El Alzamiento Nacional del 18 de Julio y la Ley de Memoria Comunista
. Por Miguel Sánchez

A Andrés Nin le premió la torturadora y genocida picadora de carne de la NKVD de Stalin sus servicios prestados a su causa en España, como a otros miles del POUM hoy silenciados incluso por los rojos cuando descubren sus fosas por Aragón y Cataluña especialmente. Es algo que se silencia sepulcralmente, lo de la sangrienta guerra civil interna entre socialistas (sector de Largo Caballero contra sector Negrín y Álvarez del Vayo, con Prieto de árbitro defenestrado finalmente desde Moscú), y entre éstos, los comunistas, los antiespañoles vascos y catalanes por un lado, contra los anarquistas de la CNT-FAI y del POUM, por el otro, que se mataron en tres escenarios diferentes: el más sangriento en Aragón y Cataluña (Barcelona, sobre todo), en Bilbao y Santoña ante la actitud de los derrotados gudaris, y en Madrid con la sublevación de Casado, Miaja, Mera, Carrillo padre y Besteiro que hizo concluir el terror y el holodomor en la zona roja que quedaba tras la reconquista de Cataluña al rendirse incondicionalmente.

Los rojos y antiespañoles luchaban, bajo mando soviético, por la democracia, sí, tal como la entienden los marxistas, tal como la entendían Lenin y Stalin, según los cuales solo el comunismo es democracia. Luchaban por una democracia como la de la URSS, como la de la RDA o como la de China actual.
Y aunque no han sido declarados mártires todavía, hubo más de 70.000 españoles y españolas asesinados mayoritariamente por ser católicos, más del 10% consagrados. Al ser secreto el voto, el único indicativo que los rojos tenían de sospecha de pertenencia a grupos de derecha o «fascistas», era la asistencia a misa al menos los domingos. Como en los pueblos se sabía quién iba a misa, qué familias, y en las ciudades también lo sabían porteros y vecinos, fue fácil localizar, encarcelar, torturar en chekas y dar el «paseo» a esas decenas de miles de fieles a Jesucristo, aunque siempre se habla en exclusiva de personas famosas asesinadas por los rojos como José Antonio Primo de Rivera, Ramiro Ledesma, Julio Ruíz de Alda, Albiñana, Muñoz Seca, Pradera, etc., olvidando que la mayoría de católicos asesinados por ir a misa, eran en su mayoría gente de humilde condición, campesinos, jornaleros, pastores ganaderos, albañiles, obreros de la industria y la construcción, operarios de distintos oficios, barrenderos, jardineros, ferroviarios, artesanos minoristas, etc., que, aunque no pertenecían a Acción Católica para ser nombrados mártires, amaban a Cristo como el que más, aunque no se les haya reconocido ser mártires aún y quizá nunca mientras la Iglesia tenga papa político y no fiel a Cristo verdadero. Por otra parte, el grueso del ejército nacional católico vencedor en la Cruzada (entre un millón y 1,1 millones de hombres movilizados en los frentes en toda la guerra) eran también católicos de humilde condición, aunque esto se oculte miserablemente incluso por los que supuestamente «defienden» la memoria de Franco a conveniencia política. Es seguro que más de 950.000 soldados de Franco eran católicos de humilde condición, sin afiliación, o pertenecientes a Falange o al requeté (fuerzas antidemocráticas), que lucharon y derramaron generosamente su sangre junto a nacionalsocialistas de la Legión Cóndor, fascistas del CTV, viriatos portugueses, voluntarios anticomunistas de muchas naciones y españoles de origen moro nacidos en el Rif y en el Sahara incluidos en regimientos de Regulares, todo por Dios y por España contra los enemigos de Dios y los sometidos a la esclavitud de Stalin. Muy pocos terratenientes, industriales, aristócratas, nobles y acaudalados se acercaron a los frentes o enviaron a sus hijos a morir por Dios o por España, aunque se silencie también.
Y entre los rojos, los pasados a zona nacional fueron decenas de miles, a pesar del terror imperante en zona roja, mientras que los que pasaron a la zona roja fueron casos contados. Los jornaleros andaluces, manchegos y extremeños lucharon bajo terror en el bando rojo, pues era inimaginable que desde 1931 a alguno se le pasase por la cabeza poseer propiedad privada repartida en el sur de España sin sufrir la furia violenta de los tiranos sindicales y políticos rojos, que buscaban colectivizar la tierra como en la URSS, es decir, crear koljoses, la experiencia más salvajemente criminal de hambre masiva de la historia de la humanidad. Y en Aragón, a los pequeños propietarios (mayoría) que cayeron bajo dominio de la delincuencial CNT-FAI, se les quitó hasta la camisa (palabras de los propios ácratas) si no fueron asesinados por oponerse a las colectivizaciones. Solo en Cataluña y Valencia, la derecha antiespañola y la de Luís Lucía fue cómplice del genocida Frente Popular, evitando la colectivización a cambio de ceder la mayor parte de la producción a los rojos, UGT-PSOE en Valencia y a los antiespañoles de ERC y PSUC en Cataluña. Las colectivizaciones provocaron casi tantas muertes como la propia guerra y su represión de retaguardia, dejando una herencia de hambre durante años en España que siempre se ha atribuido con toda maldad a Franco y su «autarquía» (autarquía impuesta desde el exterior).

Estupidez ninguna, oiga. Estupidez es creer que ese tipo de personas ganó la Cruzada, como muchos, por desgracia tratan de hacer creer con mentiras y engaños de todo tipo. Cíteme ud. algún noble, aristócrata, terrateniente, gran empresario o industrial e hijos que acudieran al frente a jugarse la vida por Dios y por España. Cíteme tan siquiera uno solo. Yo le cito los siguientes que me vienen a la memoria:

El Duque de Alba fue enviado con toda su familia a Londres, como embajador de España, lejísimos de los obuses, las balas y la metralla de los frentes.
El sucesor carlista a la corona fue expulsado de España por el propio Franco pues pretendía nada menos que sustituirle como Rey de España.
El infante don Juan de Borbón, abuelo del Felipe VI, tuvo un par de «triunfantes» salidas por los Pirineos tras presentarse vestido de falangista la primera vez y como oficial de marina la segunda. Primero lo expulsó el general Mola, luego el propio Franco tras solicitar de éste el ser enrolado en el crucero Baleares, único buque hundido por los rojos tras un golpe de suerte.
El banquero Juan March tampoco se acercó a los frentes, su labor fue bien distinta, conseguir petróleo de la Texas Oil Co., p. ej..
El conde de Rodezno, tampoco acudió precisamente a los frentes, siendo uno de los ministros de Franco.
Alejandro Goicoechea, líder de Renovación Española, fue gobernador del Banco de España en Burgos, lejos, muy lejos de los frentes. Tan vengativo él ante el sepulcro de Gil Robles.
Innumerables miembros de la aristocracia y la nobleza fueron enviados a embajadas y consulados, cuando no a ministerios y organismos oficiales bien lejos de la retaguardia. Si hasta Franco reconoció la existencia de una aristocracia civil y militar (véase libro de Pío Moa, p. ej., para corroborarlo).
Muchos industriales vizcaínos entregaron en junio de 1937 intacta la industria pesada y la siderurgia a las tropas nacionales en Bilbao, incluso protegiéndola con sus gudaris de los dinamiteros asturianos rojos, a cambio de producir a partir de entonces para el ejército nacional, eso sí, lejísimos de los frentes. Y eso que tales industriales fueron enemigos hasta entonces.

¿Dónde demonios ve ud. la estupidez, y gorda? Claro, así luego tanta gente va a votar a VOX y luego finge decepcionarse cuando constata que es más de lo mismo.

Como censor estilo bolchevique es usted muy bueno, Geppetto. Usted miente como los rojos y lo sabe, sabe perfectamente que ni terratenientes, ni industriales, ni aristócratas, ni nobles y ni acaudalados acudieron en persona ni con sus familiares a los frentes. De estupidez, la suya censurando, que ni ha dado un solo nombre, ni rebate razonadamente, porque no puede. A usted le interesa la mentira, nada más, como a los rojos y los antiespañoles. Por eso toda política es satánica.

Por cierto, la alusión a los pobres y a los ricos está en los Evangelios, la utiliza Jesucristo Nuestro Señor. A Él ustedes no le van a censurar, porque será Él el que les censure a ustedes pero para siempre, por hipócritas y fariseos judíos.

Escribe vd como un necio
Modere su forma de escribir porque se puede llevar un buen revolcon