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Su escudo contiene 3 cabezas de león, una por cada batalla ganada a los piratas ingleses
El escudo de Santa Cruz de Santiago de Tenerife, fue un regalo del rey Carlos IV a la ciudad después de su éxito sobre Nelson. Además, le aportó de los títulos que conserva en la actualidad: Muy Leal, Noble e Invicta Villa, Puerto y Plaza de Santa Cruz de Santiago de Tenerife. En él fueron colocados tres cabezas de leones cortadas, una clara alusión a la heráldica inglesa, pues por lo general el león es un símbolo relacionado con la familia real inglesa y con el propio reino y que en el escudo que estas cabezas estén cortadas hace referencia a las tres grandes derrotas que tuvieron los ingleses en el puerto de Santa Cruz de Tenerife: el ataque del pirata de Robert Blake (1657), el de John Jennings (1706) y el de Horacio Nelson (1797). En esta conferencia de la mano de Emilio Abad Ripoll General de Brigada R. y miembro de la Tertulia Amigos del 25 de Julio conoceremos todos los detalles de la derrota de Robert Blake en 1657, la cual fue el motivo de la obtención de la primera cabeza en el escudo.
En el caso del escudo de S/C de Tenerife, las cabezas cortadas de león simbolizan el triunfo del Puerto y Plaza de Santa Cruz de Tenerife sobre los almirantes ingleses, o piratas/corsarios, según se mire: Robert Blake (1657), John Jennings (1706) y malogrado Horatio Nelson (1797), “Horacio” para los amigos
1º).- Triunfo sobre Robert Blake (1657)
La Primera Cabeza de León del Escudo de Santa Cruz de Tenerife (Abril, 1657) por Emilio Abad Ripoll
La batalla de Santa Cruz de Tenerife tuvo lugar el 30 de abril de 1657 en el contexto de la guerra anglo-española de 1655-60, en la que la república inglesa liderada por Oliver Cromwell estaba enfrentada a la España de Felipe IV por el control del comercio con las Indias.
La armada inglesa al mando del almirante Robert Blake y el contraalmirante Richard Stayner penetró en el puerto de la ciudad y atacó a la flota de Indias que el general Diego de Egües y su segundo José Centeno tenían allí amarrada tras haber llegado desde Veracruz y La Habana. En el transcurso del combate, que se prolongó durante todo el día, hubo 300 muertos en el bando español y resultaron destruidas ocho de las naves allí fondeadas, aunque la carga que transportaban, desembarcada antes de la batalla, logró mantenerse a salvo. Por la parte inglesa se reportaron 50 muertos y 120 heridos. Empujadas por un viento favorable, todas las naves inglesas consiguieron salir del puerto maltrechas.
En España fueron igualmente optimistas con el resultado: Felipe IV concedió a Canarias el comercio con América por tres años, agradeció a Egües sus servicios y le premió con una encomienda de indios de 2.000 ducados de renta en la provincia americana que él eligiese, y a Centeno con una de 1.500. (No corrió la misma suerte Juan de Benavides, quien fue encarcelado y decapitado tras rendir la flota bajo su mando ante el ataque de Piet Hein en la batalla de la bahía de Matanzas de 1628.)
Cuando Carlos IV concedió a Santa Cruz de Tenerife en 1803 el título de villa exenta, dispuso que en su escudo figurasen tres cabezas de león, animal heráldico de Inglaterra, en recuerdo de las tres victorias que la ciudad tuvo contra los ingleses: contra Blake en 1657, Jennings en 1706 y Nelson en 1797.
De entre los historiadores españoles, destacaron los canarios: Viera y Clavijo, quien describió la batalla como una clara victoria de las fuerzas locales, en la misma línea que Núñez de la Peña, Dugour, Rumeu de Armas, Millares, Joaquín Blanco o el británico Richard F. Burton. Otros autores españoles que escribieron la historia local o nacional, omitieron el encuentro o lo mencionaron sin extenderse en detalles.
“Con mucha más razón que en Londres debió ser aplaudida en Madrid la noticia del valor y magnanimidad con que los canarios, además de haber defendido el tesoro de la flota, impedido la presa y maltratado al inglés, habían anticipado a la América los avisos convenientes para su resguardo”
Autor
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Empresario. Licenciado en Marketing y en Dirección de Ventas. Escritor de varios libros, sin publicar, aún. Aficionado a la escritura y a la historia de España.
Caballero Legionario que fue del IV Tercio Sahariano Alejandro Farnesio, en dónde estuvo en Mando Bandera. Escogido para portar al Santo Cristo de la Buena Muerte, representando a la Xª Bandera.
Congregante del Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos y María Inmaculada Reina de los Ángeles, en la Catedral de las Fuerzas Armadas
Luchador nato por el Valle de los Caídos y sus monjes Benedictinos, por nuestro Cristo Redentor, la Familia, contra el Aborto y la Patria Grande, Unida y Gloriosa, desde la muerte del General Invicto.
Amigo, seguidor y admirador de la figura más transcendental y entrañable del siglo XX español, D. Blas Piñar, mi Caudillo, siempre junto a él, tuve el honor de aplaudirle, ovacionarle, dialogar y abrazarle, porque era mi ídolo y lo seguirá siendo por toda la eternidad. Y tengo el orgullo, que de sus magníficos libros escritos, poseo unos diez, dedicados, con cariño y con su pluma de oro, como escritor en la excelencia.
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