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Juan Víctor Carboneras es historiador por la Universidad Complutense de Madrid, especializado en Monarquía Hispánica, la cual investiga con esmero, centrándose en los Tercios, su punto referencial. Además, es presidente de la Asociación 31 Enero Tercios y autor del ensayo histórico «España mi natura. Vida, honor y gloria en los tercios» publicado el pasado mes de noviembre por la Editorial EDAF.

Forma parte de una nueva hornada de jóvenes a los que durante sus estudios en la escuela o el instituto no les contaron demasiado sobre los siglos XVI y XVII españoles, y que luego en el ámbito universitario los redescubrieron, apasionándose por su historia. Se especializó en los Tercios porque le apasionaron y porque aún nos queda muchísimo para descubrirlos a la perfección.

El tema de los Tercios es algo que puede defender cualquier español con orgullo sin que implique ninguna connotación política…

No se si con orgullo, pero al menos si conocerlos. El gran problema que tiene la Monarquía Hispánica y los Tercios es que se desconocen por completo. He organizado multitud de conferencias, charlas y presentaciones donde uno se da cuenta del desconocimiento generalizado de la población por su historia, o el fuerte calado que tiene la Leyenda Negra. Todo eso está cambiando cada vez más y esa labor nos pertenece a todos, la de dar a conocer la historia que nos une.

¿Que aporta su libro de nuevo? Sobre la historia de los gloriosos Tercios españoles se ha escrito mucho, pero no tanto sobre sus costumbres cotidianas.

La historiografía ha encasillado a los Tercios a meros sujetos militares que seguían unos patrones y un modelo de comportamiento puramente militar. Por ello, desde hace ya unos cuantos años investigo su realidad cotidiana, aquello que no queda muchas veces reflejada a primera vista en la crónicas pero, con una lectura tamizada, se pueden obtener datos olvidados. Por ello, «España mi natura. Vida, honor y gloria en los Tercios» es un nuevo aporte, con el que pretendo que el lector entienda la vida de los soldados desde que nacen hasta que mueren, sus condicionantes económicos, sociales, sus relaciones con los naturales y sus pensamientos.

¿Cuál es el origen del título? ¿Por qué España es su natura?

El título nace del refrán que los soldados utilizaban «España mi natura, Italia mi ventura y Flandes mi sepultura» que reflejan a la perfección el sistema en forma de noria creado por la corona española para cubrir sus necesidades bélicas en Europa, el Mediterráneo o los presidios africanos.

¿Cuáles eran los ideales por los que luchaban los soldados de los Tercios?

El soldado tenía diferentes motivos para alistarse. La necesidad, quizás, era el fundamento más común, aunque no se puede olvidar la cuestión del honor, la reputación y la defensa de Dios y del rey. Al margen de los motivos por los cuales se alistaba, el soldado, ya fuera campesino o hidalgo, tenía unos esquemas mentales propios del tiempo en el que vivía. En primer lugar, Dios, combinado con una visión providencial de defensa de la fe católica frente a herejes e infieles. En segundo lugar, el rey, relacionado con el concepto de los dos cuerpos del rey, uno de ellos físico y otro triunfante, que encarnaba la monarquía como institución. En los soldados también había una fuerte presencia de la nación. En el ejército plurinacional de la Monarquía Hispánica, el soldado español se reconocía frente al resto gracias al concepto de alteridad, es decir, la capacidad de definirse en oposición de un contrario. No podemos olvidar también la importancia del modelo clásico, que los jefes militares buscaban imitar de forma constante y, por último la cuestión del honor, entendida como la participación individual de los ideales considerados máximos por la sociedad, es decir, la defensa de Dios y del rey.

¿Que les diría usted a los que afirman, como algún escritor muy famoso, que los soldados de los Tercios eran meros mercenarios o asesinos a sueldo?

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Los soldados de los tercios eran soldados profesionales cuyas acciones no fueron ni más violentas ni más sanguinarias que el resto de soldados de la época. La Edad Moderna era un tiempo de violencia, que estaba intrínseca en la sociedad y formaba parte de ella. Con todo ello, las hazañas y victorias de los soldados de los Tercios pesan muchísimo más que sus derrotas o sus excesos.

¿Cómo se formaban los soldados de los Tercios, donde recibían la instrucción militar y cómo era su logística?

El soldado de los tercios no tenía una instrucción reglada. Sin embargo, si leemos a cronistas de la época, podemos extraer una serie de actividades cotidianas que fortalecían al soldado y le enseñaban el arte de la guerra. Al soldado se le enseñaba especialmente a colocarse en batalla y a saber situarse según la situación. Además, van a aprender los toques del tambor y el pífano, que marcarán el orden de la contienda. A todo ello se suma el aprendizaje en el uso de las armas o actividades de carácter físico. Como decimos, no había un sistema reglado por lo que esta formación era constante y continua, teniendo en los presidios italianos un centro de enseñanza especialmente relevante.

¿Cómo eran sus tácticas de combate?

Las tácticas de combate es todo un mundo complejo, basado en grandes operaciones matemáticas que disponían al ejército de una manera u otra. Tenemos que entender que en batalla el soldado se introducía dentro de un escuadrón de picas, que normalmente estaba flanqueado por mangas de arcabuces y mosquetes. Según las circunstancias este cuadro variaba en forma y composición. Por supuesto, tenemos que entender que la guerra en este momento, se va a desarrollar principalmente en largos sitios a ciudades, los cuales se prolongan durante meses o años, donde las batallas a campo abierto son muy escasas, casi anecdóticas.

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¿Cuáles eran las prácticas religiosas?

Las prácticas religiosas giraban en torno a la figura del capellán, del cual había uno en cada compañía, que oficiaba misa todos los domingos y días festivos. Además se solía oficiar misa los lunes a los soldados fallecidos. Todo eso se acompañaba con el resto de sacramentos que había que suministrar al soldado. Por último, no se puede olvidar que el capellán infundía ánimos antes de cada batalla, exaltando el ánimo de soldados como garantes de la fe católica.

¿De qué estaba compuesta su dieta?

Dependiendo del lugar donde se encuentre, aunque podríamos decir que el pan era el elemento fundamental, a lo que se añadía, cuando se podía, queso, legumbres, verduras, algo de carne y pescado. Además, estaba el vino que consumían todos, por su gran aporte calórico.  

¿Qué actividades tenían en su tiempo libre?

Los soldados participaban en festividades, cuando se encontraban en guarnición. Mantenían relaciones con los naturales, con los que se comunicaba de múltiples maneras. El juego también formaba parte de sus días, a pesar de las prohibiciones existentes. Iban a Misa, y cuando las guardias le dejaban, participaban con el resto de la sociedad en el mundo de su tiempo

¿Eran los soldados más respetados se su época, no es así?

Los soldados de los Tercios, especialmente españoles, tenían una fuerte consideración hacia sí mismos. No en vano lideraban siempre los asaltos y los enfrentamientos frente a sus enemigos. Es cierto que hay una consideración extraordinaria del soldado español que se legitima como el soldado perfecto de su tiempo.

Autor

Javier Navascués
Javier Navascués
Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.

Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.

Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.