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Siempre se olvida cómo fue el discurso del rey cuando la intentona golpista en Cataluña, lo que obligó al PP a aplicar un artículo de la Constitución, saboteándolo al mismo tiempo de modo que los separatistas –sus socios de tantos años años– retuvieran todas sus bases de poder y sus recursos propagandísticos. También se olvida que los golpistas no están (más o menos) en la cárcel por iniciativa del PP, sino de VOX, y que el PP permitió la “huida” de Puigdemont y la actividad diplomática y de propaganda internacional separatista, sufragada directa o indirectamente por el estado. Por ello, para el PP el problema con los indultos es tratar de presentarlos a la gente como una forma de apaciguar las aguas, incluso como una derrota del separatismo –así los presentan muchos “analistas”–. Y por eso el PP está dividido y vacilante: ¿conseguirá, junto con el PSOE, presentar el delito como virtud, o la maniobra tendrá un coste excesivo para el partido? Por otra parte, ¡qué suerte que el desgaste corra principalmente a cargo del PSOE! Solo que el desgaste también puede afectar, está afectando ya, al partido del del Máster.
El PP está en posición difícil: quiere los indultos pero teme perder una masa de votos a favor de VOX. Esta vacilación la revelan los capitostes del partido que se desentienden de la manifestación del próximo domingo. No harán nada por organizar o por movilizar a la gente, mientras sugieren que no hace falta moverse porque el problema está en vías de solución, y los separatistas en crisis interna (siempre están en crisis, y siempre avanzan, gracias a la complicidad de PP y PSOE) . Así lo están “analizando” en sus órganos de propaganda mediática. Y Casado, cogido en la trampa, no sabe qué hacer con la “foto” de Colón (la política en España gira en torno a “fotos” e “imágenes”, es puro truco de ilusionismo desde hace muchos años). Porque el problema para él es que ha surgido VOX, el cual, como el discurso del rey ante el referéndum, le obliga a hacer lo que no desea de ningún modo. Y harán como siempre: fingirán oposición a los indultos y al mismo tiempo tratarán de desarbolar cualquier resistencia a ellos.
Recordemos otra gigantesca fechoría perpetrada por el PSOE: la colaboración y rescate de la ETA por Zapatero. Animada por la COPE y de forma en gran parte espontánea, surgió una resistencia en forma de enormes manifestaciones. El PP no tuvo más remedio que unirse a ellas. La protesta iba contra el gobierno colaborador y rescatador de la ETA, pero Rajoy la convirtió en manifestación contra una ETA ya casi desmantelada, precisamente por Aznar. Dije entonces que Rajoy era tan proetarra en los hechos como el PSOE. El caso del PSOE y la ETA se comprenden: comparten casi toda la ideología. En el del PP es distinto, pero con efectos parecidos: carecen de principios, carecen de formación histórica e ideológica, por lo que se acomodan a cualquier orientación. Si queremos simplificarlo, España no es importante para los señoritos del PP. Lo que les importa es “Europa”, como llaman a la burocracia cada vez más totalitaria de Bruselas. Y a esa burocracia tampoco la integridad de España les importa de modo especial, máxime cuando son los gobiernos españoles quienes alientan y financian la disgregación. Pues lo que está en juego con los indultos es precisamente la integridad de España, contra la que tanto el PP como el PSOE han atentado año tras año con los separatistas y adormeciendo la gente con ilusionismo retórico. Esto nunca le salió muy caro al PP porque no había otra alternativa política. Pero quizás, cuando ya se plantean los últimos y decisivos pasos, se encuentren con una resistencia mayor de la esperada, que ya no podrán desactivar tan fácilmente como antaño, habiendo surgido VOX.
Autor
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Nació en 1948, en Vigo. Participó en la oposición antifranquista dentro del PCE y el PCE(r)-Grapo. En 1977 fue expulsado de este último partido e inició un proceso de reflexión y crítica del marxismo. Ha escrito De un tiempo y de un país, sobre su experiencia como "revolucionario profesional" comunista.
En 1999 publicó Los orígenes de la guerra civil, que junto con Los personajes de la República vistos por ellos mismos y El derrumbe de la República y la guerra civil conforman una trilogía que ha cambiado radicalmente las perspectivas sobre el primer tercio del siglo XX español. Continuó su labor con Los mitos de la guerra civil, Una historia chocante (sobre los nacionalismos periféricos), Años de hierro (sobre la época de 1939 a 1945), Viaje por la Vía de la Plata, Franco para antifranquistas, La quiebra de la historia progresista y otros títulos. En la actualidad colabora en ÑTV, Libertad Digital, El Economista y Época.