07/10/2024 03:14
Getting your Trinity Audio player ready...

Una iglesia vampirizada por el fuego y otra despedazada, salvajes actos de vandalismo que se registraron en la multitudinaria manifestación de ayer en Santiago, Chile. «Que caiga, que caiga», gritaron algunos encapuchados, que vivaquearon la posterior caída de la cúpula de la primera iglesia, conocida también como la «parroquia de los artistas». Muy cerca de donde se produjo este incendio, otro templo fue saqueado y chamuscado, pero los bomberos lograron extinguir las llamas sin que la infraestructura sufriera mayores perjuicios.

Manifas “raras” (además de muy violentas)

Chile, final del pasado año. Casi 2.500 carabineros heridos, 57 con heridas por armas de fuego. Corolario palmario de la locura incendiaria que asoló el país sudamericano hace un año. Pero, curioso, los manifestantes, al final, no protestaban por mejorar las condiciones económicas, sino que se acabó exigiendo la autodeterminación de una presunta «nación mapuche» y suplir la palabra «familia» por «individuo» en la Constitución chilena.

Estrambóticas reivindicaciones. No se trataba, pues, de los precios del metro. Ni de otras justas demandas. Como siempre, revoluciones de colores. Marca registrada, George Soros. Sin fundamento argumental, cortina de humo, se culpó al siniestro Maduro de montar dichas pajarracas.

El sucesor de El Gorila Rojo no poseía la infraestructura necesaria y la capacidad económica suficiente como para montar semejante desolación en  las rúas santiaguinas. Detrás de los tumultos y motines se encontraba la alargadísima sombra del Frente Amplio.  Y. por supuesto, y ante todo, el criminal delirio mapuche, las Comunidades en Conflicto Arauco-Malleco (más conocidas como Coordinadora Arauco-Malleco o CAM).

Absurdo (y terrorista) separatismo mapuche

LEER MÁS:  ¿Hay fraude electoral? Verifíquelo Vd. mismo. Por Galo Dabouza

Hay que recordar que una de las figuras más importantes y con más reputado itinerario del Frente Amplio junto al célebre Gabriel Boric, es el diputado Giorgio Jackson, el cual ha reconocido públicamente recibir dinero del magnate húngaro. ¿Y el estrambótico separatismo mapuche? «La CAM busca la liberación de la nación mapuche. Nuestras consignas siempre han sido territorio y autonomía. Eso es lo que queremos. Nos enfrentamos a un estado colonial que nos invadió”.

Palabras de Héctor Llaitu, líder de la banda terrorista Arauco Malleco, al que se le atribuyen atentados en 2019 en Bio Bio, Araucanía y Los Ríos. No hace falta que les diga que el «problema» secesionista mapuche proviene allende las fronteras del país andino. Pero no desde la misérrima Venezuela de Maduro, sino desde Bristol, Inglaterra, donde se halla la sede mundial de la espectral organización Nación Mapuche, alentando a diferentes grupos de terroristas de toda condición y laya.

Detrás de la defensa de estos grupos de indígenas mapuches, se encuentra, también, cómo no, la nigérrima mano de George Soros a través de organizaciones como Amnistía Internacional y Human Right Watch, las cuales financia generosamente, por mano interpuesta habitualmente. No es secreto recóndito de Soros su interés en la riqueza mineral de ese territorio, por lo que siempre ha defendido las causas mapuches en Chile y en Argentina.

Soros: patrias no, pasta sí

Soros, financiando el caos (¿ab ordo?), el desguace de las naciones soberanas y, de paso, saqueando los recursos naturales de los países en cuestión. ¿Les suena? En fin.

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
LEER MÁS:  2045: la humanidad será infértil y la reproducción, artificial. Por Luys Coleto
Últimas entradas