Son zombis, muertos que, estándolo y saberse muertos, se resisten a morir. Son ahora, porque antes lo fueron otros como ellos, los Starmer, Macron, von der Leyen, Merz, Meloni, Sánchez, Tusk y, claro, Zelenski.
Han quedado en evidencia, todo su discurso de los últimos tres años y algunos más sobre Rusia y Ucrania se les ha caído de la noche a la mañana. Han perdido, otra más, la guerra injusta y criminal que ampararon porque… creían que la tenían ganada de antemano. Vendieron la piel del oso ruso antes de haberlo cazado. Su gran error, con todo, fue creerse su propia propaganda, o sea, sus mentiras, porque propaganda es sinónimo de mentira. Eso le suele ocurrir a los mentirosos, a los que viven de la mentira, y de ahí siempre su mismo final.
Se saben muertos, pero no lo quieren aceptar. Están heridos en su fuero más interno, en su desmedido ego, en su inmensa soberbia, pero no quieren ni pueden reconocerlo porque entonces morirían de verdad. Y un buen zombi no muere nunca. Un buen zombi lo que intenta siempre es matar a los vivos para convertirlos en zombis.
Los dirigentes europeos actuales, aunque la cosa viene de lejos, son mediocres hasta la extenuación, corruptos hasta decir basta, degenerados sin remisión, seres inhumanos, emanaciones del Averno o como dice un amigo mío de forma más llana: son de lo peor lo más bajo o de lo más bajo lo peor, elijan ustedes.
Ahora intentan tapar sus vergüenzas, sus carencias, empañar el espejo y nublar el cielo huyendo hacia adelante; es la actitud habitual de la soberbia, raíz de todo pecado, de todo mal.
Ahora dicen que debemos ir a la guerra contra Rusia porque es Rusia la que quiere hacernos la guerra a nosotros; aunque siguen sin ser capaces de presentarnos ni una sola prueba porque… es evidente que no las hay, sino que para más inri todas apuntan a lo contrario. Pero ellos insisten en que nuestros hijos o nietos deben morir o perder las piernas o dejarse el alma… por Europa, la libertad, la democracia, Ucrania, pero en realidad es por los Starmer, Macron, von der Leyen, Mertz, Meloni, Sánchez, Tusk y, claro, Zelenski.
Hablan de enviar tropas “de paz”, eso siempre, claro, a la Ucrania derrotada y exhausta por haber confiado en un zombi como Zelenski, y éste a su vez en los otros zombis ya citados. En realidad es que saben que, a la primera de cambio, producto de una “falsa bandera rusa”, es decir, de un montaje de los zombis, tendrán la excusa, que llamarán “razón”, para invocar el Art. 5º de la OTAN y entonces todos a una contra Rusia… que ya ha dicho, y hasta el momento tras los múltiples avisos siempre ha cumplido su palabra, que de ser necesario responderá en defensa propia con todo su arsenal, lo que dado lo demostrado con el convencional es fácil intuir lo que puede ser con el nuclear. Pero eso es lo que quieren los zombis, ese gran holocausto zombi, matar, matar y matar… a los demás, porque ni sus hijos ni sus nietos estarán allí.
Su ventaja es que tienen todo el poder, incluido el más importante que es, no lo duden, el mediático, ese que todo lo tergiversa, emponzoña, confunde y retuerce, y que repitiendo mil veces las mentiras termina por hacer que se acepten como verdad hasta el punto de que la guerra pasa a ser la paz y viceversa.
Con todo, su mayor ventaja, y ellos bien que lo saben, es el hecho incuestionable de que si tienen todo el poder es porque, salvo excepciones que confirman la regla, los “europeos” son ya zombis, por eso ellos están donde están.
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