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La única diferencia entre lo que pretendía Pedro Castillo y lo que pretende Pedro Sánchez está en las formas o diferentes versiones de llevar a cabo esas pretensiones: versión europea, versión sudamericana.
Así, la diferencia entre ambos mandatarios, es que Sánchez guarda las formas como protocolo necesario y admitido para ponerse frente a la legalidad, y Castillo, más burdo y sudamericano, ha ido más por las bravas. Diferentes formas de actúa, que es lo que hace que a Sánchez no se le puede detener, DE MOMENTO, y Castillo esté YA detenido.
Se acusa a Castillo de haber intentado disolver el Congreso, pero vamos a ver, ¿no hizo eso mismo Sánchez en la moción de censura a Rajoy sobre unas acusaciones falsas? Se acusa a Castillo de intentar modificar el Poder Judicial y el Tribunal Constitucional, pero vamos a ver, ¿no lo está haciendo Sánchez?
La cuestión, como en casi todo, son las formas.
Y si se trata de formas sobre este relato agotado que es la Constitución de 1978, la carga informativa y formativa de Ñtv es artillería pura y dura de un ejército sedentario o milicia de reserva nacional, que ha perdido la fe en un ejército de socorro. En eso estemos, que “un grano no hace granero, pero ayuda al compañero”.
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