21/11/2024 19:00
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En la última encuesta publicada por el Centro de Estudios de Opinión (CEO) se ha vuelto a repetir lo que van diciendo desde hace meses -recuerda el CIS de Tezanos con el PSOE-. El ganador de las próximas elecciones es ERC. Y si lo analizamos a lo largo de los años, este partido ha sido el gran beneficiado de la política catalana de los últimos veinte años. Y no exageramos. Un partido que no ha hecho nada, pero que ha sumado seguidores de otros campos electorales.

 

Este crecimiento lo ha conseguido en detrimento de otros partidos políticos. En concreto de dos: PSC y CiU. Esta es la realidad. No ha afectado a otros partidos. Podemos decir que le PSC también se ha visto mermado al aparecer Ciudadanos. Es cierto y en las últimas elecciones quedó plasmado. Pero la decadencia del PSC no es culpa de Ciudadanos. Como tampoco es culpa de estos la caída libre que ha sufrido el PPC desde el gran éxito electoral de Alicia Sánchez-Camacho con 19 escaños, igualando a Alejo Vidal Quadras. Alguno se tendría que plantear porque estos dos candidatos consiguieron tantos votos y los otros han desmoralizado a sus votantes.

 

Si analizamos los resultados electorales de los últimos veinte años los números no engañan. En 1999 y2003 se presentaron con Pasqual Maragall como candidato. El PSC consiguió 52 y 42 escaños respectivamente. En 2007, en pleno tripartito, pasaron a 37 y, en 2010, cansada la población del tripartito de Montilla consiguieron 28 escaños. En pleno fulgor del independentismo, 2015, se quedaron en 16 escaños y así se han mantenido hasta ahora. La irrupción de Ciudadanos fue en 2007 con 3 escaños.

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Si hablamos de la antigua Iniciativa per Catalunya-Verds, miembro del tripartito, los datos son significativos. De 1999 a 2010 han tenido 3, 9, 12, 10 escaños respectivamente. Aumentaron en escaños y salieron ganando con los diferentes tripartitos pactados, ganando poder Joan Saura y Joan Herrera. Recordemos que Herrera fue el encargado de defender las ansias independentista de Artur Mas en el Congreso de los Diputados, como anteriormente lo hizo Ibarreche.

 

Llegamos a ERC. De 1999 a 2010 han tenido 12, 23, 21 y 10 escaños respectivamente. El tripartito les afecto, pero se recuperaron rápidamente al integrarse en la coalición de Junts pel Si, con 62 escaños. Esta recuperación quedo constatada en 2017 cuando consiguieron 32 escaños. La proyección para la próximas elecciones -14 de febrero de 2021- le da una horquilla de 36-37 diputados. Por su parte, la desfragmentada Convergència, se quedaría entre 28 a 30 escaños. Con lo cual, todo lo que toca ERC consigue exterminarlo.

 

Ahora parece ser que se recupera el PSC, que le ha costado diez años recuperarse del Tripartito. La antigua ICV no le afectó demasiado el Tripartito ni los cambios de siglas interno, pues su electorado es fiel y se han mantenido entre 8 y 10 escaños. Ahora se rumorea que puede haber un nuevo tripartito. Repetición del anterior, pero con un cambio, el líder ya no sería PSC, sino ERC. De llevarse a cabo este proyecto, y teniendo en cuenta el pasado, hay que pensárselo dos veces. No será nada fácil para el PSC lidiar con unos políticos que son muy diferentes a los del primer tripartito. Tampoco los Comunes de ahora se parecen a la antigua ICV. El PSC se quedaría al borde del abismo y la recuperación no sería tan fácil.

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Evidentemente esta es la preocupación menor de muchos. Lo que ha motivado más incertidumbre entre el independentismo catalán es que la “ultra derecha” entre en el Parlamento y con una fuerza de entre 7 y 8 escaños. Pueden empatar con el PPC. Eso es inaceptable. ¿Cómo podemos tenerlos dentro de nuestro Parlamento? Con la CUP -la ultra izquierda catalana- no pasa nada, porque son de los suyos. Ahora bien, VOX no puede sentarse en unos escaños que, para algunos, son el sancta sanctórum. En 1996 se pusieron muy nerviosos porque un diputado del PP -Julio Ariza- intervino en castellano. Era intolerable. Luego vino Alberto Fernández-Diaz y otros diputados hablando castellano. Se empezó a tolerar. Les salen sarpullidos, pero con crema se les pasa. El que les ha salido con lo de VOX aún lo tienen enrojecido. Esto supone que, de ser cierta la estimación del CEO, la próxima legislatura del Parlamento de Cataluña será muy divertida.

Autor

César Alcalá