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Von Haartman, bajo el mando directo de Manuel Hedilla, fue uno de los militares extranjeros que sirvieron como instructores en la Academia de Mandos de «Pedro Llen» situada muy cerca de Salamanca, donde durante su corta existencia se dieron los primeros cursos de Jefes de Centuria a los mandos falangistas.
Pero «Goggi» Von Haartman no era un instructor cualquiera, aristócrata finlandés nacido a finales del siglo XIX, que participó en la Guerra de la Independencia de Finlandia, alistándose al bando que apoyaba Alemania a las órdenes del General Mannerheim, en contra de los comunistas.
Al acabar la guerra, «Goggi» siguió en el Ejército siendo destinado a un regimiento de Dragones, y realizando el curso de piloto de combate.
Durante su estancia en el ejército finlandés, algunos actos extravagantes le presentaron como un aristócrata engreído y alejado de la férrea disciplina, lo que le llevó a ser expulsado.
Poco después, en 1927 se trasladó a Estados Unidos donde trabajó como asesor militar en algunas películas de guerra, siendo posteriormente contratado por la «Paramount» para interpretar un papel protagonista como oficial alemán en una película sobre la Primera Guerra Mundial titulada «Wings».
Su actuación fue todo un éxito, lo que le permitió rodar nuevas películas en Hollywood, y siendo ya un actor famoso, volvió a Finlandia para intentar seguir con su carrera cinematográfica, no teniendo el éxito esperado por lo que retorna a Hollywood e interviene en su película más famosa «Los ángeles del infierno».
Su fervor anticomunista le empuja a llegar a España en el verano de 1936 para unirse al bando rebelde, y el 8 de septiembre ya se encontraba en Burgos donde de inmediato traba amistad con distintos Jefes de las Milicias falangistas, que en el idioma inglés se comunicaban con Haartman, que no sabía ni una palabra de español.
En aquellos momentos la Junta Provisional de Mandos de Falange se reunía en Sevilla quedando nombrado Agustín Aznar como Jefe Nacional de la Milicia falangista, y por iniciativa personal de Manuel Hedilla se creaba la primera academia falangista en Sevilla para que los Jefes de Centuria recibieran la instrucción militar adecuada, y la segunda academia en Salamanca en «Pedro Llen.»
El propio Hedilla pidió al embajador alemán Von Faupel que les proporcionara oficiales alemanes instructores, recalcándole claramente que no se aceptarían intromisiones políticas nacionalsocialistas.
Entre los primeros instructores figuraban Joaquim Von Knobloch y Von Haartman.
Después de iniciar la enseñanza en los primeros cursos de Jefes de Centuria, Von Haartman echaba de menos el combate y solicitó un permiso especial para figurar como agregado militar de la Centuria Catalana de Falange «Virgen de Montserrat», permiso que le fue concedido y por eso junto con sus nuevos camaradas catalanes, se dirigió al frente norte para apoyar a la brava Falange burgalesa, que al mando de su Jefe José Andino, cubrían el norte de Burgos y Palencia.
La primera Centuria de la Falange catalana estaba formada por voluntarios de entre los 17 hasta los 52 años, y salió para combatir al frente de Espinosa de los Monteros el 5 de octubre de 1936, donde al llegar se reunió con otra famosa Centuria falangista formada por burgaleses y llamada «La 17».
La Centuria catalana en la que figuraba como asesor militar Von Haartman, se encontraba al mando del Capitán de complemento Santiago Martín Busutil, fundador de las JONS en Barcelona y Jefe de la Primera Línea que se sublevó el 19 de julio en Barcelona al mando de Luys Santamarina.
La Centuria tenía como Jefes de sus tres Falanges a Antonio Geis, Pablo Baile y Pedro «Pere» Parera, combatiendo en el sector militar mandado por el Comandante Luís Moliner.
La valentía y dureza de los combates prácticamente destrozó a la Primera Centuria de la Falange catalana, y su sangre regó los montes de Espinosa de los Monteros.
Von Haartman volvió a su labor instructora en la academia salmantina de Pedro Llen, convirtiéndose en un protagonista de excepción en los trágicos sucesos de abril de 1937 cuando una facción de Jefes falangistas intentó destituir a Manuel Hedilla como Jefe de la Junta de Mandos de Falange, lo que produjo graves enfrentamientos e incluso dos muertos.
Nos encontramos en Salamanca en abril del 37, y como decimos, una facción de falangistas capitaneados por Sancho Dávila, Agustín Aznar y otros mandos provinciales, y apoyados por lo que se llamaba la «Centuria de Madrid» (formada por falangistas madrileños que habían logrado escapar de la capital), se habían sublevado contra la Jefatura de Hedilla.
De inmediato y ante la amenaza de los falangistas sublevados, Hedilla se reúne con Ramón Laporta, (Jefe Provisional de la Falange de Salamanca), este le indica que tiene a 600 falangistas a sus órdenes preparados para salir al frente, pero que cuenta con ellos para enfrentarse a los conspiradores, Hedilla le manifiesta que no es necesario, que con que tomen el control de los locales de la Junta de Mando de la calle Toro, que habían sido ocupados por los conspiradores, con eso bastaba.
Pero Laporta realiza un doble juego y se entrevista con Moreno, uno de los máximos dirigentes de la conspiración, sin cumplir las órdenes de Hedilla, Laporta todavía no había decidido a qué bando arrimarse.
Ante esta gravísima situación, a Manuel Hedilla no le queda otro remedio que recurrir a falangistas de probada disciplina, y envía a Martín Almagro a la academia de Pedro Llen donde se entrevista con Von Haartman, que era el director de la misma.
En aquel momento, en la academia se acababan de dar los nombramientos de Jefes de Centuria y todavía se encontraban los sobrevivientes de la primera Centuria catalana, y todos se ponen de inmediato a las órdenes de Hedilla y montan una guardia armada en su domicilio.
Von Haartman se decanta de inmediato como fiel partidario de Hedilla y permite la salida de la academia a la mayoría de los cadetes, ya nuevos Jefes de Centuria, para que se trasladen a Salamanca capital.
En los días siguientes el Consejo Nacional de Falange legalmente designó a Manuel Hedilla como segundo Jefe Nacional de la Falange sin carácter provisional.
Al poco tiempo, Manuel Hedilla rechaza el «Decreto de Unificación» por el cual el General Franco disolvía la Falange de José Antonio y creaba una nueva franco-Falange exclusivamente a sus órdenes, como consecuencia de su oposición Manuel Hedilla es detenido y se le abren dos Consejos de Guerra por los que al poco tiempo será condenado a dos penas de muerte.
La mayoría de los fieles a Hedilla, entre los que se encuentra Von Haartman, son detenidos, encarcelados y juzgados, condenados muchos de ellos también a penas de muerte.
Pero a Von Haartman la suerte le llegó de cara, porque si bien en un principio fue detenido y recluido en el Gran Hotel de Salamanca hasta el mes de julio de 1937, luego fue liberado gracias a la mediación de su amigo el embajador alemán Von Faupel, y se le permitió incorporarse a la III Bandera de Falange de Burgos que estaba integrada en la 81ª División de las famosas Brigadas de Navarra.
«Goggi» volvió al combate en los frentes de Levante, Teruel y Córdoba, siendo herido en distintas ocasiones.
Al finalizar la Guerra Civil Española, Von Haartman regresó de inmediato a su querida Finlandia y combatió contra la Rusia soviética en la llamada «Guerra de Invierno», al mando del Regimiento de Cazadores nº 24, acabando siendo ascendido a Coronel de caballería.
Ya iniciada la Segunda Guerra Mundial, Von Haartman fue enviado a Madrid como agregado militar.
Antes de acabar la Guerra Mundial, Von Haartman fue licenciado sin honores del ejército finlandés gracias a presiones soviéticas, y aquí en España Franco le reconoció el empleo de Coronel Honorario del ejército español, gracias a lo que «Goggi» se afincó definitivamente en España dedicándose a labores de comercio exterior y fijando su domicilio en la localidad malagueña de Alhaurín de la Torre.
Pero Von Haartman echaba de menos el combate y por eso le vemos en 1956 participando en la rebelión húngara contra el comunismo soviético.
La increíble vida de «Goggi» Von Haartman se apagó en el año 1980 en su finca de la costa malagueña, aunque por expreso deseo del mismo su cuerpo fue enterrado en su Finlandia querida.
La Falange nunca olvidará a aquel excéntrico aristócrata finlandés, que adiestró a sus mandos de milicias, y no dudó en combatir codo con codo con los falangistas de las Banderas de Cataluña y de Burgos.
(Foto de «Goggi» Von Haartman de aristócrata y otra al frente de la Centuria catalana de Falange, al lado de su Jefe Martín Busutil, de los Archivos de los Guardianes de la Memoria Azul).

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REDACCIÓN
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