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Como en España hace tiempo que se ha perdido la dignidad a todos los niveles (ayer el rey de España recibía con todos los honores a un tipejo miserable, a un criollo manchado de sangre inocente, a un despreciable ex terrorista comunista sudamericano, acusado a nivel internacional de graves violaciones a los derechos humanos y responsable máximo de una terrible ola de violencia, asesinatos y desapariciones en su país, que unas horas antes había calificado a España de “genocida” durante el Descubrimiento de América), y el PNV no la ha tenido nunca, es natural oír o leer que el lehendakari ha denunciado este jueves (12 de abril, 2023) la presencia en las listas electorales de EH Bildu de hasta 44 candidatos que estuvieron condenados por pertenencia o colaboración con ETA, y 7 de ellos por asesinato.
Pero como todo vale en campaña, y Urkullo sabe que miles de vascos votan ETA, se despacha con lo siguiente: “ello demuestra, una vez más, la falta de respeto, consideración y sensibilidad hacia las víctimas”.
Pero, vamos a ver, señor Urkullo, ¿no era el PNV quien recogía las nueces? Pues, entonces, señor Urkullo, ¿a qué viene ese postureo?
Lo que hemos dicho: ni dignidad ni decencia. Y el PNV, menos.
Pero como Urkullu por encima de todo es un demócrata, pone por encima de la justicia la legalidad, y no le queda más remedio que reconocer que “tienen derecho a presentarse en las listas, pero no hay derecho”. Lo que a todas luces es una contradicción al sentido común.
Bien es cierto, que pronto se descubre que esa denuncia es espuria, por cuanto obedece a su propio interés, que es por lo que se lamenta: “No hay derecho a que nos tengan siempre permanentemente en este torbellino”. Esto es, que no hay derecho a que no se olvide todo “aquello” que ocurrió por acción, cooperación, inducción, complicidad, encubrimiento y, en el mejor de los casos, omisión. Que ese sigue siendo el “torbellino” que marea al PNV. En este caso, al señor Urkullu.
Sobran argumentos… Si estos 44 estuvieran hace tiempo “criando malvas”, al haber sido ejecutados en aplicación de ley, no existirían estas polémicas, y hoy el PNV no tendría encima el “torbellino” que siempre tendrá a sus espaldas, que no parece que en su conciencia.
Denuncian y se extrañan los sinvergüenzas o los cobardes que soslayen ver el panorama que tenemos todos los días a la vista… Cientos de asesinos etarras viven hoy tranquilamente en sus pueblos, a la vista de todos. ETA hace tiempo que forma parte de las instituciones, y hoy como socios del Gobierno de España. Y estos diputados son saludados marcialmente por los miembros de los Cuerpos y Fuerzas de la Seguridad del Estado y de las Fuerzas Armadas, y tratados de “señorías”.
¿A qué cojones tanta extrañeza? ¡Hipócritas!
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