20/05/2024 20:30
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A sabiendas que la función de SM es la de arbitrar y moderar según la Constitución IMPARCIAL, NEUTRAL O BELIGERANTE

Así que veamos las posibles inclinaciones de Don Felipe ante la difícil situación que vive como Rey y como hijo (como Rey porque tiene en el ruedo el miura de la Unidad de España y como hijo porque tiene que tomar decisiones sobre la situación de su padre, el Rey emérito Don Juan Carlos)

                  

Primero como Rey.  O sea, que tiene que actuar de acuerdo con la Constitución, que en su artículo 56.1 dice: « El Rey es el Jefe del Estado, símbolo de su unidad y permanencia, arbitra y modera el funcionamiento regular de las instituciones y asume la más alta representación del Estado español con la Comunidad histórica y ejerce las funciones que le atribuyen la Constitución y las Leyes»

             

 ARBITRAR… ¿y qué es Arbitrar?.  Según la Real Academia de la Lengua (RAE) es «Actuar o intervenir como árbitro, especialmente en un conflicto entre partes o en una competición deportiva». ARBITRAR es también juzgar, interceder, mediar, intervenir, resolver, fallar, dictaminar, decidir, conciliar, negociar…y lo contrario es INHIBIRSE.

                  

 Bien, y está muy claro: que para arbitrar tiene que haber dos partes, dos equipos, dos razones, dos posturas, dos interpretaciones, dos bandos… y como consecuencia, y de inmediato, aquí surge una pregunta: ¿Hay, habrá esta noche, dos partes, o dos equipos, o, o, o, o…para que el Rey tenga que actuar de árbitro? Para mi, indudablemente sí, ya que hay una parte, o  equipo o como se le quiera llamar que defiende y pretende la independencia de Cataluña (o sea la ruptura de la Unidad de España) y otra parte o equipo que está totalmente en contra de esa independencia (y por tanto, a favor de la Unidad de España).

         

Pero, para ser buen árbitro no basta con tocar bien el pito, hay que estar dispuesto a aplicar el Reglamento sin contemplaciones y castigar implacablemente al equipo que se salte o quiera saltarse las normas fijadas (un penalty es un penalty, lo cometa quién lo cometa, y si por razones no reglamentadas se deja de pitar, ese árbitro no podrá pitar nunca más).            

MODERAR. ¿y qué es Moderar? Según la RAE es «templar, ajustar, arreglar algo, moderar las pasiones, el precio, el calor, la velocidad»…y lo contrario: «exagerar, abusar, contenerse, irritar».

                

Lo que quiere decir que el Rey tendrá que templar y ajustar los deseos de las partes, o arreglar algo que está roto… o puede contenerse y entonces irritar a una o a las dos partes  (y que no se me diga que aquí y ahora, esta noche, no hay dos partes, porque ya nadie que no quiera engañarse a si mismo pueda decir que aquí y ahora, esta noche, no hay ya dos Españas: la que quiere la Unidad de España, una sola lengua  estatal, una Monarquía y un solo Estado y la que quiere independizarse de España, diversidad de lenguas estatales, una República y varios Estados.

                   

Así que el Rey va a tener que hilar muy fino esta noche… tan fino que si no hace un milagro va a salir corneado, pues los «miuras» ya no aceptan inhibiciones ni capotazos de simple faena.

                    

Pero, lo más difícil es que tanto para arbitrar y moderar bien como para lo contrario, también cuenta la disposición mental, moral y política, pues como humano que es puede adoptar un postura IMPARCIAL, O NEUTRAL O BELIGERANTE  y según se muestre será el resultado.

                

¿Y qué es ser Imparcial?  Volvamos a la Real Academia. IMPARCIAL es «El que no se adhiere a ningún partido o no entra en ninguna parcialidad…El que no se pone de parte de ninguno de los partidos»… y pase lo que pase no actúa.

               

¿Y qué es ser neutral? Según la RAE es NEUTRAL «el que no participa de ninguna de las opciones en conflicto o el que no se pone de parte de ninguna de las partes, equipos, bandos o lo que se quiera»… con el peligro de ser criticado, censurado, atacado, por las Dos Partes y perder la confianza de todos.

               

 ¿Y qué es ser beligerante? La RAE dice «es BELIGERANTE el que toma partido por una de las partes, aunque se mantenga inactivo»…. o sea, que está con uno de los equipos que están en el campo, aunque no juegue ni corra detrás de la pelota.

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Bien, pues este es el Primer Tiempo del Partido que tiene que jugar el Rey esta noche (el de los independentistas y la Unidad de España)… pero, siguiendo el símil deportivo, queda el Segundo Tiempo. Es decir, la situación de su Padre, el Rey emérito Don Juan Carlos… y, naturalmente, también tendrá que arbitrar y moderar esos 45 minutos (o 5, o 4, ninguno no, porque entonces se lo comen los lobos sin salir del campo) con imparcialidad, o neutralidad o ser beligerante.

                  

 ¿Y cómo puede arbitrar o moderar ese partido si una de las partes es su padre y la otra es la suya, o más claro, la Corona?… Y si arbitra a favor de…lo devoran unos… y si arbitra contra (aunque sea de penalty) lo crucifican otros… y si se INHIBE o hace una faena de aliño para salir del paso se IRRITAN todos.

                     

Así que a esperar. Eso sí, el  «No hay billetes», ya está puesto en las taquillas y en la calle. Millones de españoles quieren ver esta histórica corrida…

 

Ni Joselito y Belmonte llegaron a tanto.

                     

Yo, previsor como siempre, ya tengo sobre la mesa y a la espera de esta noche  los cuentos de «Las mil y una noches», porque mucho me temo que por moderación, por política, por diplomacia, por  miedo o por cobardía, el discurso de la NOCHEBUENA 2020 sea digno de la princesa SHEREZADE. (1).

 

 

(1). Como lo fue el de 2018, el primero después del “Golpe de Estado de Cataluña” y así lo escribí nada más apagar la tele, porque seguro que me vale también para hoy.

                                                          

 

EL DISCURSO DE «LAS MIL Y UNA NOCHE»

 

Señores, estoy seguro que ni al propio Rey le habrá gustado el discurso que ha pronunciado esta noche como cierre del año 2018. Porque más que un discurso realista a la situación que vive España y a la encrucijada vital que se vive en Cataluña al menos a mí me pareció un cuento de los que aquella Princesa Sherezade le contaba al Rey para entretenerle. Miren ustedes, y lo digo en el uso de mi derecho a la libertad de expresión, el discurso de esta noche ha sido el discurso del miedo. Se ha notado mucho que el Rey hablaba pensando en el rechazo ya descarado de los independentistas catalanes, no sólo a él sino a la Monarquía. Tal vez por ello el Rey sólo se ha atrevido a pronunciar la palabra  España una vez y otra la Constitución, ¿Dónde ha quedado el discurso del 3 de octubre del año 2017? Ha dado la impresión  que el encantador de serpientes, el ambicioso Presidente Sánchez Castejón, le ha llevado a su terreno: el Poder a cualquier precio jamás es caro. Es verdad que el Rey sólo puede ser moderador y árbitro, pero en una situación tan grave como la que vive España y sabiendo que millones de españoles que no están de acuerdo con lo que está sucediendo en Cataluña esperaban otra cosa debió bajar más a la arena para tranquilizar los ánimos del «Tsunami» de españolismo que ya está en movimiento (como se ha demostrado en Andalucía en las Elecciones del 2 de diciembre) y que puede arrasar todo lo que amenace la Unidad de España…. y no me vale que mencionara la palabra convivencia 9 veces. La convivencia sólo es posible cuando los ciudadanos, todos, respetan las leyes y muy en especial la Constitución. Viendo esta noche al Rey recordé a aquella abuela que viendo como sus nietos y sus amiguitos se peleaban los llamó al orden y les decía: «Niños, no seáis malos, que si sois malos, llueve»… y los niños malos le respondieron:  «Que llueva, que llueva, Virgen de la Cueva». Miren ustedes, vamos a dejarnos de palabras bonitas y de mensajes de dulce. España se merece otra cosa y estoy seguro que muchos españoles dudosos van a levantar la bandera de España más que ayer y menos que mañana.  

Esta noche ha dicho:

 

“Hoy, que vivimos en una democracia asentada y que compartimos unos mismos principios y valores con otras democracias de nuestro entorno, es imprescindible que aseguremos en todo momento nuestra convivencia…Una convivencia, en fin, que exige el respeto a nuestra Constitución; que no es una realidad inerte, sino una realidad viva que ampara, protege y tutela nuestros derechos y libertades.”

 

            Pero el 3 de octubre del 2017 (o sea hace un año, dos meses y 21 días) dijo:

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            «Estamos viviendo momentos muy graves para nuestra vida democrática. Y en estas circunstancias, quiero dirigirme directamente a todos los españoles. Todos hemos sido testigos de los hechos que se han ido produciendo en Cataluña, con la pretensión final de la Generalitat de que sea proclamada −ilegalmente−la independencia de Cataluña. Desde hace ya tiempo, determinadas autoridades de Cataluña, de una manera reiterada, consciente y deliberada, han venido incumpliendo la Constitución y su Estatuto de Autonomía, que es la Ley que reconoce, protege y ampara sus instituciones históricas y su autogobierno. Con sus decisiones han vulnerado de manera sistemática las normas aprobadas legal y legítimamente, demostrando una deslealtad inadmisible hacia los poderes del Estado. Un Estado al que, precisamente, esas autoridades representan en Cataluña. Han quebrantado los principios democráticos de todo Estado de Derecho y han socavado la armonía y la convivencia en la propia sociedad catalana, llegando ─desgraciadamente─ a dividirla. Hoy la sociedad catalana está fracturada y enfrentada.”

 

¡Dios, qué cambio!.¿ Qué ha sucedido para que el Rey hace tan solo un año dijera a los españoles las palabras que aquí reproduzco y que hoy haya dicho lo que ha dicho? Pues, a buen entendedor con pocas palabras basta. Ha sucedido que los independentistas han ganado, o están ganando la guerra, y que ya será casi imposible detener la Independencia de Cataluña y la proclamación de la República catalana, al menos por la vía democrática, porque tal y como están las cosas ahora mismo, o donde las ha llevado el «traidor» Sánchez Castejón, ni el 155 sería suficiente Está claro que si con aquel discurso del 3 de octubre se ganó a muchos millones de españoles, incluyendo a los millones de catalanes que no quieren dejar de ser españoles, el discurso de esta noche ha sido como un jarro de agua fría desfavorable para el Monarca. Tal vez por eso ya he leído que muchos ciudadanos han calificado el discurso como «el discurso de la desilusión».

 

Hay otro tema que resaltan muchos comentaristas, la dedicación especial que tuvo para los jóvenes. En realidad casi todo el discurso estuvo dedicado a ellos. Lo que me hace pensar que al Rey ya le habrá llegado el Referéndum que se ha celebrado estos meses en algunas Universidades españolas. Según mis noticias en la Universidad de Madrid ha sido contundente. A la pregunta de «¿Monarquía o República?»  12.000 universitarios y profesores han votado a favor de la República y sólo 3.000, a favor de la Monarquía… y esto sí ha debido causar impacto en los ánimos del Rey (aunque sólo fuese como un juego de niños), de ahí tal vez su atención especial a los jóvenes en su discurso de anoche.

 

Lo siento, pero » Eppur si muove».

 

 

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.