Aparte de proteger el abundantísimo harén del Rey Elefante, El CNI solo sirve para ser peor que la Stasi. Por Luys Coleto

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CNI, razón de existir: vigilarte, espiarte, controlarte. Y el feminizado poder del narcoCNI no tiene límite. Incluso donde no llega, tiene a sus letales amiguitos del israelí Mossad y la CIA y la NSA yanquis. Son capaces de cualquier cosa. Mala, obvio. Con o sin orden emitida por el juez adscrito del tribunal supremamente injusto.

CNI, amenaza a tu libertad

NarcoCNI, flagrante amenaza para la libertad y la verdad en España. Y dicen perseguir «amenazas», cachondos que son. Vigilándote y controlándote, en todo momento y en todo lugar, a través, por ejemplo, de su División de Seguridad/Técnica. Huelebragas “profesionales”, cada vez mayor amenaza. Venancias Lengüetas, estas viejas del visillo representan un gravísimo peligro para nuestra intimidad. La violan sistémica y sistemáticamente.

Y lo hacen con sus satélites espías. Sus drones. Desde luego, joya de la corona, SITEL, con el auxilio de ECHELON (más allá de sus soplones/infiltrados de calle o sus sórdidas unidades «operativas). Con sus patrones biométricos. Con sus softwares analizando ilegalmente imágenes, vídeos o lo que les pete. Liberticida gentuza, su División Técnica realiza arbitrarias escuchas. Masivas y «selectivas».

ELISA, patada en la boca

Y por supuesto, el Centro Criptológico Nacional (CCN). Esa porquería que defecó ELISA, olisqueando como perrazos (perritos, más bien: ladrad, ladrad chuchos, sois poquita cosa) a los medios que se oponen a las «narrativas globalistas». Aprended a escribir, coño. Y a analizar juiciosamente la realidad, tolandrones.

En principio, el Centro Criptológico Nacional surge, según Ley 11/2002 de 6 de mayo, para perseguir a los «malos» allende nuestras fronteras nacionales. Pues, albricias, a saltarse la ley. Tan NarcoCNI, con sus acostumbrados crímenes. Y sus escuchas masivas. Y toda esta caterva de ingenieros informáticos, matemáticos, programadores, criptógrafos, lingüistas, hackers…pues eso, a jodernos la vida, a reventar nuestra privacidad, con o sin pretextos.

Poco importan éstos a tamaña chusma liberticida. Además con los clásicos y falaces chantajes del Sistema: libertad o seguridad (hoy, “seguridad” sanitaria). Los espías españoles devastan ambas: libertad y seguridad. Ya saben, otro indestructible clásico: la seguridad y las falsarias amenazas cual coartada, acrisolado perfeccionamiento de tiranías totalitarias. España, tan cerca de ello…

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Lo peor siempre está por llegar

Vigilancia y control sobre todo. Minería de datos, un puntazo liberticida. Del fisco ladrón o de voz – el puto SaiVox, claro – por poner dos sencillos ejemplos y no aburrirle con enorme retahíla de mecanismos de brutal control. Y, desde luego, datos biométricos y genéticos (con las fraudulentas pruebas diagnósticas anticovid están facilitando la labor al verdugo). Saben todo de todos, tan Rubalcaba.

Y te vigilan y controlan y espían con sus mierderos satélites. Los gabachos Helios 2A y Helios 2B en su día. Hogaño, Spainsat y Xtar-Eur, encriptaciones millones de comunicaciones. O sus repugnantes satélites PAZ e INGENIO. O sus centros de escucha (entre Daimiel y Manzanares, el principal). Sus cables submarinos (Conil de la Frontera, clave). Sus drones. Sus millones y millones de arbitrarias interceptaciones de mensajes…

Centro de escuchas en Daimiel

Esperando un Snowden

…Y con la letal tecnología 5-G, giro de tuerca al horror de semejantes liberticidas. Y ahora bajo mando de chusma social-comunista, imaginen (por cierto, la jefaza, la “pacífica” y ultrapepera Paz Esteban gusta mucho a la siniestra Mofletes: antaño, atroz juez; hoy ministra de la guerra) Y La Stasi, con esta gentuza, un juego de niños. Y con ganas de que surja un Snowden. O semejante. En fin…

Autor

Luys Coleto: Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.

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