21/11/2024 15:43
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Lo sabotajes en el Hospital Zendal son una prueba más de que en España la delincuencia es impune y mucho más cuando tiene motivaciones políticas y sobre todo si los que cometen estos delitos tienen determinadas ideologías políticas. Aquellos que se extrañan de que estas acciones, que pueden producir daños irreparables en pacientes de un hospital, se produzcan en el siglo XXI, parece que no conocen para nada la historia reciente de España, sobre todo lo concerniente a como ha actuado la izquierda, sea ésta separatista o internacionalista, cuando ha querido llegar al poder, poder del que luego no se deja desbancar, y si tiene que hacer uso de la violencia para mantenerse, también lo hará.

 

Pero como se ha dicho muchas veces, si no hay respuesta, y no hablo sólo de respuesta legal, a los ataques, los sabotajes y hasta los asesinatos que vienen prácticamente siempre del mismo bando, éstos no sólo no desaparecerán, sino que llegarán a hacerse cotidianos y sus autores primero se irán de rositas y luego hasta serán premiadas con algún cargo público. Hay innumerables casos que demuestran esta postura del régimen del 78 al respecto.

 

Pero lo de los sabotajes en los hospitales, siendo gravísimo, es sólo una gota en el océano del caos de la sanidad en España, lo que cada vez será peor porque no hay intención de solucionarlo por quienes deberían hacerlo.

 

La sanidad en Madrid, donde está el Zendal, y en el resto de las comunidades autónomas donde gobiernan vividores de uno y otro color político, está para lo que está, para cumplir el expediente y echar balones fuera, pero no cumplir con su función que es intentar salvaguardar la salud y la vida de los ciudadanos.

 

La sanidad pública está más orientada a la cultura de la muerte que a la de la vida. El aborto está catalogado como un derecho, evidentemente el derecho a la vida del niño no existe, y la sanidad pública no sólo lo permite, sino que se pretende que el aborto sea totalmente libre, gratuito y financiado por los españoles. Y ningún gobierno autonómico o central ha movido un dedo y ha dicho esto es un crimen y la sanidad jamás debería utilizarse para eliminar vidas. Y no lo han dicho, ni lo dirán porque no les importan las vidas de los niños asesinados, sino sus proyectos de ingeniería social. Y todo esto que hoy ocurre con el aborto ocurrirá en breve con la eutanasia y la sanidad púbica lo permitirá y no se modificará nada nunca más porque los crímenes del sistema no tienen marcha atrás.

 

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La sanidad en España se ha convertido en un negocio en el que lo importante es que de resultados positivos, es una mera cuenta de pérdidas y ganancias, y si para que se produzcan esos resultados económicos positivos hay que reducir gastos se reducen, si para ello hay que privatizar se privatiza y si para ello hay que permitir que los médicos y demás miembros del personal sanitario español tengan que irse fuera de España donde se les valora más que aquí, pues se permite, y que se vayan, Y fuera de España se pelean por ellos como en otras profesiones en las que los españoles aquí no tienen futuro.

 

Y no olvidemos el cáncer, ya que hablamos de Sanidad, que también supone el estado autonómico para el tema sanitario. Se ha permitido por todos los partidos políticos del sistema, incluidos los que antes hablaban de disolver las autonomías y que ya no lo dicen porque están muy bien colocaditos y subvencionados en ellas, que el carajal autonómico haga que la sanidad esté en manos de unos reinos de taifas que no pueden colaborar entre ellos, trasladar enfermos, material o profesionales de la medicina porque hay unas fronteras entre regiones insalvables en lo burocrático. Lo hemos visto y padecido por la crisis del Covid19 donde había, y hay, hospitales vacíos en unas comunidades autónomas, y en otras nos dicen que están desbordadas, y no pueden moverse ni los enfermos, ni el material, ni los sanitarios de unas a otras comunidades por las trabas de las siniestras autonomías.

 

Sin embargo, no existen fronteras que protejan a España y las pocas que hay son violentadas por miles y miles de invasores porque se ha permitido que la sanidad española, que debería ser prioritaria para los españoles, esté colapsada (y no me refiero a estos meses últimos por el covid) por los millones de extranjeros a los que se les regala esta sanidad cuando la inmensa mayoría de ellos entraron en España de manera ilegal y, entre otros motivos, muchísimos de ellos entraron, precisamente, para beneficiarse de esa sanidad.

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La sanidad española no tiene arreglo porque, como en tantos otros temas, los dirigentes políticos no lo van a solucionar jamás porque ellos no sufren su declive. Ellos viven en otro mundo, con otra sanidad, a nuestra costa, claro, y como a este sistema los españoles se la sudamos, lo que le ocurra a nuestra salud será siempre utilizado de manera partidista cuando lo necesiten para sus bastardos objetivos y sus intereses económicos. No se engañen, nuestras vidas no les importa nada.

Autor

Jesús Muñoz