Pedro Sánchez va que se mata a enterrarse con su corrupción

En Tudela los cánticos unísonos reconociendo al hijo puta Pedro Sánchez y España en el escaparate del mundo gracias a la mayúscula corrupción de La Moncloa tomada por un cabecilla de una mafia socialcomunista aborrecida junto la manada carroñera de los vendidos que se han nutrido del saqueo de las arcas del estado a costa del sacrificio de los españoles. El Tribunal Supremo pone en evidencia al Tribunal Constitucional a quien interroga sobre la legalidad real de la amnistía que ayudó a redactar el sectario Conde Pumpido. Si la amnistía es llevada al tribunal político es porque puede que quieran dejar en evidencia a los mercenarios que comandan la supuesta constitucionalidad de una aberración anticonstitucional. Por otra parte Junts le da en las narices con la revisión de la Ley de Extranjería y los presupuestos del Estado in albis… Todo parece indicar que Sánchez está muerto , es un cadáver sin honra, un zombi de mierda que apesta a la corrupción enterrada que infesta La Moncloa y Ferraz. Afortunadamente, el mundo está a la expectativa de un desenlace democrático que no puede ser otro que la imputación de Pedro Sánchez con traslado de la causa al Tribunal Supremo que le tiene ganas ejerciendo una verdadera separación de poderes que intentó aunar bajo la misma carroña gregaria. Los cabos se desatan y las cuerdas con que amarraba el Estado de derecho le van golpear la cara hasta quitársele esa cara de chulo apático con que fingía escuchar las denuncias de la Oposición que le ha llamado criminal sin inmutarse el muy psicópata.

La muerte le llega por la puerta de atrás, la misma puerta por la que negociaba suciamente mientras destrozaba la España que odia. El cadáver político lo va diseccionar la Historia cuanto más se sepa de sus correrías oscurantistas en las que entran la alta traición por la que en muchos países sería pasado por las armas. Muere el cadáver en agonía que será diseccionado por las verdades que oculta, previo bisturí judicial contra el delincuente de La Moncloa que ve en los estertores la muerte de su familia, el descrédito redundante y el final de esos días de gloria artificiosa que inició aprovechando una alarma sanitaria para deshacerse protocolariamente de una generación de hierro ajusticiada por sedación mortal. Bien sabemos los que decimos aquellos a los que asesinaron a nuestros padres en tanto se enriquecían con oportuno y carroñero aprovechamiento de la tragedia ajena.

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Desde la soberbia, la vanidad del imbécil que lleva en tan insulsa jeta, Sánchez ha redactado una carta para enviarla a un Juez Juan Carlos Peinado que no transige con las añagazas torticeras de la pandilla basura, donde se ha auto inculpado al no separar su posición de presidente de gobierno del mero cónyuge de Begoña Gómez cuando ha sido implicado por el imputado Barrabés y por tanto llamado a declarar como testigo. Parece mentira que con la pandilla de asesores y expertos que le guían en el juego sucio, nadie haya advertido que esa carta al juez es una auto inculpación de tráfico de influencias. Y con ese gafe de ignorancia se dirige la mafia política a la Audiencia Provincial para que se archive el caso Begoña Gómez sin pasar antes por el criterio del juez instructor. Torpezas de una mafia repugnante, Bolaños a la cabeza, con un ser nauseabundo que en Tudela y toda España le corean que no lo quieren ni vivo ni muerto, políticamente, sino juzgado por los desmanes de traición histórica de los que España tardará en recuperarse lo que dure la vida de este indeseable. Pedro Sánchez a prisión. España, con el escaparate expectante con Europa y el mundo atento, espera Justicia.