20/09/2024 04:40
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     Hoy, como todos los años por Santa Teresa, me he despertado releyendo su famoso poema «Vivo sin vivir en mí! y he pensado que no estaría mal enviárselo a Doña Irene Montero, por si no lo conoce o lo ha olvidado. Así que aquí lo tiene:

 

 

               «VIVO SIN VIVIR EN MÍ»

 

(1) Vivo sin vivir en mí,                   1
y de tal manera espero,
que muero porque no muero.

(2) Vivo ya fuera de mí
después que muero de amor;        5
porque vivo en el Señor,
que me quiso para sí;
cuando el corazón le di
puse en él este letrero:
que muero porque no muero.    10

(3) Esta divina prisión
del amor con que yo vivo
ha hecho a Dios mi cautivo,
y libre mi corazón;
y causa en mí tal pasión                 15
ver a Dios mi prisionero,
que muero porque no muero.

(4) ¡Ay, qué larga es esta vida!
¡Qué duros estos destierros,
esta cárcel, estos hierros               20
en que el alma está metida!
Sólo esperar la salida
me causa dolor tan fiero,
que muero porque no muero.

(5) ¡Ay, qué vida tan amarga         25
do no se goza el Señor!
Porque si es dulce el amor,
no lo es la esperanza larga.
Quíteme Dios esta carga,
más pesada que el acero,              30
que muero porque no muero.

(6) Sólo con la confianza
vivo de que he de morir,
porque muriendo, el vivir
me asegura mi esperanza.             35
Muerte do el vivir se alcanza,
no te tardes, que te espero,
que muero porque no muero.

(7) Mira que el amor es fuerte,
vida, no me seas molesta;            40
mira que sólo te resta,
para ganarte, perderte.
Venga ya la dulce muerte,
el morir venga ligero,
que muero porque no muero.     45

(8) Aquella vida de arriba
es la vida verdadera;
hasta que esta vida muera,
no se goza estando viva.
Muerte, no me seas esquiva;      50
viva muriendo primero,
que muero porque no muero.

(9) Vida, ¿qué puedo yo darle
a mi Dios, que vive en mí,
si no es el perderte a ti                 55
para mejor a Él gozarle?
Quiero muriendo alcanzarle,
pues tanto a mi Amado quiero,

que muero porque no muero.

 

                         Pero, por si acaso les sabe a poco les reproduzco también el Soneto más bello de Lengúa Española:

«No me mueve mi Dios

               para quererte

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
|
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muévenme tus afrentas y tu muerte.
|
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
|
No me tienes que dar porque te quiera,
pues aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.

      

                         Y felicidades para todas

                       las Teresas.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.