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El BOE núm. 251, de 20 de octubre de 2021, en su página 127769, recoge el Real Decreto 918/2021, de 19 de octubre, por el que se designa Embajadora en Misión Especial para la Política Exterior Feminista a doña María Jesús C. Z.

El texto original del citado BOE reza así:

“A propuesta del Ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 19 de octubre de 2021, vengo en designar Embajadora en Misión Especial para la Política Exterior Feminista a doña María Jesús C. Z. Dado en Madrid, el 19 de octubre de 2021”.

Esta es la plena confirmación del papel que España pasa a desempeñar como cabeza de puente entre la Unión Europea y los países de habla hispana en lo que es una nueva colonización ideológica, no ya desde la Madre Patria, sino desde una feminista Madre Matria.

Si en su día, Cristóbal Colón desembarcó con sus naves en una isla del Caribe, ahora lo hacen las altas cargas del Estado en nombre del feminismo Made in Spain, una industria boyante, un negocio redondo de la mano del populismo socialista y comunista encaminado a terminar con la familia natural, acabar con todas las tradiciones e implantar una sociedad homosexualizada que ya se enseña en las escuelas a párvulos de Educación Infantil y niños de Educación Primaria, institución escolar maltratada por un régimen totalitario.

Era de esperar que una Industria del Estado como es el feminismo español, un clientelismo que engaña a las mujeres al objeto de arrebatarles su voto, más pronto que tarde buscase nuevos mercados con los que ampliar su negocio desde una gran campaña publicitaria en la que dar a conocer la buena nueva, esa que proclama la Orden del Hábito Morado, que todo varón agrede, mata y viola porque es varón.

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Mucho y malo tiene que exportar la Madre Matria al objeto de frenar en seco el lento avance hacia la democracia que viven los países de habla hispana e inocular en estas sociedades el virus del feminismo español, esto es, el odio al hombre y a los hijos del hombre.

El modelo de feminismo español es perfecto, rotundo, absolutamente inconstitucional, antidemocrático y desgarrador del tejido social que precisa todo pueblo para avanzar, ir de la mano hombres y mujeres, cooperar y progresar.

Desde las asociaciones feministas de mujeres con titulación de magistradas y letradas, debidamente subvencionadas, se ha venido asesorando y dictando las políticas feminazis españolas a los distintos gobiernos que se han turnado en las dos décadas que nos preceden y cuyos hitos principales son la LIVG 1/2004 y el Pacto de Estado 2017.

El modelo español o “Industria de Género”, ese que ahora exporta la Madre Matria a los países de Hispanoamérica, se basa, por una parte, en las denuncias falsas o denuncias de género, ese es su único combustible, y por otra en un dogma de fe que recoge el art. 1 de la LIVG 1/2004: “El hombre es un maltratador porque es hombre”.

Parece mentira, parece imposible, pero es una criminal realidad, tan sólo con estas dos infamias se monta una Administración feminazi paralela que se embolsa millones de euros procedentes de la Unión Europea, porque se cobra por cada denuncia, sea falsa, cierta o repetida, dinero que nunca se audita. A un tiempo se habilita una nueva plantilla de Jueces de Género, se derriban los Juzgados de Familia y se edifica toda una red de Juzgados de Género, se especializa a jueces y fiscales en la Ley de Género, se ponen en funcionamiento los Observatorios de Género, se crea un Ministerio de “Igualdad” cuya titular es asesorada por la élite feminazi del país, una banda que pasa a embucharse sueldos millonarios y se entrena a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado en completar informes inculpatorios y practicar detenciones de género

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Años y años de dolor, injusticias y engaños esperan a los países de habla hispana una vez desembarquen en sus sociedades las nuevas carabelas repletas de brujas españolas, brujas vestidas de morado, expertas en el Síndrome de Alienación Parental (SAP) y el secuestro de hijos, enloquecidas por el odio al hombre y a los hijos del hombre, enfermas sin cura que también reciben un generoso sueldo mensual por su contribución a destruir familias.

Un feminismo español colonizador desembarca estos días en los países de habla hispana, Dios se apiade de esas criaturas y las proteja de la peste feminista española que portan y contagian las atormentadas embajadoras de ese engaño populista, clientelar y tan español.