oportunidad de ver en directo el funcionamiento de una de esas piezas de la maquinaria propagandística dedicada a acojonar al personal con “el cambio climático”. A propósito de la última borrasca en Madrid –ahora la llaman DANA1–, la directora del programa “informativo” 120 minutos de Telemadrid, María Rey, entrevistaba al “especialista” Javier Andaluz, “responsable de cambio climático”2 de la ONG Ecologistas en Acción.
La periodista, la del levantamiento del 2 de mayo de 1808 “contra las tropas de Franco”3, preguntaba al “experto” –licenciado en Ciencias Ambientales por la Universidad de Salamanca– a qué se debía la intensidad de las lluvias que habían provocado el desbordamiento del río Alberche y la inundación del pueblo madrileño de Aldea del Fresno. Y Andaluz respondía que, por supuesto, todo se debía al cambio climático, atreviéndose a pronosticar que estos fenómenos “catastróficos” se incrementarían en número e intensidad en los próximos años.
Reza el refrán que “antes se pilla a un mentiroso que a un cojo” y, aunque el hecho pasó inadvertido para la periodista, apenas un par de minutos después, el farsante climático se desenmascaraba a sí mismo incurriendo en una contradicción flagrante. Algunos vecinos de Aldea del Fresno entrevistados a pie de calle achacaban la rotura del puente de piedra de La Pedrera a que no se les permitía desbrozar y limpiar el cauce del río, y afirmaban que las ramas y basura arrastradas por el agua habían contribuido decisivamente en su destrozo. Sin embargo, preguntado por esta circunstancia, el ecologista argumentaba que era difícil determinar la causa de la rotura del puente y que había que tener en cuenta y analizar los distintos factores concurrentes. Muy prudente, pensarán algunos. Aunque no era el caso, sino que, de algún modo, tenía que quitar la razón a esos pueblerinos que habían osado abuchear a la ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera. ¿Y por qué somos tan mal pensados? –dirán otros–. Pues por el distinto rasero empleado por los ecologistas en según qué casos y, sobre todo, según de quién se trate.
Si un científico de verdad alude a las múltiples variables que influyen en el clima o menciona otras causas no antropogénicas para explicar el “calentamiento global” o el CO2 atmosférico, incurre automáticamente en el terrible delito de “negacionismo” y es expulsado a las tinieblas exteriores. Esto es, la muerte civil: de la noche a la mañana su carrera académica se interrumpe, no le invitan a congresos, no le admiten publicaciones y queda señalado para los restos… ¿Y quién le acusa y condena? ¿Quiénes elaboran y perpetran las campañas de desprestigio? Pues una turba subvencionada y activista de periodistas y ecolojetas que no tienen idea de nada y menos aún de Ciencia. En cambio, si uno de estos chisgarabises asusta a la gente augurando desastres en nombre de “la Ciencia”, al parecer, eso está muy bien y al tipo se le ofrece un micrófono y espacio en los medios.
Recordemos la persecución y silenciamiento del Premio Nobel de Medicina Luc Montagnier por decir que el COVID-19 era un virus “diseñado en un laboratorio”, o, más recientemente, del Nobel de Física John Francis Clauser por afirmar algo obvio: “El mundo actual que observo está literalmente inundado, saturado, de pseudociencia, de mala ciencia, de desinformación científica y de lo que llamaré “tecno-cons”. Los tecno-cons (traducido como “tecnocontras”) son los que emplean la desinformación científica con fines oportunistas”4.
Después de estas declaraciones en el Congreso Quantum Korea, en julio de 2023, Clauser fue “cancelado” por el Fondo Monetario Internacional y anatemizado por el IPCC (Intergovernmental Panel on Climate Change o Panel Internacional sobre Cambio Climático) de la ONU.
A Clauser se le había ocurrido reclamar la revisión por pares de los artículos científicos sobre “cambio climático”; había hablado de la dificultad para evaluar los diferentes y complejos factores involucrados en el llamado “cambio climático” y, sobre todo, había osado afirmar que “la verdad no obedece a objetivos políticos, comerciales o deseos de los líderes”.
La primera cuestión, relativa al crédito de las publicaciones, y que muchos imaginábamos impensable en cabeceras prestigiosas y que suponíamos serias, la confirmó recientemente el climatólogo Patrick T. Brown refiriéndose a la conocida revista Nature: “I left out the full truth to get my climate paper publiseh”5, que traducido significa: “Dejé de lado la verdad completa para publicar mi artículo sobre el cambio climático”. Pero más aún lo subraya la furiosa respuesta de la responsable de Nature, la doctora Magdalena Skipper, acusando a Brown de “irresponsable”6; cuando, precisamente, por un sentido de la responsabilidad de la que otros carecen, Brown había arriesgado su carrera denunciando la corrupción de ese mundo académico indigno de tal nombre.
Respecto a las demás cuestiones, Clauser abundaba en las preocupaciones manifestadas por 1.609 científicos de todo el mundo en su Declaración Mundial sobre el Clima, publicada por Climate Intelligence este mismo año: “La ciencia del clima debería ser menos política, mientras que las políticas climáticas deberían ser más científicas”7. Algo, desde luego, subversivo e intolerable en el contexto actual, aunque no tanto como esto otro: “No es el número de expertos sino la calidad de los argumentos lo que cuenta”. Es decir, centrando la cuestión en la Ciencia y denunciando la imposición de una dictadura pseudocientífica a partir de modelos estadísticos forzados: “Creer en el resultado de un modelo climático es creer en lo que sus creadores han incluido”. Imperdonable osadía, claro que sí.
Por supuesto, la pretensión del IPCC de imponer su tesis de un calentamiento global causado por el hombre sólo es posible por la complicidad de los medios y los periodistas, no sólo Telemadrid. Y no hay que decir que la formación científica de los periodistas es nula. Lo suyo es perseguir herejes y quemar brujas. Que para eso no hay que estudiar.
Lo que mucha gente no sabe, porque los medios también lo ocultan, es que el IPCC nació impulsado por Margaret Thacher8 con unos objetivos que nada tienen que ver con la protección del Planeta: Por un lado, controlar –es decir, limitar– el crecimiento de los países en vías de desarrollo9; y, por otro, promover la energía nuclear como energía limpia y acabar con el sector del carbón –y sus sindicatos–, tras las huelgas mineras de 1984 y 1985.
Finalmente, otra cuestión importante que se suele pasar por alto porque los periodistas tampoco hablan de ella es que los miembros del IPCC no son científicos, sino oportunistas ambiciosos nombrados por motivos políticos10.
Filípides 20-09-2023
1 Depresión Aislada en Niveles Altos.
2 Según se indica de forma más que mejorable en la propia web del citado chiringuito.
3Véase el vídeo, el 2 de mayo de 2019: https://www.youtube.com/watch?v=cdyWbkNUk0w
4 Leer noticia completa en: https://brownstone.org/articles/the-crisis-of-pseudoscience-by-john-f-clauser/
5 Léase el artículo de Brown en Free Press del 5 de septiembre: https://www.thefp.com/p/i-overhyped-climate-change-to-get-published
6 Léase el artículo completo de Lewis Pennok para Dailymail.com del 6 de septiembre de 2023: https://www.dailymail.co.uk/news/article-12488605/editor-nature-journal-climate-change-scientist.html
7 Leer declaración completa en: https://clintel.org/world-climate-declaration/
8 Véase el discurso completo pronunciado en la Royal Society el 27 de septiembre de 1988: https://www.margaretthatcher.org/document/107346
El del 13 de octubre de 1989, con motivo de la Conservative Party Conference: https://www.c-span.org/video/?9447-1/thatcher-addresses-conservative-party
O el del 8 de noviembre de 1989, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas: https://www.youtube.com/watch?v=VnAzoDtwCBg
9 Ya hemos visto cómo la Agenda 2030 y sus famosos “Objetivos de Desarrollo Sostenible” buscan limitar del desarrollo bajo la coartada climática promoviendo el decrecimiento económico.
10 Véase el documental “The Great Global Warming Swindle” (2007): https://www.youtube.com/watch?v=oYhCQv5tNsQ
En español, “El gran fraude del calentamiento global”: https://www.youtube.com/watch?v=zqBs3akiago
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El fraude del cambio climatico, ya rebautizado como emergencia climatica, esta siendo impuesto en todos los medios de comunicacion, en todas las serie de plataformas, en todos los programas pedorros que hacen las teles, en las revistas de informacion ligera y si te descuidas la encontraras en forma de pasquin por calles y plazas de pueblos y ciudades
Como sino va a hacer tragar a la gente que les quitas el coche, la libertad y la comida( entre otras cosas) si no es a traves de una campaña de publicidad utilizada machaconamente para conseguir que los cabezas huecas aplaudan lo que les hace daño
Exactamente lo mismo que hacen con las bondades del régimen y sistema,con el «machismo»( siempre que sean blancos),la ideología de género y la aberración LGTB,los travelos últimamente… propaganda totalitaria pura.
El mundo no es que se está calentando, sino que se está convirtiendo en un escenario donde unos interpretan, otros patrocinan… y la mayoría se cree ese bodrio-peliculón de terror que no termina nunca.
Y también la segunda vicepresidente del Gobierno (Da. Rogelia rubia) nos cuenta otro, que llega el fin del Mundo y que las poderosas élites, vista esa Apocalipsis que se aproxima, van a abandonar la tierra y por ahí se encuentran sus cohetes preparados para partir…
Así lo ha contado en público sin exagerar ni un ápice.