22/11/2024 23:00
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No. No se rían. Anoche estuve en el Infierno. Pero, en el de verdad, no en el de Dante, en el de Torquemada y Roma, en el que, tarde o temprano, si el Pedro y el Pablo siguen en la Moncloa, acabaremos todos… y como yo ya estoy casi a las puertas (me faltan los metros que le quedan de vida a las pensiones franquistas) me quise adelantar, por curiosidad, y para informar (mi manía por las «exclusivas» que tengo desde mi paso por el «Pueblo» de Don Emilio) antes que nadie de lo que allí sucede de verdad…¡Dios, y me recibió el mismísimo Satanás, como si yo fuese el Rey Eteocles!… y acompañado de la Plana Mayor de su Gobierno, los Ministros podemitas, a los que fue presentándome con verdadero afecto (sincero o falso, que eso viniendo de Satanás Castejón nunca se sabe) y dejando que cada cuál señalase su campo de operaciones y su territorio de actuación.
                    El primero, y dejando que fuese él mismo el que hablase, fue Lucifer y así lo hizo.
                   — Señor Merino, yo soy LUCIFER, el Emperador de toda la Atmósfera tenebrosa, mozo y guapetón…¡Un bastardo!
                     —  Señor, yo soy BELCEBÚ, el amigo de la parranda y gran general de las Profundidades Hediondas.
                     —  Y yo soy, Señor, ARTAROTH, el corrupto, el Gran Duque del Hoyo sin fín, tercero en saber y Gobierno. Yo robo mejor que nadie.
 
                     —  Y yo soy SATANACHIA, el gran Cabrón, el Sordo, el de las patas de avestruz, el dueño de las mujeres y las zorras.
               
                      —  Pues, Señor, yo soy LUCIFOGO, el traidor, el Gran Maestre del oro y la plata, el que todo lo compra y todo lo vende. El Artífice del engaño y Rey de las cloacas.
 
                      —  Y yo soy MARBÁS, el Maestro de los Maestros,, el león furioso,  coordinador general de traiciones y puñaladas.
 
                     — Y yo BUER, el adúltero, el abominable ministro de la impotencia y la gilipollez.
 
                      —  Y yo SARGATANÁS…¡ayyy!!!!, Guapo, la Diabla, la primera batuta de la gran Charanga y Marica Oficial del Abismo.
 
                            — Y  yo NEBIRÓS,  el Mariscal de Campo de todos los cornudos y de todas las Putas que en el mundo han sido.
 
                         —-  Já, já, já… y yo…yo soy EL ESPAÑOLETO, el fabricante de Guerras Civiles y campeón constitucional de los tontos, el casadito, el Rey de la gilipollez moderada, la cobardita de Génova.
 
                         Bien, pues amigo Merino, este es mi Gobierno y con estos señores  tengo que gobernar este Infierno  –terminó diciendo el Gran Jeje de los Demonios, el Caudillo Satanás, amo y señor de los infiarnos y GENERALÍSIMO  de los ejércitos diabólicos… Y ahora, si no está cansado, le voy a enseñar la SALA ESPECIAL dedicada a España, aunque en estos momentos estamos en obras, porque nuestro Embajador en Madrid, mi ahijado HUGUITO, ya nos ha anunciado que a partir del próximo 14 de abril ya habrá que dar cobijo a los que vengan de las otras Españas, que por lo que me dice, van a ser más que las Rusias que fueron la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas…
 
                      Y en ese momento se le acercó el joven SATANACHIA y le dijo algo al oído, que le demudó hasta el color de su rabo.
                  — Señor Merino, lo siento, me acaban de comunicar que el generalísimo Franco se ha escapado del Pardo y ya se dirige a la Plaza de Oriente…y no me quiero perder cómo aplauden las ratas de toda la vida.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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