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El libro de Alejandro Nolasco en SND editores, La Quinta Energía, es un trabajo apasionante, directo, ameno y absolutamente enriquecedor; se trata de una conversación con el profesor, astrofísico de la NASA, teólogo, filósofo y sacerdote jesuita Manuel Carreira Vérez. Nadie hay como él para explicar, de forma sencilla y fluida, los fundamentos lógicos, científicos y filosóficos de la creación del universo y la conexión existente entre razón y fe. Los argumentos del padre Carreira son contundentes y constituyen el puente razón-fe más avanzado y perfilado al que se haya llegado hasta ahora por el ser humano. Un libro imprescindible para quienes quieran conocer, de forma profunda y total, las motivaciones y argumentos de su fe en un Dios-Creador inteligente y bueno. El libro sigue el cauce de pregunta respuesta para hacer dinámica la obra. La primera parte de la obra se centra en entender el porqué de la existencia de un motor primero que, mediante un ajuste finísimo, crea el universo; la segunda parte analiza los motivos de que Jesús sea la piedra angular del universo creado.
¿Por qué decidió escribir sus diálogos con el padre Carreira?
El padre Carreira era uno de los pocos sabios que quedan en nuestro país. Su pensamiento parte de la corriente artistotélico-tomista y lo enriquece y perfecciona con los conocimientos científicos de que hoy disponemos. Sus argumentos intentan, en todo momento, perfilar, al máximo posible, la construcción filosófica de un esquema especulativo que sirva de conexión entre la racionalidad humana y los argumentos ontológicos y teológicos católicos. Consideré poner por escrito las sucesivas entrevistas que conforman el libro porque los temas que se tratan abordan las grandes preguntas que se cuestionan y se cuestionarán siempre todos aquellos seres humanos que se interroguen por las razones de nuestra existencia. Esto puede resultar ambicioso e incluso de una cierta soberbia pero creo que todo ser humano que se llame racional debe indagar —o al menos intentarlo— sobre las razones de nuestra existencia. Decía Julián Marías que a él le parecía increíble que muchas personas obviaran este interés por conocer las grandes preguntas y se quedaran tan tranquilos.
El padre Carreira era una eminencia, ¿quizá su figura no es suficientemente conocida y reconocida?
Aunque el padre Carreira tuvo reconocimientos como la Medalla Castelao, su figura y su obra han sido deliberadamente arrumbadas en un rincón, preteridas y olvidadas como todo lo que, actualmente, huela a planteamiento a favor de la existencia de Dios o del catolicismo. La mayoría de estos censores postmodernos, que hoy día gozan del poder de control de masas, no consideran propicio para sus intereses pragmáticos de tipo político y social el dar alas a opiniones que puedan chocar con los postulados marxistas de considerar al hombre como un ser accidental, puramente animal y con instinto de rapiña. A través de la deconstrucción de la visión metafísica del hombre se deja al ser humano como un mero resultado del azar cósmico cuya voluntad es previsible y mecánica. Es más fácil controlar a las masas —término ampliamente utilizado por la dialéctica política marxista— si estas se reconocen a sí mismas como grupos compactos en los que no caben individualidades con intereses trascendentales. La disidencia, hoy, se castiga con el olvido y con la muerte civil. La mayoría de los filósofos marxistas consideran la metafísica como un puro ideologema, un truco del lenguaje y el concepto de Dios como una paraidea imposible de aprehender porque este concepto implica, según ellos, atributos incompatibles entre sí como las propiedades de omnipotencia u omnisciencia. El único filósofo de origen marxista que se molesta en razonar las causas de su ateísmo de una manera seria y profunda es Gustavo Bueno. Reseñable es su libro «Dios salve a la razón» que gira en torno a la lección de Benedicto XVI en Ratisbona. El profesor Bueno es otro claro ejemplo de eminencia española censurada e incomprendida por el nuevo marxismo cultural. El problema de hoy en día es que el debate es absolutamente imposible; los poderes fácticos actuales intentan prevenir, por todos los medios, que la gente piense por ella misma.
Usted afirma que no había nadie como él para explicar, de forma sencilla y fluida, los fundamentos lógicos, científicos y filosóficos de la creación del universo.
La valía de un buen maestro reside, fundamentalmente, en saber explicar cosas complejas de manera sencilla. Es pasmoso leer cómo el padre Carreira va abordando las grandes cuestiones de una manera, podríamos decir, didáctica y para todos los públicos. El padre Carreira no utiliza términos enrevesados ni engolados, que son los que suelen utilizar la mayoría de los que se dedican a tareas especulativas. Hay filósofos relativamente actuales como Deleuze, por ejemplo, que cuando uno los lee no sabe si está leyendo poesía o mala literatura. Los escritos de algunos de estos filósofos son más dignos de ser estudiados por especialistas en Psiquiatría que por los que quieran estudiar Filosofía.
Y además lo explica todo desde la razón, pues no hay contradicción con lo que nos enseña la fe.
Exacto. Hay que ser muy cuidadoso en este punto porque es fácil que cualquiera rebata este extremo diciendo que es imposible razonar fuera de la razón humana ya que, perfecta o imperfecta, es de lo único de lo que disponemos para conocer la realidad. Nadie se montaría en un avión construido por un ingeniero aeronáutico que dijera que construye los aviones a base de fe y sin basarse en ninguna base racional apoyada en la experimentación científica. Es cierto, razonar fuera de la razón humana es absurdo. Es más, es imposible. Sobre estas consignas de que la fe está por encima de la razón construyen sus hipótesis cientos de videntes y charlatanes para robar y timar al crédulo contribuyente. Lo que el padre Carreira dice es que la fe católica es perfectamente razonable —que no estrictamente racional en sentido científico, cosa muy distinta— y esta razonabilidad se basa en que la ciencia solo habla de la materia existente y sus interacciones pero no habla del fundamento último de las cosas, de la razón de ser de las mismas. La Filosofía es la única disciplina que sondea la realidad preguntándose por su fundamento, su sentido y su posible direccionalidad. Por ejemplo, la Filosofía se pregunta si es razonable pensar que la creación de la Tierra pudo ser fruto del azar o si, por el contrario, las miles de «casualidades» que llevaron a la aparición de la vida inteligente y libre tienen una direccionalidad y un sentido. En términos puramente científicos preguntarse por el sentido, por la razón de ser de algo, no puede describirse en una ecuación matemática y sería absurdo. La ciencia describe lo que es un ser humano, pero no qué sentido tiene que exista el ser humano. Si desterramos la metafísica de la Filosofía, nos quedamos sólo con postulados especulativos materialistas, también necesarios y complementarios, como la realidad de las ideas o de las categorías, pero que no dejan de ser una teorización de las únicas realidades materiales que conocemos. Dicho esto sin ninguna carga peyorativa.
¿Por qué hay algo en lugar de nada?
Esa es la gran pregunta. Esa es la cuestión a la que ningún ser humano ha podido dar respuesta. Pongámoslo más difícil. ¿Qué es algo? ¿Qué es la nada? Lo fácil y lo ramplón sería decir que esa pregunta es un truco de nuestro lenguaje, que las cosas son y punto final. Que, como decía Descartes, cogito ergo sum, pienso luego existo. De acuerdo, es real que existo porque soy algo que está pensando algo en este momento, ¿y qué? ¿Lo que hay existe desde siempre? ¿Lo que hay existirá para siempre? De todo esto se habla en el libro que nos ocupa.
¿Por qué es un libro imprescindible para quienes quieran conocer, de forma profunda y total, las motivaciones y argumentos de su fe en un Dios-Creador inteligente y bueno?
Porque intenta explicar los fundamentos de razonabilidad que existen en la doctrina católica en relación a la fe y es útil para todos aquellos que quieran profundizar en las raíces de su religiosidad. La mayor parte de las personas —decimos muchas veces que esto ocurre hoy en día pero yo creo que ha sido así siempre— creen en una serie de cosas pero no pierden un minuto en reflexionar sobre por qué piensan como piensan. Lo que sí es cierto es que hoy se puede acceder a toda la información que se quiera con un clic de ratón y aun así muchas personas siguen teniendo la misma formación religiosa que un campesino del siglo XVIII. Dice Antonio Escohotado, con razón, que hoy una persona tiene acceso a más información en su móvil que toda la biblioteca de Alejandría junta. Influyen en esto que las políticas de formación ofertadas por la Iglesia actualmente se han centrado en divulgación de consignas católicas de tipo sentimental, estético y social y han abandonado la propagación de formación seria y profunda. Muchas editoriales de libros estrictamente católicos rechazaron la publicación de esta obra y tuvo que ser Álvaro Romero y SND Editores—a quienes conocí con posterioridad— los que se decidieron a hacer realidad esta obra de manera muy valiente y audaz.
Es muy pedagógico pasar de la existencia del motor primero —el dios de los primeros filósofos— al Dios personal, Jesucristo.
Hacer compatible la Revelación con el dios de Aristóteles es algo que ya hizo Santo Tomás. Lo novedoso es, como plantea el padre Carreira, hacer compatible todos los conocimientos científicos de que disponemos con el Dios personal Jesucristo. Es un punto de vista más actual y mejor engranado.
¿Cuál sería, por tanto, esa quinta energía?
Como bien dice el padre Carreira existen sólo cuatro energías físicas: gravitatoria, electromagnética, nuclear fuerte y nuclear débil. He dado en llamar «quinta energía» a esa realidad no material que es Dios. El padre Carreira no estuvo muy de acuerdo en definir la realidad divina como «energía» por el uso espurio que dan, cantidad de charlatanes, a esa palabra. Pero yo consideré que podía ser interesante. Puede que alguno de esos charlatanes, que tanto hablan de energías extrañas, compre el libro y aprenda algo. El mérito siempre será del padre Carreira; yo me he limitado a dejar por escrito su testamento intelectual.
Autor
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Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.
Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.
Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.
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