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La FDA se reunió el 15 de junio y, a pesar de todas las pruebas de falta de eficacia de la inyección infantil de Pfizer y la completa falta de datos sobre los daños a largo plazo, votaron a favor de seguir adelante.
Parece increíble que algo tan serio como es la seguridad de bebés y niños no solamente no se ha evaluado correctamente, sino que se han manipulado descaradamente los datos del ensayo. La carrera in crescendo de Pfizer en los estudios clínicos fraudulentos respecto a las inoculaciones covid es alarmante. Desde el sesgo del primer estudio para adultos mayores de 16 años hasta este último ridículamente pobre (3 niños vacuna versus 7 placebo), nos hemos ido sorprendiendo negativamente de la falta de rigurosidad y la manipulación de sus ensayos.
Es increíble que en la reunión abierta de la FDA, ninguno de los miembros señalara que el seguimiento de dos meses es totalmente inadecuado para evaluar la seguridad, porque después de estos dos meses se desenmascara el grupo control y se le administra la vacuna, con lo cual nunca habrá la posibilidad de completar el estudio de seguridad, ni siquiera a medio plazo.
Solo se midió la presencia de anticuerpos como medida del éxito. No se ha determinado un nivel específico de anticuerpos que brinde protección contra covid, entonces, ¿cómo se puede usar esto como una medida útil? En la presentación ante la FDA, Pfizer presentó evidencia de que los únicos anticuerpos producidos en los niños fueron contra la proteina pico de Wuhan sin anticuerpos detectables contra la proteina pico de Omicron. Es decir, es inútil contra las nuevas variantes y ya la proteína inicial de Wuhan no circula.
Moderna también fue autorizada para niños en la misma reunión, a pesar de que varios países la han eliminado para todos los menores de 30 años. Su extenso documento (189 páginas mecanografiadas a un espacio) solo se envió a los miembros de la FDA dos días hábiles antes de la reunión.
Pero, ¿qué pasa con los datos de Pfizer en los que aparentemente se basó la decisión?
La presentación de Pfizer es el caso más extremo de manipulación de datos y mala ciencia jamás presentado a la FDA. El estudio fue aprobado sobre la base de 4500 participantes, pero 3000 de ellos no llegaron al final del ensayo. Eso por sí solo es suficiente para que el estudio sea nulo y sin efecto.
Hay otras tres medidas que se utilizaron para evaluar la eficacia: covid total, covid ‘grave’ y hospitalizaciones.
Los investigadores descubrieron que hubo un 30 % más de casos de covid en el grupo vacunado en las tres semanas posteriores a la primera dosis, pero ignoraron esos datos. También ignoraron los datos después de la segunda dosis donde no hubo beneficio. Luego ignoraron una semana completa después de la tercera dosis también.
En total, el 97% de los casos de covid en el ensayo fueron ignorados. Finalmente, se enfocaron en 7 casos en el grupo placebo más de una semana después de la vacunación y 3 en el grupo vacunado y sobre la base de esos pequeños números durante ese período muy corto, afirmaron la eficacia. Pfizer describió este problema así:
«La eficacia de la vacuna posterior a la 3ra. dosis no se puede estimar con precisión debido al número limitado de casos acumulados durante el seguimiento a ciegas, como se refleja en los amplios intervalos de confianza asociados con las estimaciones».
También informaron sobre niños que habían tenido dos episodios de covid. En total había 12 de esos niños. Once de ellos fueron vacunados antes de tener estas segundas infecciones. Esto hace que cualquier afirmación de covid reducido sea más que dudosa.
En el ensayo definieron «covid grave» cuando hubo un aumento de la frecuencia cardíaca o respiratoria. En el grupo de 2 a 4 años, hubo seis casos graves de covid en el grupo de la vacuna (de ellos dos se vacunaron después de recibir el placebo) y solo uno en el grupo del placebo. Aunque estos números son pequeños, sugieren que era más probable que la vacuna aumentara el riesgo de covid grave en lugar de reducirlo.
Solo un niño fue hospitalizado con una prueba de covid positiva. Este niño fue vacunado y hospitalizado con una convulsión. A pesar de que los investigadores concluyeron que la convulsión probablemente estaba relacionada con la vacuna, mantuvieron a este pobre niño en el ensayo y le dieron una dosis adicional de la vacuna.
En general, no hubo reducción en covid (la diferencia en todo el ensayo no fue estadísticamente significativa incluso para un subgrupo en particular); hubo covid más grave en el grupo vacunado y una hospitalización en el grupo vacunado.
La seguridad solo se controló durante 6 semanas antes de que decidieran vacunar a los niños en el grupo de placebo, mostrando un desprecio total por una recopilación significativa de datos de seguridad reales. Había tres niños que tenían fiebre grave y todos estaban en el grupo de la vacuna.
Es increíble que este estudio alguna vez haya logrado la aprobación ética dada la falta de datos de seguridad a largo plazo con estos tratamientos novedosos en un grupo de edad que no tiene riesgo de enfermedad grave o muerte. El Comité Asesor de Vacunas y Productos Biológicos Relacionados de la FDA votó unánimemente para recomendar los productos para la autorización de uso de emergencia. Pero este supuesto de emergencia, es una designación utilizada para prevenir lesiones graves o la muerte. ¿Cómo pueden afirmar que es relevante para niños menores de 5 años?
Por otra parte comprobamos la nula capacidad de las agencias reguladoras para cumplir su cometido y regular la administración segura y eficaz de medicamentos y vacunas en favor de la población. Todo parece indicar que trabajan para sus financiadores y carecen de la necesaria imparcialidad. ¿Seguirán las autoridades sanitarias recomendando estas inoculaciones para bebés basándose en su seguridad y eficacia?
A continuación se presenta un cuadro con el porcentaje de muertes por covid donde podemos comprobar el escasísimo riesgo que existe para esos menores. Además, teniendo en cuenta que las inoculaciones no están formuladas para las posibles variantes de la proteína espiga y que los datos demuestran que no solo no protegen sino que favorecen la aparición del síndrome covid es una verdadera aberración administrar estos fármacos a los niños.
REFERENCIAS:
La Dra. Clare Craig expone cómo Pfizer tergiversó los datos de sus ensayos clínicos para niños. Dos tercios de los niños participantes en el ensayo, 3000 de 4500, no lo terminaron. Sólo por este dato el ensayo se debería haber anulado.
https://www.bitchute.com/video/3rNg9XPZnGsf/
Video subtitulado al español:
#Sobre_la_autorización_de_las_inoculaciones_en_bebés_desde_los_6_meses
https://www.bmj.com/content/375/bmj.n2635
https://www.nejm.org/doi/10.1056/NEJMoa2110345
https://phmpt.org/wp-content/uploads/2021/11/5.3.6-postmarketing-experience.pdf
https://doi.org/10.1016/j.toxrep.2021.08.010
Autor
- Estudió Medicina en la Universidad de Murcia, España. Es catedrática de Procesos Diagnósticos Clínicos, así como profesora de Bioquímica, Inmunología y Técnicas Instrumentales de Laboratorio. Tiene posgrados en medicina alternativa como homeopatía. Considera que todos los médicos deben unirse para combatir las supuestas falsedades de la pandemia y forma parte del grupo Médicos por la Verdad.
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