21/11/2024 11:30

Se lamentaba Victoria Prego, la voz amable de aquella etapa pautada con apoyo exterior, precipitada y convulsa, y dominada por el terrorismo de la izquierda (de ETA principalmente) que fue la Transición, de que los jóvenes no entiendan su significación histórica y califiquen despectivamente su desarrollo como “Régimen del 78”.

Qué pensaba la periodista, ¿ que las nuevas generaciones de españoles iban a falsear la realidad de la Transición como hizo ella?

Es imposible, porque las nuevas generaciones de españoles sufren las consecuencias de aquella etapa, siquiera sea por un modelo de Estado caciquil y corrupto que hoy nos precipita a la ruina: alzamientos separatistas; corrupción política; quiebra institucional; carencia de planes estructurales a nivel nacional; leyes atentatorias contra la libertad de expresión; el mayor índice de paro de la UE, afectando fundamentalmente a los jóvenes; especulación inmobiliaria; invasión extranjera a la cabeza de Europa; crecimiento de la criminalidad…

¿Qué hay que celebrar de aquella etapa denominada Transición? ¿Acaso el engaño con el que se articuló o el daño que se le hizo a España?

Sólo celebran la Transición quienes se aprovecharon de ella, quienes blanquearon su historia o la confeccionaron. Para los españoles decentes fue la etapa de las convulsiones sociales, las huelgas salvajes de motivación política que hundían nuestra economía y simulaban un clima de precariedad laboral inexistente. La petición de amnistía para terroristas y criminales convictos. La Movida, que mató a gran parte de una generación de jóvenes españoles, realidad de la que se ha postergada una reflexión nacional seria y rigurosa sobre las circunstancias que permitieron inundar España de todo tipo de drogas, fallo policial que se vio favorecido por una legislación inadecuada. La gran matanza de ETA, con sus correspondientes secuelas en diferentes aspectos, a la que no se combatió adecuadamente. El enriquecimiento de los políticos y de sus adláteres. La servidumbre a la que nos obligó Europa, obligándonos a desmantelar gran parte de nuestra producción agropecuaria y pesquera, y nuestra industria. Y la corrupción generalizada a todos los niveles institucionales y sociales, que hoy es la “marca España”.

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Pese a estos datos objetivamente enumerados, la periodista confundió generosidad” por “claudicación” ante un frente marxista (PSOE, PCE, CNT) con su correspondiente brazo armado (FRAP, GRAPO…), al que se le unió el frente independentista y su brazo armado (ETA, Terra Lliure…), que si bien es cierto no reunía a muchos, sí era lo suficientemente violento para producir una enorme convulsión social de carácter beligerante, a la que no se tuvo voluntad de responder con la ley.

Omitió que la Transición se sustentó en tres “razones de Estado” que han quedado en el olvido: 1ª. El magnicidio de Carrero Blanco, la persona encargada de dirigir la etapa que se abriría al fallecimiento de Franco. 2ª. La matanza de los abogados de Atocha, que propició la imposible legalización del PCE, a cuya cabeza figuraban dos figuras siniestras, dispuesta a todo lo que hiciera falta: Santiago Carrillo Solares y Dolores Ibárruri. 3ª. El 23-F., que terminó con el Ejército como garante de la unidad e integridad de España.

Y olvidó poner de manifiesto el engaño del sentido etimológico que se daba al régimen, porque el poder no pertenece al pueblo, sino a los partidos políticos, aunque se ampare en el hecho de que la población elija a sus representantes. Un régimen corrupto y caciquil que no se sustenta en el orden natural, por cuanto subvierte valores no negociables; que pone en peligro la unidad nacional creando un Estado que es una excepcionalidad política, imposible de sostener, y que miente descaradamente al erigirse como principal valedor de la libertad de los individuos, por cuanto ésta es un derecho fundamental e inalienable de Derecho Natural, que no necesariamente pertenece a la democracia liberal.

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Así pues, Victoria Prego no sólo confundió, omitió y olvido la realidad de la Transición, simulándola, sino que no dijo lo importante. A saber, que los políticos van y vienen, no perduran. Lo que resiste el paso del tiempo son las grandes figuras de la Historia, quienes hicieron probadamente  grande a la nación como Francisco Franco. 

A nadie se le escapa que el Régimen bastardo y corrupto del 78 está en quiebra técnica, necesitado de una reforma radical que no podrán acometer quienes han participado en él, sino una nueva generación de españoles, de derechas, conscientes y responsables, que pongan por encima de interés espurios, la unidad, grandeza y libertad de España, esto es, la de todos los españoles. Ahora bien, la cuestión a dilucidar es, si esto es todavía posible…

Qué respondan los optimistas, eso sí, prescindiendo de caer en el absurdo de los milagros, porque Dios ayuda a quienes laboran.

Descanse en Paz Victoria Prego.

Autor

Pablo Gasco de la Rocha
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Encarna Quiñones

Una periodista, que dejaba mucho que desear, muy enchufada, alabada, y mimada, muy normalita, con ciertos tintes arrogantes, mezclados con humildad.

En fin D.E.P.

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