21/09/2024 08:49
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Ayer, 23 de Julio, se cumplieron dos años del fallecimiento de mi querido y amado monje Benedictino, Fray Julio, gran Sacristán que fue de la Comunidad Benedictina del Santo Valle de los Caídos, Caídos por Dios y por España

Ayer, yo solo, sin mi hijo, perdido para siempre, por la gran traición a un buen padre, que lo fue todo para él. Allí estuve ante su tumba, en ese bellísimo cementerio Benedictino, de estilo medievalista, austero, singular, con tumbas de monjes y abades, con una gran losa granítica que les cubre.

Nada había sobre su tumba, nada, salvo mis plantas y flores, que le acompañan desde el mismo día que Dios, le elevó  al cielo.

Triste es, cuando en vida y después de terminada la Santa Misa, todos se afanaban, para saludarle, mientras estaba ordenando los objetos sagrados y limpiándolos.

Siempre tuvo, un amable saludo, un abrazo, para todos los conocidos que a él se acercaban.

Él amablemente, les preguntaba por sus parientes y les deseaba lo mejor.

Cuando mí querido monje nos veía, ya decía:

¡Ahí vienen, el padre con su querido hijo, siempre juntos, como debe ser!

Hablábamos de política, hablábamos de toda la actualidad sobre nuestro Valle y la puñetera Memoria Comunista, que el ROJO implantó, que el fulano reyezuelo huido aprobó, con su mano ensangrentada  y el masón y traidor de Rajoy, nunca derogó.

Y mi querido monje, siempre dicharachero, real, humano y claro en sus conversaciones me decía:

“Miguel, los Rojos, vendrán a sacarnos de este lugar Sagrado, pero a mí me sacarán con los pies por delante, pues me voy a defender con uñas y dientes. No se lo voy a poner fácil”

           

Siempre contundente y claro

Pero su tumba, siempre vacía, sin una flor, ni un ramo de flores en su recuerdo, salvo las mías.

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¿Qué fueron de aquellas personas, que tanto le querían y admiraban?

¿Qué fue de aquellas familias, que sabían su vida y él la de ellos, y en unas pequeñas charlas las compartían?

¿Qué fue de aquellas gentes, que le abrazaban y decían que le querían?

Algunos, pocos, habrán pasado por su tumba, pues no es difícil encontrarla, es la primera del Cementerio, pero ni tan siquiera le han dejado una flor, aunque espero que, al menos, se hayan persignado y quizás le hayan rezado un Padre Nuestro. No lo sé.

¡Qué triste es la realidad, fría, egoísta y despiadada con los nuestros!

Bueno y qué más da, lo que hagan los demás

Después de Misa, hablamos y hablamos, de los valores perdidos, pero los que aún somos creyentes y fieles a nuestros muertos, no somos capaces de buscarlos y encontrarlos, porque hay gentes, supuestamente creyentes, que viendo el panorama, los dan como perdidos.

¿Qué pensarías y dirías, por el cruel abandono de mi hijo, el ser que más he querido y su despegue total hacia su padre, al que no quiere volver a ver y me llevará a la tumba, sin nadie que me rece, … y para qué?

¡Qué más da!

Decía mi padre q.e.p.d.:

“Después de muerto la cebá (cebada), al rabo” Y que razón tenía.

Sin duda, tú Fray Julio, llamarías a mi hijo y le echarías una bronca descomunal, pues tú, mi querido monje, sabías que él, era todo en mi vida y nunca has soportado la traición, pues siempre fuiste un hombre bueno, justo y leal

En tu tumba, mi querido y amado Fray Julio, en esa piedra granítica fría, lisa y sin lujos, nunca a tus pies, te faltará una planta, una flor, una oración, mientras viva yo y Dios me dé fuerzas en las piernas, para llegar hasta allí y con mi presencia, reivindicar que tú, mi querido Fray Julio, fuiste el mejor Sacristán, el mejor amigo, el mejor consejero, …., “El Mejor”

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¡DESCANSA EN LA PAZ  ETERNA, JUNTO AL ALTÍSIMO!

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Miguel Sánchez

Empresario. Licenciado en Marketing y en Dirección de Ventas. Escritor de varios libros, sin publicar, aún.  Aficionado a la escritura y a la historia de España.


Caballero Legionario que fue del  IV Tercio Sahariano Alejandro Farnesio, en dónde estuvo en Mando Bandera. Escogido para portar al Santo Cristo de la Buena Muerte, representando a la Xª Bandera.


Congregante del Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos y María Inmaculada Reina de los Ángeles, en la Catedral de las Fuerzas Armadas


Luchador nato por el  Valle de los Caídos y sus monjes Benedictinos, por nuestro Cristo Redentor, la Familia, contra el Aborto y la Patria Grande, Unida y Gloriosa, desde la muerte del General Invicto.


Amigo, seguidor y admirador de la figura más transcendental y entrañable del siglo XX español, D. Blas Piñar, mi Caudillo, siempre junto a él, tuve el honor de aplaudirle, ovacionarle, dialogar y abrazarle, porque era mi ídolo y lo seguirá siendo por toda la eternidad. Y tengo el orgullo, que de  sus magníficos libros escritos, poseo unos diez, dedicados, con cariño y con su pluma de oro, como escritor en la excelencia.