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Rememoremos fracción del bastante divulgado discurso de Bill Gates en el célebre Evento 201, detonador de la actual plandemia. Hotel The Pierre, Nueva York, octubre 2019. «El mundo tiene en la actualidad 6 800 millones de personas y está en camino para llegar a 9 000 millones. Ahora, si hacemos un gran trabajo en nuevas vacunas, cuidado de salud y servicios de salud reproductivos, podríamos disminuir esa cifra, quizá 10 o 15%». Sic.

¿Buscando un planeta con 500 millones de habitantes?

Pero existiría un problema. Problemón, agrego. La implantación masiva de sus vacunas genocidas requieren 67 años, aproximadamente, para reducir la población terrestre a sus anhelados 500 millones. Piedras de Georgia, of course. «Maintain humanity under 500 000 000 in perpetual balance with nature» (Mantener a la humanidad por debajo de 500 000 000 habitantes, en equilibrio perpetuo con la naturaleza)…

…Y viendo la portada de The Economist, a la sazón propiedad de la familia Rothschild, 67 años son demasiados. Las eugenésicas y neomaltusianas élites no quieren ni desean salvar el mundo sino salvarse a sí mismas, para lo cual han estimado que los recursos naturales que restan (especialmente, agua potable y tierras cultivables) no alcanza para todos.

Y solamente requieren de un una población de 500 millones que sea suficiente y esté a su esclavo servicio – a la manera de los faraones de su idolatrado Antiguo Egipto – a fin de administrar la economía mundial que -según sus previsiones- llegará a estar absolutamente robotizada, informatizada y automatizada. Todo ello en un mundo sin naciones, igualitariamente tiranizado: mestizo, andrógino y transhumano. Antes de la definitiva llegada de la posthumanidad. El hombre, un recuerdo que se perderá como lágrimas en la lluvia.

¿Cuál será el siguiente horror?

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Portada del 17 de junio al 3 de julio. La citada revista The Economist. Dos padres en un sofá con máscaras antigás. Su hijo, solo casco de guerra. Y de fondo, el meollo del asunto. Siete cuadros. Escenarios apocalípticos. Virus, reventón climático, guerras nucleares. La mayoría de dichos escenarios en sus manos. FARMAFIA y laboratorios de armas biológicas en sus manos.  Y geoingeniería y manipulación climática, haarpeo incluido, ídem. Una suculenta guerra nuclear – de baja intensidad – también.

¿Y tormentas solares que aniquilen gran parte de la vida en la tierra? ¿Y un asteroide que impacte sobre la superficie terrestre, de ahí su hondísimo y persistente interés por colonizar el espacio? ¿Conocen la fecha exacta del impacto y nos la ocultan? ¿Y qué asteroide? ¿Némesis, Pallas, Apofis, Bennu y 2020 BX12? ¿Preferirán detonarlo antes de que impacte o dejarán deliberadamente que se aniquile parcial o totalmente la vida en la Tierra?  ¿También en sus manos todo este asunto?

¿Se lo impediremos?

¿Cómo será el siguiente petardazo que provoquen las criminales y diabólicas élites? ¿Será falso, como la actual pantomima coronavírica? ¿O real? ¿Descartamos del todo el «alienígena» Blue Beam? ¿Obtendrán definitivamente sus ambicionados 500 millones? ¿Se lo impediremos? ¿7000 psicópatas decidirán el destino de 7.000 millones de seres humanos que queremos vivir a nuestra puta bola?

Lo conseguirán solo – repito, solo – si no detenemos a tiempo sus macabras agendas. Y el tiempo transita muy acelerado. En fin.

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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