19/04/2024 16:10

Navascues

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Tuve la inmensa dicha de poder cubrir, por tercera vez, la tercera visita de Mons. Schneider a España, gracias a la confianza de Luz de Trento y Oriol Ferré y a la labor profesional de Carlos María Bellmont Pastor, el realizador de Agnus Dei Prod.

Fue una semana intensa siguiendo los pasos de Monseñor desde la mañana hasta la noche desde su llegada a Barcelona, hasta su partida desde Madrid, pasando por Toledo y otros lugares emblemáticos. Un inmenso privilegio poder ser testigo del actuar de un hombre santo, siempre amable y sonriente, pero con firmeza y perfecto dominio de sí.

Hubo diferentes actos, encuentros y conferencias públicas y privadas en lugares muy emblemáticos. En los actos públicos del Círculo Ecuestre de Barcelona, Espacio Ardemans y los hoteles de Madrid y Toledo no cabía ni un alfiler. La sala estaba abarrotada para escuchar a uno de los obispos más valientes, que habla más claro y más firme en la defensa de la sana doctrina católica, pero manteniendo unas formas muy equilibradas y nada estridentes.

Los temas de las conferencias fueron muy interesantes como la importancia de que haya presencia católica en la vida pública y en la política y sobre los signos de esperanza ante una sociedad occidental en descomposición. También participaron diferentes intelectuales españoles como Javier Barraycoa, Alberto Bárcena o el P. Gabriel Calvo Zarraute y los políticos de Vox, Jorge Buxadé y Manuel Acosta, sin duda el sector más católico del partido de Abascal.

Además de ello, volvió a defender la Misa tradicional, hoy tan perseguida, diciendo que en caso de prohibición sería lícito y hasta heroico celebrarla en la clandestinidad y que las futuras generaciones agradecerían el épico gesto de no dejar morir la Misa de siempre. También, como pastor que vela por las almas, insistió en la imperiosa necesidad de recuperar las buenas costumbres en la sociedad y la pureza de la juventud, siendo la devoción a la Virgen el mejor antídoto contra las herejías y las ideologías.

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Por último me impresionó el gran amor que tiene a nuestra patria y su gloriosa historia, tan esencialmente ligada al catolicismo. Especialmente se mostró muy sensible al heroísmo martirial de la Cruzada Nacional. Monseñor sería partidario de que se canonizasen en una ceremonia solemne todos los mártires españoles que aún están sin canonizar. Dios le oiga. Sería un gran revulsivo espiritual y un signo de esperanza muy poderoso en estos tiempos convulsos.

Autor

Javier Navascués
Javier Navascués
Subdirector de Ñ TV España. Presentador de radio y TV, speaker y guionista.

Ha sido redactor deportivo de El Periódico de Aragón y Canal 44. Ha colaborado en medios como EWTN, Radio María, NSE, y Canal Sant Josep y Agnus Dei Prod. Actor en el documental del Cura de Ars y en otro trabajo contra el marxismo cultural, John Navasco. Tiene vídeos virales como El Master Plan o El Valle no se toca.

Tiene un blog en InfoCatólica y participa en medios como Somatemps, Tradición Viva, Ahora Información, Gloria TV, Español Digital y Radio Reconquista en Dallas, Texas. Colaboró con Javier Cárdenas en su podcast de OKDIARIO.
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1º No existe ni un solo católico perteneciente a ningún partido político, ni ahora ni nunca. Jesucristo Nuestro Señor no formó parte de ninguna facción política de su tiempo, los que le siguen tampoco. La política es incompatible con la verdad, incluso la conservadora (Lc 17, 33). Jesucristo no formó parte de zelotes, ni de saduceos, ni de samaritanos, ni de gerasenos, ni de herodianos, ni de romanos, ni de escribas y fariseos. Y con todos ellos tuvo fuertes desencuentros, de todos ellos sufrió amenazas, expulsiones y burlas. Jesucristo fue crucificado por quienes querían instrumentalizarlo políticamente para librarse de los romanos, de Herodes, de los escribas y fariseos, etc., a conveniencia egoísta de cada cual. Al ver frustradas sus expectativas, de nada sirvieron las incontables curaciones de enfermos y milagros de las que habían sido testigos directos (Jn 21, 25), para impedir su crucifixión. ¿No se le crucificaría hoy igual por los que son de izquierdas y por los de derechas, tan fanáticos integristas como son unos y otros porque conviene antes que perezca Dios a que se hunda la democracia?

2º Instrumentalizar políticamente la Palabra de Dios, es de herejes, blasfemos, apóstatas y traidores a Jesucristo Nuestro Señor, Dios y Hombre verdadero, dentro, fuera o ni dentro, ni fuera de la Santa Iglesia Católica Apostólica, la de Jesucristo Nuestro Señor. El Espíritu Santo, por medio del discípulo amado, San Juan, lo expresa así:

2 Jn 9-11: Todo el que se excede y no permanece en la doctrina de Cristo, no posee a Dios. En cambio, el que permanece en la doctrina posee al Padre y al Hijo. Si alguno va a visitaros y no os lleva esta doctrina, no lo recibáis en casa ni lo saludéis, pues el que lo saluda se hace solidario de sus malas obras.

También, y lo más duro para los católicos:

1 Jn 2, 18-23: Hijos míos, ha llegado la última hora. Habéis oído que vendría un Anticristo; y la verdad es que han aparecido muchos anticristos. Por eso nos damos cuenta que ha llegado la última hora. Salieron de entre nosotros, aunque no eran de los nuestros. Pues si hubiesen sido de los nuestros, habrían permanecido con nosotros. Así se ha puesto de manifiesto que no todos son de los nuestros. Vosotros habéis recibido la unción del Santo, y todos vosotros lo sabéis. No os escribí porque desconozcáis la verdad, sino porque ya la conocéis y sabéis que ningún mentiroso procede de la verdad. ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ése es precisamente el Anticristo, el qu niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo no posee al Padre; pero todo el que confiesa al Hijo posee también al Padre.

No existe ninguna persona, ni hoy, ni nunca, que, dedicándose a la política, no sirva a la mentira, y por ella, a satanás, padre de la mentira (Jn 8, 44). No hay un solo político que no sea un maldito Anticristo, y no es ni insulto, ni infamia, ni ultraje, es la pura verdad duela a quien duela. Quien vota, adora a satanás, sea del partido que sea, y se hace solidario de las obras del partido político al que vota. Tal cual, se quiera o no. Y nadie conocía más a Jesucristo que su discípulo amado, san Juan, que acogió en su santa casa a la Bienaventurada y Excelsa Madre de Dios y Nuestra, la Santísima Virgen María.

Solo en los textos protestantes no aparece epístola católica alguna. San Juan es muy contundente en las suyas, auténticas joyas de fe y guías de vida católica verdadera (¿cómo se puede conjugar sus cuatro condiciones para ser hijos de Dios, es decir, romper con el pecado, guardar los mandamientos, sobre todo el de la caridad, guardarse de los anticristos y del mundo, con la mundana y satánica democracia y la acción «social» y política? Un católico que engaña, es un católico apóstata siervo del demonio).

3º La denominada «doctrina social de la Iglesia» es una herejía gravísima, no diferente a la de Lutero, Calvino, Nestorio, Arrio, etc., todos ellos políticos, no ministros de Dios. Seguramente ha sido impuesta desde fuera de la Iglesia Católica. No se puede instrumentalizar la Palabra de Dios, la doctrina de Cristo, en favor de unos u otros intereses políticos, económicos o de cualquier clase mundana. Quien lo hace, no es del Señor ni le sirve, sino que sirve a satanás. ¿Cómo ser demócrata y a la vez tener en cuenta Mt 7, 13-14? ¿»Católicismo» democrático coherente con Mt 7, 13-14? ¿Por qué clase de estúpidos se toma a los católicos que ya se les intenta engañar con cualquier cosa? Desde luego que el demonio es capaz de engañar incluso a los mismos elegidos, pero no por eso deja de ser mentira (Mt 24, 24).

4º El abuso de poder de papas, cardenales, arzobispos, obispos, sacerdotes o cualquier consagrado o asociación de fieles laicos, intentando llevar almas al infierno por adoradores de la mentira, es decir, de la política, no quedará impune ante Dios Todopoderoso si no hay arrepentimiento sincero y penitencia. El Señor mismo fue muy claro respecto a la forma de ejercer el poder, diferente totalmente a como se pretende con política, es decir, con engaño y mentira:

Mt 20, 25-28: Mas Jesús los llamó y dijo: «Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. No ha de ser así entre vosotros, pues el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo; de la misma manera que el Hijo del hombre, que no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos».

Jesucristo NO optó al poder político, ni incitó a ello a sus apóstoles y discípulos, su vida fue pública, incluso fue ridiculizado, especialmente por los judíos escribas y fariseos, a diferencia de los falsos católicos que solo honran a Dios con los labios sin imitarle, sin correr ningún riesgo por el Señor, en cualquier idioma, incluso latín, que son muy celosos de su vida e integridad física, de su reputación y «buen nombre». Confiar en los políticos y no en Jesucristo, es un suicidio espiritual.

Javier Richard

Muy bueno el reportaje

carlota

genial el reportaje, enhorabuena

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