1º Con respecto a los famosos 6 millones de judíos asesinados que se atribuyen al III Reich:
a) Las cifras de la propaganda no son veraces. Se tiende a exagerar los asesinatos del enemigo y a ocultar los del propio bando. No se ha hecho una investigación seria con censos en la mano, lo que es indicativo de la instrumentalización política a conveniencia de ese dato. Pero por mucho que se repita, incluso trillones de veces, una mentira, no deja de ser mentira, aunque Lenin dijese lo contrario (Lenin, que no Goebbels parafraseándole).
b) El régimen de la URSS, es un régimen fundamentado en la mentira (véase, p. ej. Divini Redemptoris de 1937, de un papa antinazi que no consagró Rusia al Inmaculado Corazón de María), no en hechos ni verdad. A los campos de concentración construidos en Polonia llegaron los comisarios de Stalin sin dejar que nadie más accediese a los mismos. La versión oficial actual es soviética en exclusiva. En Auschwitz dejaron una placa de que allí habían sido asesinados 4 millones de personas. Hoy tal macabra «cotización» ha bajado a 1,5 millones (vaya «precisión». Al final va a ser que los nazis eran «justos» y no asesinos. Veremos). Y los registros del Reichbahn, que tenían listas con nombres y apellidos de presos de ese campo, el más poblado, no alcanza en casi 5 años el acumulado de 390000 prisioneros. Aquí algo se oculta grave para el comunismo y las democracias.
c) Las democracias occidentales angloparlantes, ayudaron a Stalin, a Rusia, a extender sus errores por el mundo, algo que en Fátima se nos quiso evitar (esto para los católicos, si en este medio queda alguno). Y esto va al Día del Juicio Final se pongan los demócratas como se pongan, digan lo que digan y metan en la cárcel a quien metan mientras tengan ellos el poder independientemente de su signo, de derechas o izquierdas. Democracias y comunismo fueron (y son si tenemos en cuenta la China genocida infernal actual) aliados y cómplices. Ambos serán juzgados por Dios como tal pese a quien pese. A Dios no se le engaña.
d) Si verdaderamente Hitler quería exterminar a los judíos, fueran estos cuantos fueran en millones o centenares de miles, una semana de invierno a la intemperie hubiese bastado para lograrlo, enviando a los regimientos de las SS al frente, donde serían más necesarios. Luego no pudo haber exterminio deliberado de judíos. Es pura propaganda marxista, judía, masona y liberal conservadora (cómplice de Stalin). Lo que ocurrió con los judíos fue una venganza por los bombardeos y la continuación de la guerra por parte de las naciones angloparlantes. Y así lo recogió Hitler en sus amenazas de pre guerra. Es como si hoy nos castigasen a los españoles matándonos por no dar independencia a Vascongadas y Cataluña. La venganza sobre los antiespañoles podría ser descomunal en este caso. Comprensible. Malo y pecador, pero comprensible.
e) Stalin y sus comisarios comunistas atribuían a otros sus crímenes desde ya noviembre de 1917. Ocurrió con las fosas famosas de Katyn en Bielorrusia, en las que se ejecutó la política stalinista de aniquilar la intelectualidad y la élite de Polonia para implantar el comunismo en los más necios y manipulables. Esas masacres, no tenidas en cuenta en la farsa farisea demoníaca de Nüremberg, han sido atribuidas deliberadamente a Hitler. ¿Por qué los judíos no condenan a la URSS por los millones de judíos exterminados bajo el régimen comunista iniciado con Lenin, especialmente los judíos asesinados por Stalin? ¿Acaso a los judíos no les importa la sangre judía dependiendo de quién sea su asesino?
f) Un judío asesinado no trabaja en industria alguna, no suple a trabajador alemán enviado al frente a reponer las bajas. Ni el judío socialdemócrata psiquiatra Viktor Frankl describió tales cámaras de gas en las que supuestamente asesinaban a los judíos a razón de x por día.
g) Las cámaras de gas pueden servir para desinfectar los uniformes de los presos de los campos de concentración para evitar que el tifus los mate y sigan así trabajando.
h) Un hospital a la entrada de Auschwitz, incluso para los enfermos de las SS, está tan fuera de lugar como una bandera gigante del Barsa con estelada en medio del fondo sur del Santiago Bernabéu, a menos que mantener vivos a los presos tuviese algún valor. Si un miembro de las SS caía enfermo, lo menos que querría ver desde la ventana de su habitación de hospital seria el panorama de presos políticos y prisioneros.
i) los campos de concentración no fueron invención de los nazis, sino de los de USA en su guerra de secesión. Recuérdese Anderson Ville, p. ej.
j) La tasa de mortalidad de los gulags soviéticos y de los campos de prisioneros aliados occidentales (de USA y UK), incluso en los mismos recintos construidos por los nazis en su poder tras triunfo de su infernal alianza, fueron mucho mayores que las de los campos de concentración alemanes. Alemania perdió en la II Guerra Mundial 2,7 millones de soldados hasta el 8/5/1945, y unos 2,8 millones bajo reclusión de los vencedores (total 5,5 millones de hombres), que se vengaron matándoles incluso de hambre (Bendedicto XVI, entonces seminarista reclutado en baterías antiaéreas que se cobraron un precio de fortalezas volantes y vidas yankees descomunal y todavía no revelado por USA, se libró milagrosamente de correr esa suerte). Recuérdese que desde 1940 con la invasión de Francia, hasta 1945, solo algo más de 8000 soldados norteamericanos, ingleses, franceses y aliados occidentales, murieron bajo cautiverio de los alemanes.
k) la tipología de recluso en los campos de concentración nazis fue la siguiente agrupada en dos grupos, prisioneros de guerra y civiles presos políticos: soldados y oficiales de ejércitos enemigos (sobre todo del ejército rojo soviético, con casi cuatro millones de prisioneros en toda la guerra a los que no se pudo siquiera alimentar, por eso murieron en masa. Y entre ellos había centenares de miles de judíos), líderes y afiliados de partidos de izquierdas (comunistas, spartakistas, socialistas, socialdemócratas, progresistas, etc.) de toda Europa, Alemania incluida, masones, homosexuales, pervertidos, delincuentes, asesinos, violadores, gitanos y desertores o traidores del bando propio. Por ejemplo y tomando ejemplo hoy en España, en Auschwitz estarían Pedro Sánchez, Pablo Iglesias, Irene Montero, Belarra, Pachi López, Tito Berni y sus colegas (bueno, ahora ya no), Otegui, Puigdemont, Urkullu, Zapatero, FG, los políticos y afiliados de los partidos rojos y antiespañoles, adláteres mediáticos y burocráticos de ellos, líderes y miembros de movimientos lgtbi+, feministas, corruptos, abortistas, partidarios de la eutanasia, etarras (por supuesto), golpistas catalanes, antiespañoles, cdrs, bilduetarras, miembros del pnv, erc, etc. Esta es la tipología de personas que estaban en Auschwitz, Treblinka, Sobibor, Belzel, Majdanek, etc., a los que se les obligó a trabajar para la industria alemana en régimen de esclavitud, presos políticos, colectivos anticristianos y prisioneros de guerra esencialmente. Todo ello hasta caer agotados por desnutrición, frío o enfermedad. Cuando morían, se les incineraba como en los cementerios actuales incineran a los muertos no creyentes. Por eso, la mayoría de estas personas y no pocos conservadores como Churchill y Eisenhower, odian a los nazis y persiguen cualquier «elogio» a los mismos, tratando de que jamás resurjan, pues sus vidas corren mucho peligro si los nazis vuelven, incluso en minoría.