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Entre los días 22 y 28 de mayo se celebrará la 75ª Asamblea Mundial de la Salud en la que se elegirá al Director General de la OMS (con toda seguridad será reelegido Tedros  Adhanom) y se votarán una serie de enmiendas al actual Reglamento Sanitario Internacional de 2005 propuestas por Estados Unidos principalmente.

El actual RSI es lo que permite a la OMS declarar una Emergencia de Salud Pública Internacional o Pandemia, que le otorga poder para iniciar “ciertos contratos” e indicar procedimientos sanitarios. Y ya hemos visto en las crisis sanitarias anteriores que dichos contratos han sido fundamentalmente para medicamentos y vacunas peligrosos e ineficaces.

Anteriores Emergencias Sanitarias, como la falsa pandemia de la gripe porcina o gripe A de 2009, el brote exagerado de Ébola en 2016, el brote intrascendente de Zika en 2019 y por supuesto, la Pandemia masivamente exagerada y universalizada de COVID en 2020, han sido mal manejados por la OMS, por hablar con suavidad y este organismo ha recibido fundadas críticas de ineptitud y corrupción.

El ejemplo más reciente lo tenemos en  la recomendación para tratamiento del síndrome covid de procedimientos inadecuados, como la aplicación temprana de ventilación mecánica o la administración de medicamentos inútiles y peligrosos como el remdesivir y el tozilizumab, por no hablar de las terapias génicas experimentales, mal llamadas vacunas covid. Todos ellos autorizados únicamente para “uso de emergencia”, es decir sin el suficiente estudio sobre eficacia y seguridad,  pero carísimos y generadores de pingües ganancias para Farmaindustria.

Y no debemos sorprendernos, puesto que la OMS que inicialmente se fundó como una rama de la ONU, sujeta al control de los estados miembros y financiada por ellos, ha ido derivando hacia la financiación privada, su enfoque se ha desplazado cada vez más de intervenciones basadas en la comunidad a intervenciones farmacéuticas, siendo la Alianza Gavi y Cepí, organizaciones estrechamente vinculadas con la OMS de manera que, aunque también recibe financiación de los contribuyentes, son Bill Gates y Farmaindustria los que aportan el grueso del capital.

Volviendo a las modificaciones propuestas al RSI, una pista sobre lo que la OMS pretende hacer, ganando más poder sobre las naciones, proviene de su principal financiador: Bill Gates, quien anunció recientemente que está creando un equipo de respuesta ante pandemias para la OMS, al que llamaría “Equipo de Respuesta y Movilización ante Epidemias Globales” o “Equipo GERM”, algo así como una policía sanitaria internacional que podría decidir cuándo los estados deben suspender las libertades, obligar a usar máscaras, confinar o cerrar fronteras…

El equipo GERM como una nueva rama de la OMS, supervisaría que los estados cumplan con el nuevo Tratado de Pandemias una vez que lo firmen. Como consecuencia surge una pregunta inevitable y es ¿cómo se llevaría a cabo esta supervisión? aunque ya tenemos pistas, puesto que con este fin la OMS ha contratado a T-Systems, subsidiaria de Deutsche Telekom con sede en Alemania, para desarrollar un sistema global de pasaporte de vacunas 25 con planes para vincular a cada persona en el planeta a una identificación digital de código QR. Así que por el camino que vamos, habrá un tratado pandémico, un equipo GERM, un pasaporte mundial de vacunas y una Organización Mundial de la Salud para monitorear a cada persona en el planeta.

A continuación comentamos algunas de las muchas disposiciones ambiguas y preocupantes de las Enmiendas propuestas por el Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos el 18 de enero de 2022.

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Artículo 5: Vigilancia

En la práctica, esto otorgaría a la OMS una autoridad unilateral para promulgar un sistema de vigilancia sanitaria universal, sin escrutinio público ni transparencia, dejando abierta la posibilidad de fuentes fabricadas.

Artículo 9, Sección 1

Esta supresión del artículo 9 elimina las consultas con el Estado miembro durante una “supuesta” emergencia sanitaria, al tiempo que coloca a la OMS en posición de dictar cómo debe proceder un Estado Parte dentro de sus propios límites territoriales. Esto constituye una amenaza para la soberanía nacional y la autodeterminación.

Artículo 10, Sección 4

Cualquier nación que rechace la declaración de la OMS tendrá sólo 48 horas para reconsiderar su posición y cumplirla, o será sometida a presiones de otras naciones y/o a sanciones económicas. La opinión de la nación afectada ya no se tendrá en cuenta.

Artículo 12, Sección 2

El artículo 12 crea una nueva subclase de emergencia sanitaria que faculta al Director General de la OMS para activar unilateralmente los protocolos de pandemia basándose en la mera suposición de una amenaza “potencial”. Se elimina la estipulación de que una nación debe estar de acuerdo con la evaluación del Secretario General. Los burócratas distantes estarían facultados para promulgar políticas sanitarias no sólo sobre naciones enteras, sino por extensión sobre individuos, independientemente de los deseos de la nación o del pueblo.

Nuevo capítulo IV (artículo 53 bis-quater): El Comité de Cumplimiento

Los Estados Partes establecerán un Comité de Cumplimiento que se encargará de:

(a) Examinar la información que le presenten la OMS y los Estados Partes en relación con el cumplimiento de las obligaciones previstas en el presente Reglamento;

(b) Supervisar, asesorar y/o facilitar asistencia en asuntos relacionados con el cumplimiento con el fin de ayudar a los Estados Partes a cumplir con las obligaciones establecidas en el presente Reglamento.

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Uno de los cambios más insidiosos de la Enmienda al RSI es la creación de un “Comité de Cumplimiento” que servirá como mecanismo administrativo y de ejecución para garantizar que los Estados cumplan las directivas de emergencia de la OMS que implican infraestructura, gastos de capital, recopilación de información y aplicación de respuestas de emergencia.

En consecuencia, las Enmiendas al RSI supondrían, entre otros cambios:

Intensificar la vigilancia de todos los países y sus ciudadanos.
Otorgar a la OMS la autoridad para informar a otros estados miembros cuando un estado miembro no está informando y lanzar acciones punitivas.
Otorgar al Director General de la OMS la autoridad para declarar cuándo y dónde se está produciendo una pandemia o una “supuesta” emergencia utilizando fuentes no reveladas.
Conferir poderes ilimitados al Director General para definir e implementar intervenciones.
Permitir a la OMS la capacidad de acceder y movilizar capital en caso de pandemia.

 

Las delegadas españolas a esta 75ª Asamblea Mundial de la Salud, las sras Carolina Darias San Sebastián, Silvia Calzón Fernández y Aurora Díaz-Rato Revuelta ¿desempeñarán el papel que se espera de ellas? ¿entregar la Soberanía Sanitaria de España a la OMS? Con esta Ingeniería del Poder los gobiernos de turno se quitan de encima la responsabilidad directa de la ejecución de sus propias leyes para convertirse en tiranos nacionales, ejecutores de tiranos globales, intentando minimizar un posible “coste electoral”.

¿Pero qué partido nos está informando de esto? ¿Dónde están nuestros políticos?

En resumen: esta toma de poder por parte de la OMS, sus donantes y las partes interesadas representa un ataque directo a la soberanía política y económica de todas las naciones implicadas y sus ciudadanos.

 

REFERENCIAS:

https://healthfreedomdefense.org/wfd/spanish/

https://telegra.ph/Modelo-de-carta-para-plantear-objeciones-al-tratado-pand%C3%A9mico-propuesto-por-la-Organizaci%C3%B3n-Mundial-de-la-Salud-05-16

https://telegra.ph/Lo-que-necesita-saber-sobre-el-Tratado-de-Pandemia-de-la-OMS-05-15

https://www.consilium.europa.eu/en/policies/coronavirus/pandemic-treaty/

Autor

Doctora Albarracín
Doctora Albarracín
Estudió Medicina en la Universidad de Murcia, España. Es catedrática de Procesos Diagnósticos Clínicos, así como profesora de Bioquímica, Inmunología y Técnicas Instrumentales de Laboratorio. Tiene posgrados en medicina alternativa como homeopatía. Considera que todos los médicos deben unirse para combatir las supuestas falsedades de la pandemia y forma parte del grupo Médicos por la Verdad.