21/05/2024 03:03

Que no os confundan, amables lectores. Buena parte de esas asociaciones, fundaciones, organizaciones, agrupaciones, corporaciones, patronatos, etc. que convocaron la multitudinaria manifestación del sábado, día 18, en Cibeles, no están dispuestas a romper con el Sistema, sino a repetir lo apuntado por Lampedusa en su Gatopardo: es necesario cambiar algo para que no cambie nada. Que no os confundan. Los que no somos jóvenes y tenemos algo de perro viejo en el olfato, estamos hartos de vivir, desde los años de plomo del terrorismo etarra, muchos años antes ya del estratégico, trascendental y misterioso 11-M, protestas concurridísimas, y con adversa climatología de lluvia intensa y permanente, no en días tibios y soleados.

¿Y qué fruto dieron? Ninguno sano. Sólo el fruto de la amargura, de la apatía, del hastío, de la decepción… Porque todas fueron reconducidas y manipuladas por los integrados en el Sistema, que son todos los que, de un modo u otro, han protagonizado la nefasta Transición, usufructuándola, y nos han traído hasta aquí, arrojándonos a este lodazal en que se halla la patria.

Que no os confundan. Cuando el perro viejo ve alzarse hasta la tribuna de oradores a ciertos paniaguados, a ciertos oportunistas, a ciertos tipos venales y cucañeros del submundo de la política, de la cultura, de la intelectualidad o de la sociedad civil, a ciertos recogemigajas, medradores y vividores, que han hecho fructuosa carrera durante esta negrísima época de la nefasta Transición, y los ve discursear a las masas como si tuvieran las manos limpias y el corazón henchido de santa indignación, el perro viejo enferma de tristeza y se inclina al borde del vómito.

Por otra parte, una gran mayoría de los manifestantes del sábado, si mañana hubiera urnas donde depositar su idea política, su visión de futuro, volverían a elegir al desleal PP, al abyecto PP, al falaz PP, y no pocos de entre ellos, también, incluso, al criminal PSOE y a sus cómplices y no menos criminales partidos periféricos. Porque con el antifranquismo sociológico inoculado en la sangre de las masas a lo largo de los años, la cultura de la muchedumbre no cambia de la noche a la mañana, y la mansa aceptación social del abuso a que le viene sometiendo la casta política, muestra la presencia de una opinión pública poco interesada en los asuntos comunes a pesar de la omnipresente corrupción. Desinterés público que no puede ser tapado por la concurrida manifestación del pasado sábado, día 18.

Por eso, contemplando a unos y a otros, a los instalados que organizan manifestaciones desde el Sistema y a los que tratan de emponzoñar y reventar las encomiables manifestaciones antisistema de los mejores jóvenes y de los mejores veteranos, no puede el crítico independiente sino parafrasear a las Escrituras y gritar: «¡Malditos seáis, fariseos, porque camináis siempre a favor de la corriente, y no os preocupáis para nada de la justicia! ¡Malditos seáis, que hacéis vuestras obras para ser vistos, que amáis los primeros asientos en las conferencias, las primeras sillas en las manifestaciones y las salutaciones en las plazas públicas! Malditos seáis, porque sois como sepulcros blanqueados que no se ven, pero sobre los que se camina sin saberlo.

» ¡Ay de vosotros, guías impostados que coláis el mosquito y os tragáis el camello; que limpiáis lo de fuera del vaso y por dentro estáis llenos de ventaja y de inmundicia! ¡Ay de vosotros también, doctores de la ley!, que encarceláis y ponéis sobre los hombros de la gente cargas que no pueden llevar, y vosotros, venales, que os dejáis chantajear y ultrajar, ni aun con un dedo tocáis las cargas. Maldición también a los que profanáis -por activa o por pasiva- las tumbas de quienes, incluso muertos, subrayan perennemente vuestros crímenes.

» Maldición a los que habéis quitado la llave de la regeneración democrática, no entrasteis, pero habéis impedido entrar a los que querían hacerlo. ¡Venga sobre vosotros toda la sangre justa que habéis derramado directa o indirectamente sobre la tierra española! Serpientes, generación de víboras, ¿ cómo escaparéis a la condenación de vuestra propia miseria? Cuando veis una nube levantarse al ponerse el sol, decís enseguida: “viene la lluvia”, y efectivamente así ocurre; y cuando veis soplar el viento del Sur decís: “hará calor”, y lo hace. ¡Hipócritas! Si sabéis reconocer los aspectos del cielo y de la tierra, si incluso lanzáis premoniciones inquietantes sobre la catástrofe climática, ¿ cómo no habéis reconocido durante la nefasta Transición el tiempo en que nos hallábamos?»

¿Qué satisfacciones han dado todos estos convocantes y discursistas a los perseguidos por la justicia durante el nefasto régimen del 78? ¿Qué cantos de palinodia, qué arrepentimientos públicos han mostrado por su connivencia con él y por los medros que de él han obtenido? Por eso, ¡cuidado, pues, amables lectores! Hay que estar atentos para distinguir unas manifestaciones de otras, unos congregantes de otros, aunque, efectivamente, es obligado en estos tiempos llenar las calles de rebeldía; pero sabiendo que, una vez introducidos en la sala de máquinas del Sistema y con opción de desmontarlas, no se puede elegir a cualquiera para recomponer los mecanismos.

Porque la verdadera oposición a la antiespaña no es el PP, ni ese centro izquierdismo que sacraliza a Felipe González y a sus cuates, gente toda ella cuyo objetivo es salvaguardar su estatus particular, tendente por ello al sectarismo partidista que se lo proporciona, y que está a la que salta, siempre dispuesta a manipular los despertares ciudadanos para reencauzarlos y volver a adormecerlos, y que por haber formado y aún por formar parte del problema nunca serán la solución.

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No se trata, pues, de corregir algunos abusos ni de enmendar algo la imagen lamentable de un Gobierno y de un socialismo de tarados y de una España declinante, sino de atacar los males de raíz. Se trata de una profunda regeneración sociopolítica que requiere prudencia y mano de hierro, y la amputación de numerosas leyes, lóbis y privilegios, actuaciones que no puede llevar a cabo un Gobierno de derechas (Aznar, Rajoy, Feijóo, etc.), de esas derechas que se han sentido cómodas durante el régimen de la nefasta Transición, y que han sido en gran medida culpables de, y necesarias para, la catástrofe. Por eso, hay que insistir una y mil veces: los causantes del problema -PP incluido- no pueden ser los creadores de la solución.

La verdadera oposición tiene que brotar de una semilla nueva, sin vínculos con este régimen corrupto y destructor del Estado; un núcleo convencido de que la patria ha de abrirse a una época que deje para siempre a un lado del camino los últimos cuarenta y cinco años. No se trata de promover la antigua utopía de una nobleza goda, tan sólo la voluntad de hallar un prestigioso grupo de personajes que no tengan sus soflamas, sus homilías, sus cálamos, sus togas ni sus sables y medallas embarradas; un grupo hábil y sabio capaz de reunirse con la finalidad de rehacer la nación aportando primitivos valores, códigos de principios, aun sabiéndose expuestos a sufrir el sabor amargo de la democrática represión.

Autor

Jesús Aguilar Marina
Jesús Aguilar Marina
Madrid (1945) Poeta, crítico, articulista y narrador, ha obtenido con sus libros numerosos premios de poesía de alcance internacional y ha sido incluido en varias antologías. Sus colaboraciones periodísticas, poéticas y críticas se han dispersado por diversas publicaciones de España y América.
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JOSH

Todo se entiende mejor, yo también soy perro viejo, si partimos de la base de que somos una colonia USA y que la transición la ha hecho la CIA no Suarez y el REY que fueron meros peones, al botarate Suarez que no quería entrar en al OTAN lo echaron, esa es la realidad. Dura, tremenda, pero es la realidad.

Aliena

Suárez no querría entrar en la OTAN, pero cumplió bastante bien con el sistema autonómico, la legalización del Partido Comunista, la Ley de Amnistía, la forma en que deshizo infinidad de estructuras policiales para conseguir ( y a fe que lo logró ) que de la noche a la mañana se adueñara de España la inseguridad en las calles, impuestos…

Geppetto

Parece claro que el sistema se defiende manipulando la sana indignacion para que esta no se desborde y se lleve puesta el regimen.
Pero esta vez la cosa no es un griterío de 24 horas, los españoles se niegan a seguirlas directrices de las formaciones política y día tras día mantienen el fuego de la indignación manifestándose contra el gobierno y y esto es la novedad, contra el sistema.
Si la protesta continua los politicos se veran impelidos a absorverla haciendo algo de lo que piden los que se manifietan porque el griterio se esta oyendo con fuerza en las sociedades europeas y aunque los gobiernos apoyen Sanchez, sus sociedades no tienen porque hacerlo

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