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Francisco Franco fue el Jefe Nacional de FET y de las JONS hasta su muerte, en noviembre de 1975.

La periodista y «cronista» de la Transición Pilar Urbano, realiza el siguiente análisis:

Muerto Franco se abrían dos caminos: ruptura o reforma. Los rupturistas querían liquidar el armatoste estatal de inmediato, la dictadura al basurero, y edificar con una nueva planta. Podía ser rápido, como una demolición, aunque con riesgos imprevisibles. […] El rey, en cambio, prefería una reforma serena, un paso a paso atemperado, sin acrobacias temerarias. […] Torcuato se lo había explicado cien veces. Las Leyes Fundamentales no solo eran modificables, sino derogables.

Franco: La era del desarrollo

El 3 de diciembre Fernández-Miranda juró en el Palacio de la Zarzuela el cargo de Presidente de las Cortes y del Consejo del Reino y, posteriormente, toma posesión de su cargo en el Salón de los Pasos Perdidos de las Cortes. En el discurso de su toma de posesión dijo:

Somos lo que Dios y nuestros padres han puesto en nosotros. Somos lo que la propia psicología, biología y personalidad nos aporta. Pero somos, sobre todo, lo que hacemos. Me siento absolutamente responsable de todo mi pasado. Soy fiel a él. Pero no me ata, porque el servicio a la patria y al Rey es una empresa de futuro. La clave de mi comportamiento será servir a España en la persona del Rey. Tiempo habrá para las palabras, las ideas y las acciones.

Torcuato era partidario de reformar las Leyes Fundamentales del Reino mediante sus propias disposiciones para llegar así a la democracia evitando vacíos legales; con sus palabras, ir «de la ley a la ley a través de la ley». Torcuato escribió:

No un pequeño caudillo sino un gran Rey ¡Será H.P. el tiparraco este traidor!

No romper, ir de una situación a otra desde la ley
No ruptura, reforma desde la Ley de Sucesión, 2/3 y referéndum

Integrar a la izquierda

Este individuo, Torcuato Fernandez Miranda, era propenso al “Bipartidismo” y así tener contentas, tanto a las derechas, como a las izquierdas y que fueran turnándose en el Poder.

La idea de Torcuato Fernández-Miranda era establecer un sistema con dos partidos políticos, uno conservador y otro de tipo más liberal, y que en su opinión podía ser el Partido Socialista Obrero Español (histórico) que presidía Rodolfo Llopis, y que se caracterizaba por ser más moderado que el PSOE Renovado del interior, encabezado desde 1974 por Felipe GonzálezAlfonso GuerraJavier Solana y Enrique Múgica, tras la escisión del Congreso de Suresnes.

Gobierno de Tecnócratas. Opus Dei

«Los ministros del Opus Dei» o el éxito de una consigna falangista

El tópico de «los ministros tecnócratas del Opus Dei» es una de las pocas consignas falangistas que han sobrevivido al régimen de Franco, y que hoy solo se puede repetir desde la superficialidad, el desconocimiento de los hechos o la incapacidad para comprender lo que significa la libertad personal.

Ministros sin intervención del Opus Dei:

En 36 años de régimen, Franco nombró 116 ministros. Sólo 8 eran del Opus Dei. De ellos, uno murió en accidente de tráfico a los tres meses de su nombramiento; 3 ocuparon cartera en 1 gabinete. Y sólo los otros 4 repitieron (Ullastres, Navarro Rubio, López Rodó y López Bravo). Se caracterizan por acceder a esos puestos por caminos completamente dispares, desde procedencia diferente, siguiendo carreras políticas normales entonces, ligados a personalidades de variado perfil y afinidad política.

Los dos primeros son de 1957. Alberto Ullastres, catedrático de Economía de la Universidad de Barcelona, fue nombrado ministro de Comercio por su capacitación para llevar a cabo la estabilización económica recomendada por el Fondo Monetario Internacional y la OCDE. Fue claramente un ministro independiente, sin afinidades políticas, y es el único que podría calificarse con propiedad como exclusivamente técnico.

Mariano Navarro Rubio, en cambio, era jurídico militar y letrado del Consejo de Estado, había sido subsecretario de Obras Públicas con Vallellano (monárquico) y fue nombrado ministro de Hacienda. Era un político nato, como se puede observar en las reformas fiscales y la reorganización bancaria que llevó a cabo. Tuvo frecuentes roces con Ullastres, pues reclamaba para su departamento la definición de la política económica. Franco no lo aceptó y decidió finalmente hacerla depender de la presidencia del gobierno, mediante la creación en 1962 de la Comisaría del Plan de Desarrollo, de la que se encargaría López Rodó. Navarro Rubio presentó entonces su dimisión, pero Franco la rechazó hasta 1965, cuando López Rodó entró por primera vez en el gobierno.

Laureano López Rodó era catedrático de Derecho Administrativo en Santiago de Compostela. Fue llamado en 1956 por Iturmendi (ministro de Justicia, tradicionalista) para llevar a cabo la reorganización jurídica e institucional del Estado. Destaca su participación en la Ley Orgánica del Estado y la Ley de Sucesión, claves en el paso del franquismo a la monarquía constitucional. También dirigió los Planes de Desarrollo. Estuvo en el gobierno desde 1965 hasta 1973. Cerca de Carrero, su influencia era notable. De los nombres que propuso para ocupar cargos ministeriales, sólo uno era del Opus Dei, Vicente Mortes, ingeniero de caminos, de origen humilde, que estuvo entre los grupos falangistas valencianos de la posguerra, antes de conocer el Opus Dei. Mortes había ascendido de la mano de Arrese, que le nombró Director General de la Vivienda. Se distinguió por su buen hacer y López Rodó le propuso en 1969 para la cartera de Vivienda.

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Plan de estabilización y tecnócratas

Otro de los personajes destacados fue Gregorio López Bravo. Sin antecedentes políticos y de origen social modesto, ingeniero naval, destacó por su actividad en diversas empresas. Fue nombrado ministro de Industria en 1962, y ocuparía más tarde la cartera de Exteriores, hasta junio del 73. Sería recordado por ser capaz de convencer a Franco de la necesidad de establecer relaciones con la Unión Soviética y el bloque del Este.

D. Gregorio López Bravo, fue asesinado por ETA, cuando al paso del Monte Oíz, previo al aterrizaje en el aeropuerto de Bilbao, fue alcanzado por un bazoca, que difícilmente fallaría, pues los aviones por ese monte pasan a baja altura. Después los Gobiernos y sicarios de la desinformación, todos estos actos de crímenes de la ETA, los pasan a la página de “ACCIDENTES”, como son el caso del Hotel Corona de Aragón o la tragedia de los trenes de cercanías en Madrid, propósito que fue organizado y ejecutado por el Partido Socialista CRIMINAL, con Zapatero a la cabeza y sus íntimos amigos de toda la vida, los sanguinarios etarras.

El gabinete que contó con más ministros que pertenecieran al Opus Dei fue el de 1965-69 (4). Se ha dicho erróneamente que muchos otros eran del Opus Dei. Se llegó a decir hasta de Carrero Blanco, Claudio Boada, Lora Tamayo, López de Letona o Villar Palasí. La confusión procede de los ataques procedentes de la Secretaría General del Movimiento, liderados por Solís y Fraga, dirigidos a apartar a quienes no eran de su agrado, tachándoles con esa etiqueta, aunque nada tuvieran que ver.

La variedad política de los que ocuparon altos cargos es también notoria, lógicamente dentro de los márgenes que permitía el régimen: López Rodó, López Bravo y Mortes eran partidarios de la restauración monárquica en la persona de don Juan Carlos; Hermenegildo Altozano y Florentino Pérez Embid pertenecían al Consejo Privado del Conde de Barcelona; Herrero Tejedor y Herrero Fontana eran falangistas; Araluce Villar y Mendizábal Uriarte, tradicionalistas; Ullastres y Espinosa San Martín, independientes.

Entre los colaboradores de López Rodó figuraban personas de todos los colores (Estapé, Fuentes Quintana, Velarde, Sardá, etc.), la mayoría de los cuales jamás tuvieron nada que ver con el Opus Dei. Navarro Rubio tuvo entre sus colaboradores a personas como Borrel y Solchaga, años después ministros socialistas. Martín Villa, Director General con López Bravo, afirma que en su ministerio y en contra del rumor general no había más que un alto cargo de la Obra. El mismo López Bravo escogió exclusivamente a diplomáticos para los cargos del Ministerio de Asuntos Exteriores y embajadas, en contra del proceder habitual (anterior y posterior) de nombrar políticos de confianza. Son algunos ejemplos incontestables que muestran la diversidad, la independencia y la apertura de mente de esos hombres.

1] Dejando a un lado las falsedades que se han difundido a este respecto, es interesante señalar que la pertenencia al Opus Dei fue, en no pocas ocasiones, un obstáculo para ocupar puestos universitarios o en la carrera diplomática, por muy brillantes que hubieran sido sus oposiciones.

[2] «Yo no soy del Opus Dei, que era una de las leyendas que circulaban porque se suponía que cualquier Director General o colaborador destacado de algún Ministro de la Obra tenía que pertenecer necesariamente a esta organización. Yo mismo, al incorporarme al equipo del Ministerio de Industria, incurrí en la suposición: creía que todos eran del Opus y resultó que a todos, menos a uno, les ocurría lo mismo que a mí; es decir, que no lo eran». AA.VV., Gregorio López Bravo visto por sus amigos, Madrid, 1988, pág. 181.

LOS ERRORES DE FRANCO, UNOS  A SABIENDAS Y OTROS POR SER UN INCAUTO, QUE EN ALGUNOS CASOS LO FUE Y SE FIO DE PERSONAJES ESPURIOS.

Ya hablamos de algunas estocadas a patriotas, que no comulgaban con él, pero conociendo sus ideas, se los quitó de en medio:

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1º).- Que plena guerra Franco unificó a Falange y requetés, con el fin de que tuvieran sus disputas entre ellos y quitarse de encima el peso de unos y de otros.

2º).- Otro caso evidente, es que nuestro Caudillo se sirvió y se suministro de grandes personajes adscritos a la Falange, que sin duda hicieron mucho por la España Vencedora, pero poco a poco, fue eliminándolos y sustituyéndoles por “Tecnócratas”, que como tales son grandes profesionales, sin un pensamiento eminentemente político, eso sí ante todo católicos.

3º).- Otro caso llamativo, que mientras Franco era un ferviente monárquico, a pesar de saber lo que hizo ese monarca pornográfico, vividor, crápula y presumido de Alfonso XIII, que huyó para salvar su culo y el de sus pariente, ante la eminente imposición de la II República, dejando a los españolitos, que entre unos y otros nos matáramos, pero él como buen Borbón Traidor y Despreciable, dijo:

“Ahí, os quedáis, que mi culo vale más, que toda esa España entera”

Pero poco o nada, aprendió nuestro amado Caudillo, pues nada tuvo que ver con la huida del Borbón y al parecer apreció el desprecio que hizo a la Patria, saliendo deprisa y corriendo, perdonándole dicha cobardía.

Pero sin duda, pecó de incauto en las siguientes actuaciones:

4º).- Unir a cuerpos sin vida de ambos Bandos, en el mismo techo, por aquello de que todos los españoles eran buenos, los que luchaban por Dios y la Patria y aquellos que siendo Herejes lucharon por su Patria Rusia, como tantas pancartas lo demostraban y no solo eso, sino que enriquecieron a la URSS, entregándoles la 4ª mayor fortuna de todos los españoles, que sacaron del Banco de España para premiar a sus hermanos bolcheviques

“Craso error”

¿Cómo se pueden sepultar a más de 25.000 cadáveres del Bando Rojo, en una Basílica, en la que de por sí, es católica, a unos herejes?

¿Y cómo se pueden mezclar sus cadáveres en un Templo cuyas consignas son claras: ¡Caídos por Dios y la Patria!?

Pero aunque eso, estos malandrines comunistas y criminales, que padecemos, no solo le han agradecido esa postura, única de un Vencedor, porque NUNCA en la historia, ningún vencedor de una guerra o contienda, les da el mismo tratamiento a los suyos que a sus enemigos.

¡Su Excelencia, Don Francisco Franco, mi Caudillo, te pasaste de incauto e ingenuo. Y en agradecimiento a tu bondad,  han profanado tu cuerpo!

5º).- Pero el colmo de los colmos, que fue de una gravedad absoluta, fue el hecho de nombrar como su sucesor, a su muerte a un Borbón, aún sabiendo, la vil historia que desde 1.700, les acompaña, como unos reyes vividores, siempre con opulentos palacios, traidores e indignos Gabachos, cuyas consignas las llevan en su maléfica sangre y su ADN:

¡Terminar con España! Y a fe, que lo están consiguiendo.

Declaraciones del sacerdote falangista, Jesús Calvo

Autor

Miguel Sánchez

Empresario. Licenciado en Marketing y en Dirección de Ventas. Escritor de varios libros, sin publicar, aún.  Aficionado a la escritura y a la historia de España.


Caballero Legionario que fue del  IV Tercio Sahariano Alejandro Farnesio, en dónde estuvo en Mando Bandera. Escogido para portar al Santo Cristo de la Buena Muerte, representando a la Xª Bandera.


Congregante del Santísimo Cristo de la Fe, Cristo de los Alabarderos y María Inmaculada Reina de los Ángeles, en la Catedral de las Fuerzas Armadas


Luchador nato por el  Valle de los Caídos y sus monjes Benedictinos, por nuestro Cristo Redentor, la Familia, contra el Aborto y la Patria Grande, Unida y Gloriosa, desde la muerte del General Invicto.


Amigo, seguidor y admirador de la figura más transcendental y entrañable del siglo XX español, D. Blas Piñar, mi Caudillo, siempre junto a él, tuve el honor de aplaudirle, ovacionarle, dialogar y abrazarle, porque era mi ídolo y lo seguirá siendo por toda la eternidad. Y tengo el orgullo, que de  sus magníficos libros escritos, poseo unos diez, dedicados, con cariño y con su pluma de oro, como escritor en la excelencia.


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