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Son tantas las maquinaciones, los subterfugios , las oscurantistas maniobras que pasan por la sospecha de la trampa electoral hasta la alta traición por los pactos con Marruecos, entre innúmeras tropelías que millones de españoles creen encubiertas por una ostentosa e indisimulada intervención de los órganos judiciales, que los alardes de Puigdemont apestan a Sánchez antes de que pueda ser investido de nuevo para conformar otro gobierno Frankenstein.
El fugado de Waterloo, el golpista catalán y sus exiguos votos de nuestra injusta ley electoral por la que la mayoría depende a modo de chantaje rastrero contra todo un país, ha presumido de tener pactos y acuerdos secretos firmados exprofeso por Pedro Sánchez para asegurarse la presidencia, y con ese bellaco triunfalismo de quien se sabe protegido por las codicias propias del socio de la traición, se lo guarda como un as bajo la manga por si se reculara en la promesa o no fuera posible alcanzar lo acordado con premeditación alevosía y nocturnidad.
El Rey Felipe VI en plena ronda de consultas cuando hoy recibe al perjudicado Santiago Abascal por los amaños del 23J, aunque aquí todo el mundo haga mutis por el foro como si hubiese sido limpio, debe tomar nota de estas ufanas reivindicaciones del líder de Junts que aguarda su momento detrás de las estrategias de Sánchez, y considerar que si Puigdemont se ufana de tener pactos con Pedro Sánchez a espaldas de los españoles, muy seguramente pasen por la amnistía y un encaje por la autodeterminación para mantenerse en La Moncloa.
Crece la indignación por las palabras del prófugo que dice asegurarse con esos acuerdos de que Pedro Sánchez lleve a la culminación el contrato que, como con Marruecos, sólo se puede firmar en las sombras comprometiendo la integridad territorial de España desde dentro y fuera de las fronteras.
Tome nota, Majestad, que este tahúr del Manzanares ha apostado con su juego sucio a toda España. Aparte del escenario fingido de las dificultades de negociación, alarma cuando Puigdemont dice a sus allegados que Sánchez meará sangre para conseguir el apoyo de los independentistas.
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Desde el 11 m del 2004 la democracia española esta bajo sospecha y poco a poco esa sospecha ha cristalizado en la certeza de que lo que esta sucedi0endo se planeo hace tiempo.
El sistema es que que ha generado la destruccion nacional y si no se tiene esa premisa en cuenta no es entiende nada