22/11/2024 00:40
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Según parece, el Ministerio de Trabajo, persistiendo en la locura en que se hallan instaladas nuestras instituciones, pedirá acreditar la condición LGTBI para tener prioridad como colectivo vulnerable. De este modo, también para encontrar empleo -¿o habrá que decir acoplamiento laboral?- será preciso confesar de qué pie sexual cojeas, obteniendo primacía quienes pertenezcan al grupo victimario, esa tiranía homosexualista que, por mor del lenguaje retorcido de las izquierdas resentidas, se ha transformado en víctima o «colectivo vulnerable». 

No sé quién descubrió o recordó que el mal del esfínter del ano se llama muermo rosa, y ataca por igual a clérigos que a seglares; y dentro de éstos últimos -los también llamados terrenales-, sobre todo a plutócratas, políticos, jueces, comunicadores, periodistas, intelectuales áulicos e incluso ahora también a militares, y con ellos a todas sus ramificaciones o excrecencias, porque se conoce que no distingue demasiado, o que participa devotamente de la democracia buenista y correcta, hoy en boga. 

Al parecer, ni el sida ni la viruela del mono han puesto arreglo a dicho muermo rosa. Al contrario, gracias a la OMS, que se ha encargado muy tenazmente de paliar los efectos mortíferos de ambas pestes (al contrario que con el covid -ella sabrá por qué-, que lo ha extendido y eternizado a conciencia con la impagable ayuda de sus enigmáticas vacunas), sus sufrientes afectados parecen haber salido aún más fortalecidos. 

De tal modo que, sin omitir cualquier tipo de tiranías y aberraciones al uso, los agredidos por esta insólita dolencia llevan años pidiendo el oro y el moro desde las sedes de sus mafias arco-iris, es decir, desde sus cuarteles generales de Marraquech, Bruselas y aún de Chueca -pronto estado independiente-, y se terminarán alzando hasta las barbas de cada cual y a la parra de la socorrida e inexorable fábula de la zorra y las uvas. 

En las agendas de los nuevos demiurgos, con su LGTBI de ariete y sus cohortes homosexualistas de doctrinarios, está establecido que el futuro de la humanidad pasa por la muerte o por la sexualidad turbia y desviada. Como mucho, permitirán a unos humanoides, mano de obra esclava de los amos, que deambulen espectralmente por la futura felicidad de las cloacas. Porque estos dementes son así, y están empeñados en hacer del mundo un mefítico colector, a imagen y semejanza de su alma, no de sus palacios, que son opulentos y grandiosos. 

El caso es que los invertidos en particular y los pervertidos en general se han hecho los dueños del mundo y, en consecuencia, están tratando de gobernarlo de acuerdo con sus intereses económicos y sexuales. Y el caso es que, cuanto más arrogantes, triunfalistas y democráticas son las declaraciones de los plutócratas del NOM y de sus equipos de científicos, ideólogos y tecnócratas, y de sus terminales LGTBI, y de sus medios de desinformación, más abrumadora y repugnante es la atmósfera que respiramos. 

Porque la terrible certeza es que han enfermado a la sociedad, y sus curanderos no contemplan para el futuro otra receta que terminarla de envenenar y desnaturalizar o ejecutarla. Y así quedarán infamados, malvivientes o muertos, muchos millones de ciudadanos comunes, pero ningún plutócrata ni mandarín o promoconde. Menos aún si ejercen de protagonistas o meros figurantes en este irrespirable lodazal LGTBI, impuesto por ley, a mayor honra del sabio Erasmo y de su Elogio de la locura, y ante la sobrecogedora indiferencia de la sociedad acometida.

Autor

Jesús Aguilar Marina
Jesús Aguilar Marina
Madrid (1945) Poeta, crítico, articulista y narrador, ha obtenido con sus libros numerosos premios de poesía de alcance internacional y ha sido incluido en varias antologías. Sus colaboraciones periodísticas, poéticas y críticas se han dispersado por diversas publicaciones de España y América.
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