22/11/2024 00:46
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¡¡¡Ojo!!!

CON EL 584 DEL CÓDIGO PENAL

se le puede echar de la Moncloa

Y estos son los artículos que incluso le pueden llevar a la cárcel:

Artículo 102 de la Constitución Española:

“1. La responsabilidad criminal del Presidente y los demás miembros del Gobierno será exigible, en su caso, ante la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo.

Si la acusación fuere por traición o por cualquier delito contra la seguridad del Estado en el ejercicio de sus funciones, sólo podrá ser planteada por iniciativa de la cuarta parte de los miembros del Congreso, y con la aprobación de la mayoría absoluta del mismo.
La prerrogativa real de gracia no será aplicable a ninguno de los supuestos del presente artículo.

 

Y este es el artículo 584 del Código Penal

“El español que, con el propósito de favorecer a una potencia extranjera, asociación u organización internacional, se procure, falsee, inutilice o revele información clasificada como reservada o secreta, susceptible de perjudicar la seguridad nacional o la defensa nacional, será castigado, como traidor, con la pena de prisión de seis a doce años”.

¡Jueces y Fiscales españoles… si quedan!… en vuestras manos está España.

Y declarar el despido de la Directora General del CNI improcedente a todas luces es función fundamental en esta grave historia.

Va para 3 años que yo publiqué en estas valientes páginas de “El Correo de España”  el artículo que hoy quiero reproducir y que me costó un serio disgusto por la “censura” actual (¡y haberlas haylas!). Fue el 10 de enero de 2019 cuando taché al Presidente Sánchez de Traidor a la Patria, por las cesiones, concesiones y bajadas de pantalones que estaba teniendo con los catalanes, tras haberle dado sus votos para ser instalado en la Presidencia del Gobierno. Pues bien, hoy tras escuchar el discurso que ha pronunciado en el Liceo de Barcelona, no solo me ratifico, sino que  voy más allá y pido ya, abiertamente, a quien corresponda que mande detener a ese sujeto y lo mande, sin miramientos, al penal del Puerto de Santa María POR TRAICIÓN A LA PATRIA.

Pero, lean lo que escribí hace ya tres años:

“El ciudadano Sánchez Pérez-Castejón (algún día habrá que aclarar de donde le viene ese apellido compuesto) está actuando con el «procés» catalán como un verdadero Traidor a la Patria, ya que está haciendo concesiones que ponen en peligro la Unidad de España… y todo, que es lo peor, por mantenerse en la Moncloa. A los ojos de toda España se está comportando como si la Constitución que soporta el Estado de Derecho que vivimos fuese papel mojado. No se da cuenta, y si se la da es más grave aún, que en un futuro no lejano podría ser acusado de «Traición a la Patria», porque así califica el Código Penal español a los que ponen en peligro la seguridad del Estado y la simple existencia de España, ya vengan de enemigos exteriores o interiores. Sin tener en cuenta lo que piensan el resto de los españoles, que son los verdaderos amos y señores de la Soberanía Nacional, acepta y se sienta a negociar con los independentistas catalanes que, como le dicen en su propia cara, sólo aspiran a separarse de España y proclamar su República independiente (y ayer se lo dijo muy claro la portavoz de ERC: “a nosotros nos importa un comino la gobernabilidad de España”) y esto lo hace pensando que «su» Poder es absoluto y que sus actos son tan «inviolables» como los del Jefe del Estado.

Pues para que no lo olvide creo que hay que recordarle el caso más sonado de la Historia de España. O sea, la condena por «alta traición» del Rey Alfonso XIII, que acordaron la Comisión de Responsabilidades de las Cortes Constituyentes de 1931 que, curiosamente, presidía un socialista con mayoría de compañeros del partido. Veamos:

Las primeras Elecciones de la República se celebraron el 28 de junio de 1931, a los pocos meses de proclamada la República. El 14 de julio se constituyeron las Cortes Constituyentes y eligieron como Presidente a Don Julián Besteiro. El 31 de julio quedó constituida la Comisión de Responsabilidades, que estaba integrada por 21 miembros de variada procedencia política (hasta 11 partidos). Fue elegido Presidente el socialista Manuel Cordero. El 12 de agosto la Comisión de Responsabilidades presentó al Pleno de las Cortes su primer Dictamen y el 12,19 y 20 de noviembre se debatió el Acta de Acusación contra el Rey Don Alfonso XIII, que al final quedó redactado en síntesis así: 

 

«Las Cortes Constituyentes declaran culpable de alta traición, como fórmula jurídica que resume todos los delitos del acta acusatoria, al que fue rey de España, quien, ejercitando los poderes de su magistratura contra la Constitución del Estado, ha cometido la más criminal violación del orden jurídico del país, y, en su consecuencia, el Tribunal soberano de la nación declara solemnemente fuera de la ley a don Alfonso de Borbón y Habsburgo-Lorena. Privado de la paz jurídica, cualquier ciudadano español podrá aprehender su persona si penetrase en territorio nacional.

Don Alfonso de Borbón será degradado de todas sus dignidades, derechos y títulos, que no podrá ostentar ni dentro ni fuera de España, de los cuales el pueblo español, por boca de sus representantes elegidos para votar las nuevas normas del Estado español, le declara decaído, sin que se pueda reivindicarlos jamás ni para él ni para sus sucesores.

De todos los bienes, derechos y acciones de su propiedad que se encuentren en territorio nacional se incautará, en su beneficio, el Estado, que dispondrá del uso conveniente que deba darles.

Esta sentencia, que aprueban las Cortes soberanas Constituyentes, después de publicada por el Gobierno de la República, será impresa y fijada en todos los ayuntamientos de España, y comunicada a los representantes diplomáticos de todos los países, así como a la Sociedad de Naciones».

«Previa la correspondiente pregunta, fue aprobada por aclamación, dándose Vivas a la República y a España.

El Señor Presidente, puesto en pie, dio Vivas a la República y al Pueblo español, que fueron contestados con gran entusiasmo por todos los Señores Diputados.

Eran las tres y cincuenta y cinco minutos de la madrugada del día 20 de noviembre de 1931″.

Así que Don Pedro Sánchez Pérez-Castejón no olvide que está actuando como un «Traidor a la Patria» y que algún día España le podrá exigir responsabilidades.

LEER MÁS:  Esteban Pons, el típico político desechable. Por Enrique Miguel Sánchez Motos

Porque de traición, concretamente de “Delito de Traición” ya se está hablando en los periódicos de hoy, en los Tribunales y hasta de ruido de sables en los cuarteles.

No se puede destruir un Estado sin que “alguien” (de arriba, de abajo o del centro) lo pague.

Sigamos, porque si lo que está haciendo el señorito Sánchez con los espías, los independentistas catalanes y estos a su vez con la Rusia de Putin, no es una traición a la Patria que venga Dios y lo vea.

Yo, que no soy licenciado en Derecho, ni Doctor por Friburgo, ni Abogado en ejercicio, ni Fiscal, ni Juez, pero sí llorado y admirado alumno del profesor, maestro, jefe, compañero y compinche del ajedrez, don Enrique de Aguinaga (fallecido hace tan solo unos días) soy lo que él me decía siempre: “Merino, el periodista no es una enciclopedia, pero sí debe ser el hombre que sabe manejar la enciclopedia”… y por ello me he pasado la noche leyendo y releyendo la Constitución de 1978, el Código Penal, la Ley de Seguridad Ciudadana y varios “rollos” jurídicos más y por ello puedo decir que el señor Sánchez ha cometido, está cometiendo, un verdadero delito de traición a la Patria. Hay que poner el cascabel al gato.

Y ya no soy yo solo el que lo dice. También la prensa de papel y la digital. Como pueden ver en estos “apuntes” que les reproduzco:

ECD publicó la semana pasada una información exclusiva que presenta hondo calado político: el Gobierno ha ofrecido a Esquerra ocultar grabaciones muy delicadas hechas a Torra y Puigdemont.                              

Tales escuchas, entregadas en Moncloa, corresponden a seguimientos realizados por el CNI utilizando, sí, el famoso sistema Pegasus.

¿Y que contienen esos registros? Por ejemplo, las reuniones de Torra con miembros de los Comité de Defensa para la República (CDR) en un coche mientras daba vueltas para impedir que los detectasen. O el encuentro de la hermana de Puigdemont con un grupo cuyos miembros fueron después detenidos como presuntos terroristas y que buscaban que ella actuase de enlace con su hermano.

Hay también conversaciones de los dos principales dirigentes independentistas catalanes con personajes como Arnaldo Otegi…

Pero sobre todo demuestran las relaciones con espías rusos.

El material incluye, por ejemplo, la imagen de Puigdemont reunido en un hotel suizo con Sergei Dimitrenko, un espía ruso que engrasaba las relaciones con relevantes personalidades de la confianza de Vladimir Putin.

La ministra de Defensa habló en el Congreso de los procedimientos abiertos en la Audiencia Nacional que relacionan al independentismo con la seguridad del Estado. Confirmó que el CNI trabaja en ello desde hace cuatro años porque se halla al tanto de las relaciones de los independentistas con los rusos.

La presencia activa de Rusia en Cataluña me parece especialmente relevante. Ya quedaron demostradas vinculaciones de Moscú con la conspiración separatista articulada el 27-O, pero el asunto resulta ahora mucho más inquietante. ¿Motivo? Que estamos hablando del país que ha invadido a sangre y fuego una nación soberana, Ucrania, y, sobre todo, amenaza con sus armas nucleares a Europa.

El Gobierno ha garantizado a los ex socios de ERC mantener en secreto esas grabaciones a cambio de cerrar la crisis política que pone en riesgo la estabilidad parlamentaria y la continuidad de la actual mayoría. O sea, quiere asegurar el sillón de Pedro Sánchez.

No me parece de recibo. Al contrario, considero que tenemos derecho a que se nos cuente qué ha tenido que ver y qué tiene que ver Rusia con Cataluña. Y, por tanto, con España. O contra España. Insisto, la Rusia que ha desencadenado una guerra sangrienta en Ucrania y que habla de destruir el mundo.

Tenemos derecho. Los objetivos personales de Pedro Sánchez no están por encima de la seguridad y del interés general del país. No lo están.

Y ahí, es donde tendría que aparecer el señor Feijóo, el nuevo Presidente del PP, que como todos, ya piensa en la Moncloa … en el Juzgado de Guardia, pero no solo, respaldado por 10.000 de los millones que le aplauden en casa, delante del televisor y con la copa en la mano. Haga caso señor Feijóo, haga caso a doña Isabel y arroje de su lado a todos los pelotas que puedan surgir sin llamarlos. Si el PP quiere llegar, de verdad, a la Moncloa, -como dice ella-  tiene que ser un Partido callejero y pandillero.

Autor

Julio Merino
Julio Merino
Periodista y Miembro de la REAL academia de Córdoba.

Nació en la localidad cordobesa de Nueva Carteya en 1940.

Fue redactor del diario Arriba, redactor-jefe del Diario SP, subdirector del diario Pueblo y director de la agencia de noticias Pyresa.

En 1978 adquirió una parte de las acciones del diario El Imparcial y pasó a ejercer como su director.

En julio de 1979 abandonó la redacción de El Imparcial junto a Fernando Latorre de Félez.

Unos meses después, en diciembre, fue nombrado director del Diario de Barcelona.

Fue fundador del semanario El Heraldo Español, cuyo primer número salió a la calle el 1 de abril de 1980 y del cual fue director.
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