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La fecha del 12 de octubre, celebración del día de la Hispanidad, ha quedado, limitada, desdibujada, cuando no vejada y / o menospreciada.
Lo primero, porque ha quedado circunscrita a dos hechos muy relevantes y de máximo respeto, como son: la Patrona del Instituto de la Guardia Civil y las fiestas de Pilar de Zaragoza.
El hacer coincidir la celebración de la Hispanidad, con la Fiesta nacional de España, diluye, aunque no se pretenda, a esta en aquella. En este sentido proponemos, el deslinde de amas festividades, ambas por supuesto, de raigambre patriótica. El 12 de octubre conmemoraría, la gesta mas grande de occidente, nuestra obra misionera y civilizadora en América, como muy acertadamente reflejaban los Constituyentes de Cádiz, “los españoles de ambos hemisferios”.
En ultimo lugar, el odio, la envidia y la calumnia propagada, contra nuestra labor evangelizadora en las Indias, por distintas vías, la inglesa, la luterano-calvinista de procedencia sajona y holandesa principalmente y la de los judíos expulsados, han formado jurisprudencia, durante muchísimo tiempo de forma permanente e intermitente contra nuestra Nación, basándose en un supuesto genocidio de indígenas y la expoliación de sus tierras. Ocultando tendenciosamente, toda la labor de La Corona de Castilla y después todo el resto de España, tanto en la vertiente espiritual como en el material.
Lo mas lamentable del caso es el hecho de que esa Leyenda Negra contra nuestra patria ha calado en sectores de nuestra sociedad, bien por motivos ideológicos, como es el espíritu procedente de la Ilustración francesa e inglesa; bien por el proselitismo efectuado desde las logias o de las Internacionales marxistas; bien por un mal denominado catolicismo progresista; bien por los diferentes movimientos separatistas. No debemos olvidar, respecto a esto último, la bochornosa actitud de los ahora denominados eufemísticamente nacionalismos periféricos, felicitando a Estados Unidos, por el robo de Cuba , Puerto Rico, y Filipinas.
Paradójicamente, grandes defensores del espíritu de la Hispanidad fueron los vascos Ramiro de Maeztu, en su inefable Defensa de la Hispanidad; Víctor Pradera, E. Zacarias Vizcarra, así como los catalanes Jaime Balmes, Mosén Jacinto Verdaguer, en su magnífica epopeya de la Atlántida, o el Cardenal Primado Isidro Gomá. Autores y pensadores silenciados o vituperados, tal como un escritor izquierdista Antonio Espina calificaba osadamente a Ramiro de Maeztu con estas despectivas e injustas palabras: la Hispanidad fue un truco que se inventó Maeztu para ser ministro con los reaccionarios.
Sea como fuere, el veneno negrolegendario, respecto a la Hispanidad- y también sobre otros- ha penetrado desde hace dos siglos en las distintas generaciones, las cuales careciendo de un sesgo doctrinal se han dejado llevar por inercia hacia el menosprecio histórico o indiferencia de nuestro glorioso pasado histórico. De este modo, al igual que la pescadilla que se muerde la cola, el complejo de inferioridad, el complejo de culpabilidad, la cobardía moral y la pereza mental, actúan como causas y consecuencias.
Desoigamos las palabras del escritor exiliado, prócer de la masónica Institución Libre de Enseñanza en Méjico en 1939, Rafael Altamira: “Prescindamos de España porque no tiene nada que dar “. Retomemos, en cambio, las sabias palabras del escritor argentino Rómulo Carbia cuando escribe: A la España inmortal, católica y hacedora de pueblos, que ha sufrido, por ser lo uno y lo otro, los agravios de la envidia y las calumnias de los enemigos de su fe; o las del profesor Manuel García Morente, quien en su libro IDEAS PARA UNA FILOSOFIA DE LA HISTORIA DE ESPAÑA escribía: La Hispanidad recibió la misión de dar al mundo- sobre todo el americano- su propio contenido espiritual (…) La Hispanidad es aquello por lo que un español es español.
Sintámonos espiritual y patrióticamente orgullosos de nuestra Hispanidad. Celebremos sin ningún rubor el día de la misma, afirmando entre otra cosas, no ser producto del régimen de Francisco Franco, sino que proviene de principios del Sigo XX en la época del Presidente Argentino Hipólito Irigoyen, bautizada como Día de la Raza, de la mano de unos abogados de origen catalán Moner-San, así como un capitán uruguayo Ángel Camblor, quien diseñó una bandera conmemorativa de la efemérides. Consistía en tres cruces moradas, simbolizando las naves de Colón, y fue izada por primera vez el 12 de octubre de 1932 en Montevideo y, a partir del año siguiente, en la misma fecha, en todas la capitales hispanoamericanas y también en la capital de España.
No oigamos los cantos de sirena europeístas y leamos o releamos el libro básico de LA LEYENDA NEGRA de Julián Juderías, o los mas modernos y memorables de MADRE PATRIA de Marcelo Gulló; IMPERIOFOBIA Y LEYENDA NEGRA de María Elvira Roca Barea, o la obra de Juan Luis Beceiro García: LA MENTIRA HISTORICA DESVELADA.
En suma, levantemos nuestra mirada al Cielo, gritando con toda la fuerza de nuestros pulmones:
¡VIVA ESPAÑA! ¡VIVA LA HISPANIDAD! Jaime Serrano de Quintana
Presidente de la Asociación Cultural Gerona Inmortal
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Pero como vamos a reafirmar nada en España cuando ya ni se habla español en todo el territorio nacional
En España no se habla español desde hace algo más de una década. Y, por supuesto, tampoco fuera de ella, desde hace mucho más tiempo. Me parto cada vez que se menciona, siempre en un tono muy pomposo, a «la lengua de Cervantes».