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¡Toma ya! Constitucional, español y patriótico. Es evidente, pensarán algunos, que el autor de este artículo debe ser un fascista. Es muy probable que lleguen a esta conclusión por ignorar, o haber olvidado, lo que dice el artículo 2 de nuestro marco constitucional que dice que “la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles»
Pues bien, eso es lo que sería bueno para España, que los partidos nacionales propusieran un acuerdo constitucional, español y patriótico ante el tema crucial de la investidura del futuro presidente del Gobierno. Un acuerdo que permitiese que, en esta ocasión y en el futuro, se invistiese un presidente del Gobierno por mayoría simple, con la finalidad de evitar el chantaje reiterado que han realizado los grupos independentistas y rupturistas, obteniendo grandes y graves concesiones de competencias y económicas, como contrapartida a su apoyo a la investidura.
¿Qué debería ser más importante para los partidos nacionales, España o estar en el poder? Hasta ahora ha sido evidente que lo más importante era estar en el poder, inclusive a costa de hacer concesiones a los partidos nacionalistas rupturistas que han debilitado la unidad de España y la igualdad de los españoles.
No obstante, esa forma de actuar podría modificarse mediante un pacto político que permita que, de ahora en adelante, gobierne por mayoría simple el partido nacional, o coalición de partidos nacionales, más votado, con la abstención del otro lado, de forma que se impida que los grupos independentistas sean, como ha ocurrido hasta el presente, decisivos para nombrar al presidente del Gobierno y también para nombrar a los directivos políticos de las grandes instituciones nacionales del Poder Legislativo, Judicial o Ejecutivo.
Es increíble que eso no se haya acordado antes. En junio de 1993, Felipe González obtuvo 159 diputados, pero tuvo que negociar, con los nacionalistas rupturistas, porque el PP no le ofreció la abstención de sus 141 diputados para que fuera investido por mayoría simple. Lo mismo ocurrió en mayo de 1996, Aznar obtuvo 156 diputados y para ser investido presidente se vio forzado a hacer importantes concesiones a los nacionalistas, porque el PSOE no le ofreció la abstención de sus 141 diputados.
De nuevo, en marzo de 2004, ocurrió algo similar. Zapatero con 164 diputados hizo grandes concesiones a los nacionalistas rupturistas porque el PP no le ofreció la abstención de sus 146 diputados para que Zapatero llegara al poder por mayoría simple.
En diciembre de 2015, por el lado de la derecha el PP obtuvo 123 diputados y Cs 40 (total 163) y por el lado de la izquierda, el PSOE 90 diputados y Podemos 69 (total 159). Izquierda y derecha no llegaron a ningún acuerdo y hubo nuevas elecciones en julio de 2016 en las que el PP obtuvo 134 diputados y Cs 32 (total 166) frente al PSOE 83 diputados y Podemos 67 (total 150). En esta ocasión, 68 diputados del PSOE se abstuvieron y Rajoy pudo por mayoría simple ser investido presidente del Gobierno.
La aceleración de la inestabilidad política de España tras el golpe de Estado que dio la generalidad de Cataluña en octubre de 2017, y que ha desembocado en el gobierno Frankenstein de Sánchez, debe corregirse. Por su parte las elecciones autonómicas del 28 de mayo mostraron, en los casos de Valencia y Baleares, que los ciudadanos estaban en desacuerdo con esa política radical lingüística y antiespañola.
Por ello, los partidos nacionales deben valorar la oportunidad de un gran pacto político de Estado que evite la peligrosa deriva a la que conducen las concesiones a los nacionalistas rupturistas, que se aprovechan de la posibilidad de chantaje que nuestro sistema electoral les ofrece. Esto podría ser corregido mediante un gran pacto político al que se podrían sumar todos los partidos que se consideren nacionales y españoles (PP, PSOE, VOX, Sumar, UPN y CC) y que en conjunto en estos momentos totalizan 324 escaños, es decir el 92% del Congreso de los Diputados.
La mayoría para enfrentarse al chantaje de los nacionalismos que quieren romper España es rotunda. Sería muy bueno que algún partido, nacional y español, tomase la iniciativa de hacer una propuesta de acuerdo en este sentido. ¡Viva España!
Autor
- Administrador Civil del Estado.
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