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Si algún ilerdense despistado lee estas líneas, sugerencia: a pasarse por el forro el nuevo secuestro domiciliario. Salgan a pasear cuando les pete, abran sus negocios, disfruten de la vida como les plazca. Si el miedo y la mentira arrasaron sus meninges, si es su deseo, cásquense la mascarilla. Si todo – o casi todo- lo que les circunda les suena a cuento chino, bozal para su santa madre.

Aprovéchense del maravilloso caos y bendita confusión generado por una juez, Elena García-Muñoz Alarcos, que al menos ha tenido un par de ovarios paralizando su arresto casero bajo falso (como siempre) pretexto sanitario. El par de huevos que no ha tenido NINGÚN JUEZ en el resto de España para impugnar de raíz el falaz, absurdo, irracional, arbitrario, nocivo (para salud y economía), despótico e indudablemente ilegal rapto poblacional que nos endilgó Cum Fraude bajo la fraudulenta coartada constitucional del estado de alarma. Ahora toca desobedecer a los leridanos, la próxima al resto de los españoles.

Pressing catch

Sin aspavientos, exquisitamente pacíficos, rechazar su demencia. Ignoren a los politicastros de turno, todos conchabados, conjurándose contra sus compatriotas. Las falsas disidencias políticas, más. Actores de crisis, nadie se salva. Todos representan a la perfección su papel. De todos los partidos, poniéndose «malitos», al unísono, al inicio de la falsidemia. En el ínterin, ficticias trifulcas parlamentarias. A ver quién engañaba más y mejor. Hogaño, obligando a ponerse el bozal a todo cristo. Fingen pelearse, mentira verosímil. Al jocoso estilo del pressing catch, farsa muy simpática por otra parte. En lo esencial, todos coinciden. El que se mueva no sale en la foto. Se larga de la tenida. Los mandiles, en la cocina, nada más. En los parlamentos no, porfi.

Les repito, se conjuran contra su pueblo. Nos están engañando. Nos quieren humillados. Pero será bueno recordar quiénes fuimos, al menos por momentos. Como pueblo, y a ratos, valemos la hostia. Pertenecemos a una estirpe que se los puso de corbata a los cartagineses (Sagunto) y romanos. El mismo Augusto alucinaba en colores. Antes voluntariamente inmolados que subyugados a cualquier liberticida imperio. Con abrumadoras y casi insalvables diferencias entre nosotros, pertenecemos al linaje de astures, lusitanos y numantinos.

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Pusimos firmes a imperialistas hijos de puta

Pusimos firmes a imperialistas hijos de puta. En Villalar rodaron cabezas, pero la mantuvimos firme ante el usurpador del trono de Castilla, a la sazón emperador del mundo. A principio del XIX, los gabachos con el rabo entre las piernas. Guerra de guerrillas, touchè. Debemos afecto y, sobre todo, gratitud hacia nuestros ancestros. Tan solo lamento que, como tierra, solo se cuadren ante nosotros los césares ajenos. Cuando se trata de patear a nuestros caudillos, el valor flaquea. Ahora, escasa reacción ante la «dictadura sin lágrimas» (gran producto Tavistock) del camarada Sánchez, el títere más baboso del globalismo genocida.

Enredarnos con diferencias menores dará la puntilla definitiva a nuestra trimilenaria patria. Enfatizando los narcisistas distingos entre regiones, travesía hacia el abismo. Si proseguimos con nuestras patrioteras batallitas, estúpidas y estériles, más rápidamente nos vampirizará el Nuevo Orden Mundial, liderado por una satánica pandilla (basura) de satánica chusma. Nuestro enemigo no son el resto de las ovejas, sino los perros guardianes y los variados pastores.

Lo dicho, ilerdenses, ahora os toca a vosotros. Mañana al resto de vuestros compatriotas. En fin.

Autor

Luys Coleto
Luys Coleto
Nacido en Bilbao, vive en Madrid, tierra de todos los transterrados de España. Escaqueado de la existencia, el periodismo, amor de juventud, representa para él lo contrario a las hodiernas hordas de amanuenses poseídos por el miedo y la ideología. Amante, también, de disquisiciones teológicas y filosóficas diversas, pluma y la espada le sirven para mitigar, entre otros menesteres, dentro de lo que cabe, la gramsciana y apabullante hegemonía cultural de los socialismos liberticidas, de derechas y de izquierdas.
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