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La etimología del nombre Abimael, es de origen hebreo y aparece en la biblia, más concretamente en el antiguo testamento, donde se refieren a él como el descendiente de Sem. Significa “mi padre es Dios”.
En este caso, el sujeto no hace honor a su nombre; siendo más apropiado; “Leviatán”, “Lucifer”, “Luzbel”, “Satanás”, “Satán”, “El Demonio”, “El Diablo”, “El enemigo”, ”El adversario” etc.
Nombres más propios para quien durante 20 años, dirigió uno de los aparatos genocidas, más siniestros, terroríficos y sanguinarios, que el planeta haya podido observar.
Este “demonio”, vino al mundo el 3 de diciembre de 1934, en Mollendo, en la provincia de Islay, en Arequipa. Fundo “Sendero Luminoso” en 1979, teniendo como libro de cabecera la doctrina Marxista, Leninista y Maoísta.
En su época de estudiante, ya era un nato alborotador, subversivo y dado a los altercados y arengas rojas. Estudió Derecho y Filosofía en la Universidad Nacional de San Agustín.
Fue profesor de Filosofía en la ciudad de Ayacucho, sirviéndose de la libertad de cátedra para instilar el veneno comunista entre sus prójimos y próximos, ajenos y anejos.
En 1962, fue progresivamente articulando lo que sería su maquinaria asesina; fue contratado como Catedrático de Filosofía en la Universidad de San Cristóbal de Huamanga, en Ayacucho. Valiéndose del cargo e influencia pedagógica; fue envenenando poco a poco a los jóvenes estudiantes.
Al más puro estilo “revolucionario”, aquellos que toman como referencia el icono del “libro y el fusil”, -como queriendo justificar sus crímenes execrables, con un “halo” de intelectualidad, necesaria para “salvar al mundo” de la opresión-; adquirió adiestramiento militar, en china y la Unión Soviética, además de apoyo económico de ambas naciones, para su espiral de sangre y muerte.
“Camarada Gonzalo”, se llamaba el tipo, adquiriendo ese alias para sus acólitos, adláteres y enemigos. Como casi todos los criminales comunistas no suelen utilizar su nombre de pila;- en este caso quizá por el significado de la etimología de su nombre mencionada anteriormente-.
Su bautismo de fuego-nunca mejor dicho- lo celebro en el año 1980, durante las Elecciones Generales cuando Perú retornaba a la Democracia después de un régimen Absolutista, en el distrito peruano de Chuschi (Ayacucho). El 17 de mayo de 1980, los terroristas ingresaron a punta de pistola en la oficina del Registro Electoral donde se custodiaban las urnas electorales para los 2.000 electores del pueblo ayacuchano de Chuschi. Robaron el material electoral y lo quemaron. Algunos sospechosos del atentado fueron capturados por los vecinos de Chuschi y entregados a las fuerzas militares y otros detenidos. Se retornó más material electoral a los locales electorales y las elecciones se celebraron sin más incidentes.
El ataque no tuvo apenas repercusión en los medios de comunicación peruanos, atribuyendo el acto a “un grupo de exaltados”. Nada hacía sospechar que los autores de aquella “gamberrada”, serían los causantes de las mayores atrocidades que el ser humano pueda imaginar; ni en los infiernos de Dante.
En la espesura de la selva amazónica de Perú, esclavizo campamentos indígenas enteros, con más de 500 esclavos, asesinando a miles de seres humanos pertenecientes a estas tribus, al más puro estilo de los “Jemeres Rojos” y otras bandas de asesinos comunistas.
Testimonios obtenidos por víctimas rescatadas de la selva amazónica de Perú, dieron fe, con detalles “como se vivía” en los campamentos del genocida rojo.
Según la Comisión de la Verdad,-Comisión Peruana encargada de elaborar un informe sobre el Época del terrorismo en Perú (1980-2000) vivido en el Perú- durante el periodo entre los años 1980 y 2000; unos 6.000 asháninkas, la etnia más numerosa de Perú, fallecieron a causa de la guerra interna entre 1980 a 2000. Unos 5.000 fueron esclavizados por las milicias de Sendero Luminoso. Además de la investigación de la violencia terrorista de Sendero Luminoso y el Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), intentó profundizar en las causas de esa violencia y en la dura represión militar contra estos movimientos terroristas, que cobró principalmente víctimas civiles en este fuego cruzado. Para ello, recogió el testimonio de 16,985 personas y organizó 21 audiencias con las víctimas de la violencia, a las que asistieron más de 9500 personas. El Informe Final se hizo público el 28 de agosto de 2003, ante el presidente peruano.
Un párrafo del informe reza:
“Dada la información disponible, concluimos que el número total de muertos y desaparecidos causados por el conflicto armado interno peruano se puede estimar en 69.280 personas, dentro de un intervalo de confianza al 95% cuyos límites superior e inferior son 61.007 y 77.552, respectivamente”, señala el documento.
El Demonio Camarada Gonzalo, no tuvo que “inventar la pólvora”, ni estrujarse demasiado las meninges; simplemente aplico lo que ya estaba más que inventado por otros asesinos como Lenin, Mao o Marx.; la doctrina marxista-leninista-maoísta.
Toda la sociedad Peruana fue víctima de este sanguinario sujeto que logro satanizar y abducir a centenares de seguidores y convertir a los que no lo eran o bien mediante el adoctrinamiento o bien mediante la tortura y el tormento. Fue responsable de la perpetración de catástrofes inconmensurables y responsable de la muerte de miles de víctimas inocentes por medio de atentados o bien de ejecuciones.
Decenas de miles de hogares derruidos, de gente humilde. Las salidas de ciudadanos de Perú eran constantes y el capital no invertía en riqueza para el pueblo ocasionando más miseria.
Este demonio, Abimael Guzmán Reinosa; abandono el mundo de los vivos el día 13 de septiembre de 2021 a las 06:40 de la mañana; a los 86 años de edad; un día antes de celebrarse los 29 años de su captura y encarcelamiento. Esta “alimaña necrófila”, fue capturada en su día sin un solo tiro y juzgada de acuerdo con las leyes dimanantes de un Estado de Derecho. Durante casi 30 años ha estado recluido en prisión con todos sus derechos respetados salvo el de la libertad; garantías que este criminal no contemplo con ninguna de sus víctimas. Hasta el último día de su vida no presento el más mínimo resquicio de arrepentimiento.
Fue el peor asesino terrorista de la historia de Perú; en el Continente de Sudamérica, no se conoce un genocida asesino del calibre de Guzmán. Este genocida, creía ser la quinta espada del comunismo. Su tesis doctoral verso sobre “Inmanuel Kant”, y sus postulados y los que transmitía a sus acólitos conseguía reclutar sujetos ideologizados; abducidos, adoctrinados.
En mayo de 1980, “Lucifer Guzmán”, inicio su autodenominado “ataque al Estado opresor”, generando un baño de sangre en el Perú, dándole un nombre haciendo alarde del eufemismo propio de los asesinos comunistas “Guerra Popular”. Según sus propias declaraciones la “violencia era el unico camino”. Asi pues; los asesinatos selectivos, las incursiones armadas, los juicios populares- tan frecuentes en el Frente Popular en nuestra Guerra Civil Española- secuestros, masacres, entre los más pobres de los pobres; campesinos peruanos. Unas 215 masacres se atribuyen a este asesino genocida. “Sendero Luminoso”, condiciono la forma de vivir aterrorizando a toda una generación de peruanos. Entre los 80 y los 90 el empleo de coches bomba y dinamita era muy frecuente causando verdaderas masacres en la población civil y mutilando incluso a niños.
En las cárceles Peruanas podían observarse verdaderos, Altares conmemorativos y de exaltación de este genocida en compañía de retratos de Lenin, Stalin, Mao y Marx; donde realizaban sus “aquelarres” comunistas con total impunidad delincuentes vestidos de milicianos enarbolando banderas y rindiendo pleitesía al “caníbal”.
Como la bestia “Leviatán” uno de los cuatro príncipes del infierno, su legado se perpetua, con seguidores acólitos como los terroristas “hijos” de este monstruo. Actualmente viven del narcotráfico y los secuestros. Los que en su día denostaron a Abimael Guzmán por asesinar civiles, ahora hacen lo mismo, corregido y aumentado hasta el punto de quemar vivo a un niño de 1 año. Matar civiles con piedras y machetes y atrocidades propias de un régimen genocida como es el comunismo en sus diversas variedades. El terrorismo en Perú no está al nivel de los 80 o 90, pero para nada ha acabado; la semilla del monstruo se perpetúa.
El Vraem, es una región de Perú que aún sufre la violencia de Sendero Luminoso. La Dirección contra el Terrorismo de la Policía Nacional sostiene que la cúpula de este grupo guerrillero se esconde en Vizcatán del Ene, escenario de una nueva masacre que dejó 16 víctimas.
A partir de información vertida por exterroristas que ahora cooperan con la policía, el oficial sostiene que a lo largo del Vraem hay unos 440 integrantes de Sendero Luminoso, como núcleo de la subversión, alberga a la fuerza senderista principal, es decir, 30 terroristas dirigidos por Víctor Quispe Palomino, alias ‘José’, y a ocho columnas de 12 miembros que forman campamentos itinerantes por todo el distrito.
Ahí Sendero resguarda los laboratorios de producción de cocaína y las rutas del narcotráfico. Además, cobra por las arrobas de hoja de coca y los kilos de droga que entran y salen. Vizcatán del Ene es el bastión económico de Sendero Luminoso, pero quizá su único fortín.
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