22/11/2024 01:09
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El Presidente ecuatoriano, mártir de Masonería, era un genio completo. Lucho contra los enemigos de la Patria y   los  de Cristo, con todas las armas: de palabra, por escrito, con los fusiles y cañones,  y en todo sacó  nota máxima. Su oratoria era temible, algo así como la del inolvidable amigo Blas Piñar. Sus enemigos se recomían cuando tomaba la palabra, sus escritos eran verdaderas bombas  destructoras contra los escritores que le combatían  siempre a muerte como Juan  Montalvo,  que vivía del odio a García Moreno.

Pero aparte de los escritos propios del polemista, García Moreno tenía vocación de periodista. Su publicación más temible fue “El Zurriago” –de nombre acertadísimo—desde sus páginas  restallaban trallazos demoledores contra los militares golpistas y los políticos traidores, cobardes o inútiles.

Lamento infinitamente en estos momentos tener en Porrera,  los libros que pude sacar de Cuba  sobre García Moreno—unos pocos, los fundamentales– sus cartas y algunos escritos pos sus amigos. 

Fidel iba cerrando imperceptiblemente el círculo de su  futuro gulag  pero yo  manejaba una excelente información del capellán jesuita de la Sierra Maestra  donde se había infiltrado y en esos momentos le permitía aun, entrar y salir libremente de la Cabaña. Por otra parte, el director de la ACU, el P. Amando Llorente S. J.,  me aconsejó abandonar la isla pues corría un riesgo innecesario y ya demasiado. Esperé hasta el último momento pero, dado que me noté seguido y viendo los informes no lo dudé y,   a principios de julio de 1959,  dejé en “Cubita la bella”  catorce años de recuerdos mararavillosos  (pero tuve que salir con las manos en los bolsillos…)  Ya no te permitían sacar  ni un dólar, ni pertenencias de valor –me arriesgué a sacar trescientos imprescindibles que, la policía intentó descubrir,  pero fracas; fue el precio de librarme de la esclavitud y del riesgo de perder la vida. 

Y siento el no disponer de esa valiosa información porque me debo limitar a comentarios difusos pues,  desde que presenté la tesis en 1958 para doctorarme han pasado sesenta y tres años durante los cuales dejé a un lado mi carrera para entrar en el mundo empresarial;  y no volví a ocuparme del Presidente Mártir,  salvo para reclamar en 1975 la celebración del Centenario de su asesinato vil, –como era obligación de conciencia,  de la  Jerarquía eclesiástica católica y, especialmente la ecuatoriana. Y,  luego, hasta hace tres o cuatro años, cuando volví a la carga para celebrar el Bicentenario de su muerte. Pero mi documentación esta “durmiendo” desde hace seis décadas.

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Para que se hagan una idea de la forma cómo el polemista García Moreno acoquinaba a sus contrincantes políticos (con ironía, guasa y apuntando al corazón…pero con bisturí de  cirujano genial)  no he olvidado  el título,  ni el tema de un artículo en EL ZURRIAGO. Lo encabezó “Renuncio al Señor Don Diablo”. Era una burla de quienes estaban con él pero no querían enfadarse con el golpista Urbina, ciudadanos –políticos, militares, curas, etc. —que son la gran mayoría de la gente pero que brilla especialmente entre quienes buscan “auparse” en la vida social y política.

El  periodista nos refiere el momento de un moribundo  que,  como todo español o hispano en aquellos años del siglo XIX, era católico y deseaba presentarse ante Dios, habiendo recibido  los “últimos Sacramentos”.

Pues bien  (aclaro que la narración,– ésta–,  es mía;   García  Moreno tenía  más chispa,  y yo me limito a recordar “el resumen de la escena garciana”)- Y lo hago por tener máxima vigencia en el siglo XXI, en nuestra España, ciento cincuenta años después de haber sido escrito. Como entonces,  una  gran mayoría de ciudadanos carece de personalidad para plantar cara los que controlan el poder y prefieren encender dos velas: una a Dios y otra al diablo

Cuando el  sacerdote le exhorta a que renuncie a Satanás,  a sus pompas y a sus obras con distintas invocaciones…, el enfermo, accede a todo con estas palabras–“¡Sí!, renuncio al señor Don Diablo”.

A todas las exhortaciones del ministro de Dios, el extremaunciado daba la misma respuesta: — “¡Sí!, renuncia al Señor Don Diablo”.

Cuando el sacerdote concluyó la administración de la Extremaunción, intrigado, le preguntó al moribundo. ¿Me quiere explicar por qué,  en vez de responder “¡Sí, renuncio!”,  “usted ha añadido eso de “al Señor Don Diablo”?. – Es que, Padre, nunca se sabe lo que puede ocurrir... y  no quiero quedar mal con  él.

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Es evidente que el genial “futuro-Presidente” del Ecuador conocía a la perfección tanto a sus enemigos como a sus amigos y, sobre todo,  a esa clase social que se prepara para vivir siempre muy bien, mande quien mande. Son, por ejemplo los “peperos” que no quieren que el señor Don Comunismo los tome demasiado ojeriza, y menos aún el Señor Don Separatismo, ni siquiera el señor Don Podemos… ¡pueden ocurrir muchas cosas! en el futuro y hay que saber “nadar y guardar la ropa”

Resulta evidente que si renuncias de verdad a Satanás y a sus obras, como Don Blas Piñar, vendrá  luego el Señor Don Diablo Fraga Iribarne y “reunirá todas las fuerzas del averno” hasta que lo eliminan de la política… Desgraciadamente, es exactamente lo mismo que están haciendo ahora con VOX, –que,  por “renunciar a Satanás, a secas”–,  el Señor Don Diablo Casado – junto con los señores Don Diablo Ciudadanos, y,  sobre todo los independentistas catalanes, los vascos y los gallegos con el Señor Don Diablo Feijoo— intentaran borrar de la política al único partido con fuerza en toda la nación que no se ha sometido al imperio del Señor don Diablo. ¡el mismísimo Satanás!

Señor Abascal y demás miembros directivos de VOX:

Estudien la vida del Mártir Ecuatoriano vetado por la B’nai B’rith en el Vaticano, como lo ha sido Franco o Isabel la Católica. Estoy convencido de que, si los políticos católicos tuvieron por Patrón al Presidente mártir de la Masonería, en vez de a santo Tomás Moro, tendríamos unos políticos más acordes con las necesidades del momento.

 

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