21/06/2024 21:15

El Playbol esquivó en su momento una investigación de los padres de Pedro Sánchez que pareció diluirse ¿por no se sabe qué chantajes o coacciones para dejarlo en agua de borrajas? Pero es tan evidente el tufo sanchista, el modus operandi de despotismo, que podría ser desempolvado en los despachos de los juzgados para llevarlo ante la mesa de un juez. La evidencia de corruptela está en la misma línea probatoria del caso Begoña Gómez, Koldo y Tito Berni.

El PSOE con chulesca intimidación contra los medios de comunicación independientes y la Justicia imparcial, ergo «ultraderecha», pretende normalizar la ingente corrupción originada desde La Moncloa por el fuera de la ley habitual que es Pedro Sánchez, quien se pretende la impunidad de los delitos cometidos por él y por toda la familia en pleno, incluida la política sectaria de los compañeros socialistas. No obstante, la intención del sanchismo ha sido desmantelar el Estado de derecho y someterlo a indefensión para usar las instituciones al antojo, mediante un golpe por implosión, debilitando los pilares de la democracia, demoliéndolos, para reconstruirla al antojo bolivariano. Por eso sigue dándose un baño de multitudes con su esposa porque la defensa pública no de su inocencia, sino de la aceptación de que es corrupta con permiso presidencial, es la defensa propia de todos los desmanes cometidos con absoluto desprecio a la legalidad que los demás están obligados a cumplir. Él no se somete a la Ley y menos a la Justicia porque la pretensión de mantenerse en el limbo del poder es resolutiva y no cabe en sus planes que la plebe, por muy togada que sea, vaya a quebrar una planificación que llevaba en agenda antes de que engañara al Congreso y a toda la ciudadanía, tras la torticera moción de censura contra Rajoy que otro togado De Prada menos limpio le puso en bandeja como puerta de entrada a La Moncloa.

Tan seguro estaba de que sus planes se iban a cumplir convirtiendo en gregarias las instituciones del Estado, incluidos los principales estamentos que podrían haberle plantado cara en la estrategia, que no dudó en tirar de despotismo para enriquecer a los suyos incluso cuando España agonizaba sin libertades por la pandemia, «plandemia» del coronavirus; excusa que usaron para practicar un gerontocidio contra la generación de hierro que ayudó a construir la España democrática y antes la de posguerra, recortar drásticamente las libertades y dejar el campo expedito para lucrarse de la tragedia, abusando sin escrúpulos de millones de damnificados ciudadanos.

Es sintomático que después de arrasar la élite de la responsabilidad constitucional sean esos mismos ciudadanos perjudicados por la criminal alevosía de Pedro Sánchez, quienes estén plantando una resistencia eficaz con los mismos instrumentos del Estado de derecho que otros por mezquindad o cobardía han pretendido neutralizar. La separación de poderes resiste a pesar de los embates marrulleros sanchistas y establece un pulso frente a la máquina del fango enchufada a una presidencia del gobierno que el mundo entero sabe convertida en una mafia: la que busca imponer sin disimulo el totalitarismo de un sinvergüenza que usa la política para conseguir propósitos delictivos, propios de un delincuente común a gran escala.

Si la Justicia cumple con su deber y no se deja amedrentar por la máquina del fango monclovita y sus palmeros, no tardaremos en amanecer con la investigación de los padres del falso doctorado, luego la de su suegro, para sumarlas al conjunto y conformar el plano de corrupción familiar que se engloba en el propio caso Pedro Sánchez.

 

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Editor ÑTV ESPAÑA
Editor ÑTV ESPAÑA
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