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En la tarde del domingo 17 de agosto de 1969, el Jefe del Estado, Generalísimo Francisco Franco a quien acompañaba su esposa Carmen Polo presidia el desenlace final del torneo triangular veraniego Conde De FENOSA, disputado en el estadio municipal de Riazor de La Coruña. A su llegada el Caudillo de España fue cumplimentado por el ministro de la Gobernación, Teniente General Camilo Alonso Vega; ministro de Marina, Almirante Nieto Antúnez; Capitán General de la VIII Región Militar, Teniente General Nogueras Márquez; Gobernador Civil de la Coruña, Prudencio Landín; alcalde de La Coruña, José Pérez Arda, quien ostentaba la representación de los condes de Fenosa —todos ellos con sus respectivas esposas— y el delegado nacional de Educación Física y Deportes Juan Antonio Samaranch; presidente de la Federación Española de Fútbol, José Luis Costa y otras autoridades civiles y militares.
Su presencia en el estadio fue saludada por una prolongada ovación y gritos de ¡Franco! ¡Franco!¡Franco! por los más de treinta y cinco mil aficionados que se habían dado cita para presenciar el último encuentro del trofeo instaurado por Pedro Barrié de la Maza, Conde de FENOSA, el año anterior y que en esta edición disputaban el Real club Deportivo de La Coruña, el Real club Celta de Vigo y el vigente campeón Intercontinental, el Estudiantes de la Plata de la república Argentina.
Antes del inicio del encuentro el presidente del Real club Deportivo, Antonio González, que había sido distinguido por el gobierno con la medalla del mérito deportivo, entregó al Generalísimo Franco un recuerdo conmemorativo del Trofeo.
En el partido de apertura del trofeo, jugado el viernes día 15, el Deportivo de La Coruña había derrotado al Celta de Vigo, por medio de un solitario gol marcado por el extremo paraguayo Ramón Martínez.
El campo de Riazor se quedó pequeño para recibir a miles de personas venidas desde todos los puntos de Galicia. Y es que los choques entre el Deportivo de La Coruña y el Celta de Vigo eran, son y serán los encuentros por excelencia del fútbol gallego, debido a la gran rivalidad existente entre ambos clubes y ambas ciudades. Aquel primer partido del segundo trofeo Conde de FENOSA, no podía ser de otra forma. Fue duro, competido, emocionante, muy marrullero, con alevosas entradas por parte de ambos conjuntos y con tangana incluida, en la que se vieron envueltos los deportivistas Domínguez y Martínez y los celestes Taberner y Abel. El árbitro Gómez Platas no se atrevió a expulsar a ningún jugador, aunque algunos hicieron méritos sobrados para irse antes de tiempo a los vestuarios.
A los siete minutos de la segunda parte, Cervera sacó una falta que el guardameta céltico Bermúdez rechazó de forma muy apurada. El balón queda muerto y ante la pasividad de los defensores celestes, el extremo deportivista Ramón Martínez, envió el balón a la red ante la alegría de los aficionados coruñeses. Joanet; Belló, Manolete, Cholo; Sertucha, Domínguez; Cortés, Loureda, Beci, Cervera y Martínez formaron aquella noche el conjunto blanquiazul.
En la segunda jornada el Estudiantes y el Celta de Vigo empataron a uno, con goles de la “bruja” Verón para el equipo argentino y Rafa Almagro para el Celta.
El Deportivo se presentó en el último encuentro ante Estudiantes con una ligera ventaja, pues un empate la valdría para lograr el preciado trofeo en disputa. Ese partido que cerraba el trofeo triangular, finalizó con empate a cero, después de un escandaloso y vergonzoso espectáculo.
Tras unos cuantos minutos de tanteo entre ambos equipos, los deportivistas se volcaron de forma insistente sobre la meta defendida por Néstor Errea, sin conseguir ningún gol. Por su parte los platenses, con su clásico fútbol lento y horizontal, con numerosos pases, no intentaron internarse ante la meta que defendía Joanet.
Hasta los 20 minutos del primer tiempo, el partido transcurrió por cauces normales. En ese instante el medio argentino Forteís, tras un choque con Beci, aprovechó para pisarle en el suelo, lo que provocaría el primer enfrentamiento entre varios jugadores de ambos equipos, ante la bronca del público. Tres minutos más tarde y mientras el balón estaba en la portería coruñesa, Aguirre Suarez, el defensa central argentino, propinó un cabezazo, al delantero coruñés Beci, cuando ambos jugadores se encontraban en el centro del campo. El árbitro, el internacional español José María Ortiz de Mendibil, que no había visto la jugada, al ver a Beci tirado en el césped, acudió a consultar con el linier, quien le confirmó que el jugador coruñés había sido víctima de una agresión descarada por parte del defensor argentino. El colegiado vizcaíno, sin titubear, envió a la caseta a Aguirre Suárez, ante otro intento de tangana con salida al campo de varios de los jugadores suplentes de Deportivo y Estudiantes.
En el minuto 38 se equilibrarían de nuevo las fuerzas. El delantero deportivista Del Puerto, propinaba un puñetazo a Manera, cuando se estaba a punto de botar un saque de esquina. No dudó tampoco en esta ocasión el colegiado vizcaíno y obligó al paraguayo Del Puerto a abandonar el terreno juego. A partir de ahí el partido se convertiría en bronco y violento. Con empate a cero y con diez jugadores en cada equipo, finalizó la primera parte.
Mediada la segunda parte, en un saque de esquina, el jugador deportivista Manolete cayó de forma fulminante al suelo al recibir un cabezazo del jugador de Estudiantes, Togneri. El bravo defensa deportivista fue retirado del campo manando abundante sangre por una ceja abierta. Sin embargo Manolete, lleno de ira y furia, volvió al campo y comenzó a perseguir por el terreno de juego a la carrera a Echecopar en la creencia de que había sido su agresor. Lo que vino después fue sin duda indignante.
El colegiado José María Ortiz de Mendibil, que había visto perfectamente la agresión, expulsó de forma inmediata a Togneri, que se negó a abandonar el terreno de juego. El árbitro requirió de seguido la presencia del delegado de campo y de las Fuerzas de Orden Público. En ese momento se inició una verdadera batalla campal entre los jugadores, titulares y suplentes, de ambos equipos y miembros de la Policía Armada, con agresiones, puñetazos, porrazos y carreras por todo el rectángulo de juego.
Los aficionados asombrados, al igual que las autoridades presentes, entre ellas el Jefe del Estado, no dieron crédito a lo que estaban presenciando, cómo más de treinta jugadores enzarzados en una enorme pelea, obligando a la Policía Armada a hacer uso de su autoridad, con varios porrazos incluidos, para retirar del campo al jugador argentino expulsado. Fue sin duda un lamentable comportamiento de todo un campeón de la copa intercontinental, el Estudiantes de la Plata. Una bochornosa pelea barriobajera del Estudiantes, contestada de igual forma por los jugadores del Deportivo, aunque a éstos les tocara representar el papel de agredidos.
El encuentro estuvo detenido más de diez minutos. El escándalo fue mayúsculo y bochornoso. El público se indignó por la violenta actitud de los jugadores argentinos. Una vez calmados los ánimos, se pudo reanudar el juego, que ya no discurriría por cauces normales, finalizando en empate a cero, algo que le bastó al Deportivo para convertirse en el segundo campeón del trofeo Conde de FENOSA, al lograr tres puntos, por dos el Estudiantes de la Plata y uno el Celta de Vigo.
A las órdenes del colegiado José María Ortiz de Mendibil, que hizo un excelente arbitraje con autoridad y energía, que no vaciló en expulsar a tres jugadores y a punto estuvo de suspender el partido ante la monumental tangana producida por el puñetazo a Manolete. En ningún momento se le escapó el partido de las manos y procuró que transcurriera por los cauces más deportivos, dentro de lo que cabía, en un partido que tuyo más de pelea callejera que de encuentro de fútbol.
El Deportivo alineó a Joanet; Belló, Manolete, Cholo; Sertucha, Domínguez; Cortés, Loureda (José Luis), Beci, Del Puerto y Ramón Martínez. Estudiante de la Plata: Néstor Errea; Manera (Madero) Aguirre-Suárez, Spadaro; Forteis, Togneri; Rizdki (Ribaudo), Bilardo, Echecopar, Conigliaro y Verón.
Entre las aclamaciones del público que llenaba Riazor, Pepe Domínguez, capitán del Deportivo, levantó el Trofeo recibido de manos del Caudillo de España, entre la ovación unánime del público.
Una vez finalizado el partido el Jefe del Estado, fue despedido con una gran ovación y gritos de ¡Franco! ¡Franco! ¡Franco! y las notas del Himno Nacional interpretado por la banda de música Municipal de La Coruña, que fue la encargada de amenizar el encuentro.
P/D: Escribo esta reseña, a pesar de que es un artículo deportivo -sé muy bien quienes son esta tropa de indeseables, malvados, que rezuman rencor de la izquierda española-. al amparo de la infecta, criminal, canallesca, mentirosa, llena de odio, de división entre unos españoles y otros; profanadora de cadáveres de héroes de nuestra historia, manchada con la sangre de las víctimas del terrorismo, a quienes desprecia, un auténtico fraude de ley, que ataca la unidad de España, la verdad, la libertad, la historia de nuestra Patria; que pretende por ley obligar a los españoles a pensar lo que quiere este gobierno corrupto, traidor y estulto y que incluso ataca de forma ignominiosa al patrimonio cultural, histórico y artístico de España, siendo su único y malévolo fin deslegitimar un régimen, el del Generalísimo Francisco Franco, que llevo a España a convertirse en la novena potencia industrial del mundo y de él que emanó la actual Jefatura del Estado, -no lo olvide Majestad-, llamada, de forma burda y grosera, ley de “memoria democrática”, de la cual me declaro beligerante y desafiante, recientemente aprobada, que en un párrafo textual de su sectario preámbulo dice: “El conocimiento de nuestro pasado reciente contribuye a asentar nuestra convivencia sobre bases más firmes, protegiéndonos de repetir los errores del pasado. La consolidación de nuestro ordenamiento constitucional nos permite hoy afrontar la verdad y la justicia sobre nuestro pasado. El olvido no es opción para la democracia”.
ESTA ES MI MEMORIA Y A ESO ME ACOJO. EN DEFENSA DE LA VERDAD. SIN MIEDO A NADA NI A NADIE. LA MEMORIA NO PUEDE ESTAR SUJETA A NINGUN TIPO DE LEY. ES ALGO CONSUSTANCIAL CON LA PROPIA PERSONA. NO ME VOY A CALLAR Y ME REBELO ANTE ESTE ATROPELLO DE UNA LEY ANTICONSTITUCIONAL, ABERRANTE, SOVIETICA, QUE ATACA LA LIBERTAD PERSONAL, ÚNICAMENTE PROMULGADA PARA MANTENER LA FALSA VERSION DE LA IZQUIERDA -POR ELLO NECESITAN UNA LEY QUE AMENACE CON MULTAS Y ATOSIGUE CON EL TEMOR- PARA DISTORSIONAR, PUES NO PUEDEN REBATIR, EN ABSOLUTO, LA VERDADERA REALIDAD HISTORICA DE ESPAÑA.
Autor
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Nacido en La Coruña el 1 de abril de 1957. Cursó estudios de derecho, carrera que abandonó para dedicarse al mundo empresarial. Fue también director de una residencia Universitaria y durante varios años director de las actividades culturales y Deportivas del prestigioso centro educativo de La Coruña, Liceo. Fue Presidente del Sporting Club Casino de la Coruña y vicepresidente de la Comisión Promotora de las Hogueras de San Juan de La Coruña. Apasionado de la historia, ha colaborado en diferentes medios escritos y radiofónicos. Proveniente de la Organización Juvenil Española, pasó luego a la Guardia de Franco.
En 1976 pasa a militar en Fuerza Nueva y es nombrado jefe Regional de Fuerza Joven de Galicia y Consejero Nacional. Está en posesión de la Orden del Mérito Militar de 1ª clase con distintivo blanco. Miembro de la Fundación Nacional Francisco Franco, es desde septiembre de 2017, el miembro de la Fundación Nacional Francisco Franco, encargado de guiar las visitas al Pazo de Meiras. Está en posesión del título de Caballero de Honor de dicha Fundación, a propuesta de la Junta directiva presidida por el general D. Juan Chicharro Ortega.
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